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Viaje en el tiempo al verano de 1936

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FOTOS: DAMIÁN ARIENZA

Viaje en el tiempo al verano de 1936

Museo vivo. La asociación Frente del Nalón recrea en Grullos el inicio de la guerra civil en Asturias con visitas guiadas a distintos escenarios

Domingo, 11 de septiembre 2022, 02:14

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El sol luce en un espléndido y tranquilo mediodía por las calles de Grullos. De pronto se escucha el eco de unos disparos y detrás de una sebe aparecen dos soldados llevando a un compañero herido en una camilla. No es el rodaje de una ficción sino un viaje en el tiempo que nos lleva a los aciagos días de nuestra guerra civil en una nueva edición de Candamo 36/37, las jornadas de recreación histórica impulsadas por la asociación cultural Frente del Nalón. Más de un centenar de figurantes llegados de toda España daban vida a otros tantos personajes anónimos como los que protagonizaron unos hechos cuya explicación divulgativa es el objetivo de este evento celebrado desde hace diez años muy cerca del que fuera uno de los focos principales del conflicto bélico en Asturias.

En esta ocasión, además de recrear una batalla real de la contienda, los organizadores han querido dar un paso más incidiendo en el aspecto didáctico con visitas guiadas a tres momentos que contextualizan lo sucedido en el verano de 1936 y que se representaban en diversos espacios de la localidad candamina. El paseo comenzaba en las semanas previas al alzamiento mostrando el ambiente de tensión que se vivía en las diferentes facciones ideológicas que luego se enfrentarían. Un grupo de anarquistas discutía bajo un hórreo y unos metros más allá, socialistas y comunistas entablaban su propio debate en las mesas del chigre de una Casa del Pueblo. El guía, con uniforme de oficial republicano, explicaba los pormenores sociales y políticos de aquellos días, una información que se ofrecía igualmente en cada escenario a través de una aplicación descargable con un código QR.

El recorrido proseguía para mostrar la atmósfera respirada en el bando contrario con una reunión de activistas de los Círculos de Acción Popular que era interrumpida por un miembro de la Falange para arengarles desde una panera. La violencia verbal de los discursos pronto se traducía en una escena de trifulca real entre adversarios. Más adelante, se recreaba un nuevo episodio en las semanas previas a la sublevación con un puesto de reclutamiento de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas que concluía con unas prácticas de tiro y un mitin de una joven camarada soviética con traducción simultánea del ruso. Al término de la escenificación, la barcelonesa Natalia Dudina, con su uniforme de las Komsomol (las Juventudes Comunistas de la antigua URSS), revelaba la fluidez del discurso que acababa de soltar: «Mi familia es rusa, vivo en España desde pequeña. Estudié Turismo y Gestión del Patrimonio Cultural, allí teníamos una asignatura sobre el método de recreación histórica y me interesó. Formo parte de un grupo de Zaragoza que participa en estos eventos. Creo que es una buena forma de divulgar la historia para intentar entender lo que sucedió en otros tiempos», explicaba.

El itinerario avanzaba frente a la tapia de una quintana solariega en la que un cartel avisaba: 'Finca incautada a un masón'. Nos adentrábamos en las semanas que siguieron al golpe militar y ante el público, dos civiles armados avanzaban llevando por la fuerza a un tercero. La escena, de violencia muy realista, terminaba entre unos zarzales, con dos tiros secos. Asistíamos a un 'paseo', una de las innumerables ejecuciones arbitrarias que se producirían desde el inicio de la guerra en ambos bandos. La visita finalizaba en un campo de batalla, ubicado en la recreación en el frente occidental asturiano durante el avance de las Columnas Gallegas.

Momentos antes de que comenzara el combate, subido a un caballo y con uniforme de oficial del ejército alzado, David González Palomares, historiador del Frente del Nalón y coordinador de las jornadas, destacaba el esfuerzo de este año por «ampliar la parte divulgativa, recreando la preguerra, algo importante para explicar una guerra civil y mostrando la vida cotidiana, la violencia callejera existente, el sufrimiento de los civiles o cómo eran las izquierdas o las derechas que hoy en día la gente tiene muy simplificadas. Aunque esto tiene su parte lúdica, no es un carnaval, intentamos ser rigurosos en todos los sentidos. El objetivo máximo es esa divulgación del conocimiento histórico», apuntaba.

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