Soto del Barco, sumido en un profundo dolor, despide a su alcalde, «una arteria vital del concejo»

Soto del Barco, sumido en una profunda desolación y tristeza, despidieron este jueves a su alcalde, a quien todos conocían por 'Jimi', en el tanatorio de Santa Catalina de Pravia. No había consuelo para su familia y amigos más cercanos que en las últimas horas no han dejado de recibir el apoyo y el cariño de las decenas de personas que han querido estar con ellos en estos duros momentos. Entre abrazos y lágrimas, quienes mejor conocieron a Jimi lo recordaban esta tarde con cariño y lo definían como «una de las mejores personas que ha habido nunca en nuestro concejo».

En el tanatorio también hicieron acto de presencia varios alcaldes de concejos asturianos que de algún modo han mantenido una estrecha relación con Jimi a lo largo de los años y quisieron demostrarle su apoyo a la familia. Entre ellos estuvo la de Avilés, Mariví Monteserín, que calificó lo sucedido como «una desgracia en toda regla». La regidora recordó a Jimo como «una persona muy animosa y solidaria con todo el mundo que ahora tenía una tarea muy entusiasta por delante y creo, sin ninguna duda, que podría haber sido un grandísimo alcalde. Lo sentimos mucho por él y por todos los vecinos y vecinas que le habían depositado su cariño y su confianza», fueron las palabras de Monteserín.

Sin lugar a dudas el que más emocionado estuvo durante toda la tarde de los alcaldes que se acercaron al tanatorio de Santa Catalina fue Celestino Novo, el de Muros de Nalón. «Jimi era una persona que no venía de la política y de once concejales sacó ocho en las elecciones, eso demuestra el cariño que le tenía la gente. Ya en su época de policía la actitud de servicio que tuvo y el ejemplo que dio durante la pandemia demostraron que era una persona admirable y para mí personalmente es una pérdida increíble».

El alcalde de Pravia, David Álvarez, defendió públicamente que Jimi «encarna y es el ejemplo hecho persona de lo que es la vocación de servicio público». Destacó el alcalde praviano que «Soto del Barco pierde mucho más que un alcalde y un vecino ilustre, pierde también una persona que ha sido ejemplo por estar siempre al servicio de sus vecinos». El último alcalde que despidió a Jimi fue el de Cudillero, Carlos Valle, que aseguró que «hemos perdido un gran pilar en el municipalismo de nuestra región. Jimi demostró su valía de servicio público y de querer aportar, como policía que era y también ahora como alcalde. Por eso queremos trasladar el mayor de los apoyos al pueblo de Soto del Barco, también a sus compañeros de la Corporación y a su familia y amigos».

El cuerpo de Jaime Pérez Lorente será recibido mañana, viernes día 21, a la una de la tarde en la iglesia parroquial de San Juan de la Arena, donde se celebrará el funeral de cuerpo presente y, acto seguido, recibirá cristiana sepultura en el cementerio parroquial de La Corrada, perteneciente al concejo de Soto del Barco.

Puede que Jaime Francisco Pérez Lorente (Avilés, 1962) no fuese muy conocido fuera del pueblo, pero en este concejo del Nalón nadie ha podido poner nunca en duda que su alcalde siempre fue una de las personas más queridas y estimadas por todos sus vecinos, lo que explica la enorme desolación y tristeza que se vive en el municipio desde el pasado martes, día en el que desapareció y cuando la preocupación empezó a notarse entre los vecinos, familiares y allegados, quienes finalmente oyeron la noticia que jamás querrían haber escuchado: el cuerpo sin vida de Jimi apareció ayer en torno a las once de la mañana en la mar, en las inmediaciones del cabo Vidio, concejo de Cudillero. La Guardia Civil le buscaba desde el martes, tras encontrar su coche en las inmediaciones de cabo Vidio y después de que nadie pudiera localizarlo a través del móvil. Algo, aseguran quienes le conocían, «muy raro en él».

«Era la primera vez que lo llamaban y salía apagado o fuera de cobertura», aseguraba ayer por la mañana una de las vecinas de Soto del Barco. De las pocas que caminaban por el pueblo, que parecía cubierto ya a primer ahora de un luto preventivo. «Era un gran hombre, siempre amable y dispuesto a ayudar a quien se lo pidiese», añadía otro, al borde de las lágrimas.

Jimi Pérez Lorente apenas tuvo tiempo de demostrar su valía como alcalde, pero seguro que hubiese sido un gran líder porque tenía eso de lo que muy pocos políticos pueden presumir, alma de pueblo y una vocación para ayudar a los demás totalmente desinteresada.

Era el nuevo regidor del concejo desde las elecciones municipales de mayo, a las que se presentó por el partido independiente CISB en sustitución de su gran amigo y confidente Jaime Menéndez Corrales, el alcalde que se despidió de la política siendo el que más mandatos consecutivos había acumulado como regidor en Asturias. Era una enorme responsabilidad que Jimi aceptó con entereza y entusiasmo, arropado por su familia y amigos.

Sin embargo, mucho antes de interesarse por la política, Jimi Pérez Lorente ya era una persona muy importante en el concejo de Soto del Barco. Fue agente de la Policía Local durante más de treinta años y los últimos ejerció como jefe del cuerpo, al que dedicaba las veinticuatro horas del día.

Desde el concejo vecino de Muros de Nalón, el alcalde Celestino Novo reunía fuerzas para mantener la esperanza. «Me unen lazos personales con él. Éramos amigos desde hace tiempo. Aún el domingo estuvimos juntos en la procesión del Carmen», aseguraba. Apenas una hora después, la confirmación de la trágica noticia sumió la comarca entera en el más absoluto dolor.

«Estamos tristes, muy tristes. La noticia de tu pérdida es un golpe al corazón de Soto del Barco puesto que tú, querido Jimi, eras una arteria vital en nuestro concejo», lamentaban los socialistas de Soto del Barco. Rivales políticos -ya que Jimi ganó las elecciones con el partido independiente CISB, el pasado mayo, por absoluta mayoría- solo con arreglo a las siglas. Y es que cualquiera de sus compañeros solo tiene elogios para el compromiso y la labor de Lorente. «Se nos ha ido un pedazo de nuestro municipio, una persona querida, dedicada a los vecinos y que siempre estaba dispuesto ayudar sin importar a quien», añade la agrupación socialista de Soto.

Jimi pertenecía a una familia humilde, con orígenes lejos del Nalón, pero muy ligada al concejo de Soto del Barco desde hace décadas. Jimi pasó su infancia en el pueblo de La Ferrería y en la actualidad residía en San Juan de La Arena, con su mujer, originaria de Avilés y también agente de policía.

Su padre fue consignatario precisamente en el puerto avilesino y su madre era la histórica locutora Margot Lorente Migoya, pionera de las ondas asturianas que también se dedicó a la política parte de su vida y formó parte de la Corporación de Soto del Barco desde 1991 hasta 2011 en el grupo socialista, precisamente con Jaime Menéndez Corrales como alcalde.

En su juventud, Jimi compaginó sus estudios de pedagogía en la Universidad de Oviedo con labores de voluntariado social vinculado a la educación especial y las personas dependientes. Con apenas veinte años terminó dejando a un lado los estudios para dedicarse plenamente a estas labores sociales, que siempre fueron su vocación.

Desde 1987 era policía local en el Ayuntamiento de Soto del Barco, lo que le permitió no alejarse de su pueblo ni de su familia en estos últimos años, al mismo tiempo que pudo desarrollar al máximo la participación en su entorno social. Y es que Jimi fue mucho más que un policía.

Daba igual que fuese con el uniforme y la placa o con el traje y la corbata porque en su pueblo lo definían, con cariño, como una navaja suiza, de esas que sirven para todo. Lo mismo ayudaba a preparar una obra de teatro que abría el cine del pueblo, retiraba unos nidos de velutina si era necesario o animaba a los más pequeños disfrazado recorriendo las calles del concejo durante los duros meses del confinamiento por la covid.

Llegó incluso a recorrerse los pueblos del concejo y hacer de chófer con el coche patrulla para algunos niños que no tenían transporte escolar ni recursos para llegar al colegio desde la zona rural. Son todas tareas que ya desempeñaba como policía, pero que siguió desarrollando como alcalde, con sencillez y lejos de ostentaciones.

Él mismo reconocía hace muy poco en las páginas de EL COMERCIO que tomó la decisión de presentarse a la Alcaldía con mucha ilusión y desvelaba que lo hacía para seguir los pasos de Jaime Menéndez Corrales, su predecesor, gran amigo, confidente e inspiración en muchos ámbitos de su vida.

«Tomé la decisión cuando Jaime anunció que no se iba a presentar a las próximas elecciones, me siento muy querido en el concejo y hubo mucha gente que me animó a presentarme, incluso los que no tienen relación con la política, y eso me motivó mucho porque soy una persona a la que le encanta ayudar a sus vecinos y creo que el día tiene muchas horas y así las puedo aprovechar mejor», aseguraba Jimi hace apenas unos meses. Ahora, ese mismo concejo llora la muerte de su alcalde.

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