Los mejores de la EBAU en Asturias

Obtener un 10 en la EBAU es algo extraordinario, pero lograrlo con 16 años recién cumplidos -dos años antes de lo habitual- resulta aún más excepcional. Este es el caso del ovetense Jesús Mohandsalah Ait-Idir Lahuerta. Este adolescente superdotado es uno de los siete alumnos asturianos que lograron el 10 en la prueba. «Estoy muy contento y siento que haber trabajado tanto, al final, ha valido la pena», aseguraba satisfecho. Su nota final de 14 le permite alcanzar su sueño de estudiar el doble grado de Matemáticas y Física en la Universidad de Oviedo. «No sé muy bien aún qué rama acabaré escogiendo, pero sí tengo claro que en un futuro quiero dedicarme a la investigación y a la docencia en alguna universidad», comenta convencido. Su capacidad y actitud hicieron que le adelantasen un curso en Primaria (de primero a tercero) y otro en la ESO (de tercero a primero de Bachillerato), en el IES Pérez de Ayala. Para él la clave del éxito académico reside en la constancia: «Al fin y al cabo, la EBAU mide el esfuerzo que has hecho a lo largo de todo el año», recuerda. Reconoce que afrontar la recta final del curso y la preparación de la EBAU sin clases presenciales ha sido «mucho más complicado». Ahora, espera poder retomar pronto sus otras pasiones: la natación, el baloncesto y la música.

Puede que Ait-Idir coincida en la facultad con otros dos extraordinarios estudiantes cuyo objetivo también es cursar el doble grado de Matemáticas y Física. Uno de ellos es el mierense Manuel Fernández Álvarez. Este alumno del IES Sánchez Lastra tenía muy claro lo que quería estudiar, algo que ya es factible al obtener 13,8 de 14 puntos posibles. «Siempre estuve muy tranquilo de cara al examen, pero la verdad es que los nervios llegaron cuando ya estaba sentado en el pupitre». Aún así, el trabajo constante de los últimos años obtuvo su recompensa. «Mis padres hasta llegaron a llorar al saber la nota; están muy orgullosos», reconoce.

Paz González Menéndez también apuesta por las Matemáticas y la Física. Asegura que, para ella, los nervios fueron el rival a batir en la prueba. Esta ovetense, alumna del IES Leopoldo Alas Clarín y amante de la resolución de problemas, encontró una fórmula que la ayudó a controlar la presión: «Yo me centré en aprender y no en intentar sacar una nota, hay que tomarlo como un juego».

Quizá porque también consiguió dominar los nervios, Ana Fanjul Álvarez califica de «mejor imposible», su nota de 10 en la EBAU. Para esta ovetense resultó «chocante» realizar sus exámenes en el enorme polideportivo Florida Arena, pero una vez encontró su mesa y realizó la primera prueba la tensión fue aflojando. Fanjul se marcó un riguroso plan de estudio diario en junio, con el que terminó el temario una semana antes de los exámenes: «Al final solo tuve que repasar». Para la exitosa alumna del colegio Santa María del Naranco, la clave estuvo en «centrarse en lo que hay que estudiar» y en «organizarse sin atracones». Ahora, planea estudiar el doble grado de Administración y Dirección de Empresas y Derecho en la Universidad de Oviedo, desafiando la concepción de que las notas altas solo tienen valía para los grados de ciencias. «El mundo también necesita las letras... y las artes», valoró.

Quien también quiere estudiar un doble grado, aunque fuera de Asturias, es el langreano Luis Fernández Castaño. Sus planes son matricularse en la Universidad Carlos III de Madrid, en Estudios Internacionales y Economía. Alumno del colegio público Eulalia Álvarez, primero, y del IES Santa Bárbara, después, Fernández cuenta con todo un historial de matrículas de honor. Opina que «es importante tener claro qué quieres estudiar y marcarte metas, pero también poder disfrutar de tu ocio. Hay tiempo para todo». En cuanto a los exámenes, considera que «han sido exigentes pero algo más asequibles que años atrás».

En Gijón se localizan otras dos excepcionales alumnas que han batido récord de nota en la EBAU. Son Johanna Pérez González y Aida Suárez Montes. Ambas tiene mucho en común. Además de ser gijonesas y haber logrado una puntuación de acceso de 13,9, las dos quieren estudiar Medicina en Oviedo. «Es por pura vocación», asegura Aida Suárez. «Mi familia confiaba mucho en mí y estamos muy contentos», confiesa emocionada. A pesar de la exigencia del estudio, esta joven alumna del IES Fernández Vallín saca tiempo para desarrollar su labor como voluntaria de Cruz Roja Juventud en proyectos de infancia. Para ella, la clave del éxito no es otra que «confiar en uno mismo y trabajar de manera constante». Por su parte, Johanna Pérez, alumna del IES Rosario Acuña, también quiso ser médico «desde pequeñita». Aún así, le sorprendió tener un 10 en la prueba de acceso, ya que «contaba con buena nota, pero no tanto». Esta atleta y monitora de atletismo recomienda «llevar los estudios al día» para alcanzar con éxito a la meta.

Han colaborado en esta información Alejandro Fuente, Mónica Rivero y Marta Varela.