Noche de chocolate y pasos, pero sin perseidas

El décimo aniversario de la ruta nocturna organizada por el grupo de Montaña La Chiruca, empezó con el pie izquierdo. Sobre la costa de Cudillero, el viernes a última hora de la tarde, una neblina se instaló imposibilitando a sus asistentes disfrutar de las lluvias de estrellas que abundan las noches despejadas de julio y agosto, conocidas como las perseidas.

«Empezó a orbayar y alguna gente no apareció, pero aún así participamos unas 140 personas entre pequeños y mayores», señala Víctor Valdredo, director deportivo del grupo de montaña cudillerense. Pese a la decepción inicial por las inclemencias del tiempo, Valdredo asegura que la noche finalmente «acabo abriendo», manteniendo una temperatura «calentina, pero agradable», sin apenas lluvia, estupenda para «pasear, charlar y disfrutar de un chocolate caliente a medianoche». «Sobretodo se llenó de familias con niños, que es a quienes está principalmente dirigida la ruta», celebró el presidente Teodoro González, más conocido por los chiruqueros como 'Doro'.

Como ya es tradición, el punto de encuentro se estableció a las nueve de la noche en el campo de fútbol de La Treme, en el pueblo de Valdredo. La Chiruca pensó su nocturna para todas las generaciones, diseñando en 2013 un sendero circular de poco más de cinco kilómetros , con una dificultad baja y apenas desnivel. Los primeros pasos fueron todavía con algo de luz natural por las callejuelas de Valdredo, llegando al final del ocaso por el Camín de la Hera hasta el embarcadero de su puerto, conocido como Carreiro. Ya de noche, la ruta continuó evitando los senderos más próximos a los acantilados de la ruta de Entrecabos, aún sin homologar, para así sortear cualquier tipo de incidente. «En los miradores por los que pasamos colocamos previamente cintas de seguridad fosforescentes», explica Valdredo.

A la caminata no faltaron socios legendarios de La Chiruca como, Óscar Fernández, Merce Albuerne o Manolín García. Tampoco muchos veraneantes de la zona, asiduos a las citas estivales que organiza este activo grupo de montaña desde hace diecisiete años, como el riojano Celso González. También familias de vecinos. «La nocturna de La Chiruca es nuestra preferida, los 'peques' se lo pasan genial caminando con las linternas. Llegamos a reunirnos cuatro o cinco familias, algunas de aquí, otras de Oviedo, Avilés y de Bilbao también», indica Patricia Martínez, oriunda de Novellana, que no ha faltado a ninguna de las diez ediciones de esta popular actividad. «¿Lo que más me gusta de la nocturna? El chocolate», dice con decisión su hija Sofía, que esta fue la tercera vez que acompañó a su madre y asegura «que ya no se pierde ni una más». «He hecho amigos y jugamos a las palabras encadenadas», dice la pequeña de siete años.

A medida que se iba acercando la medianoche, el paseo continuó alejándose de nuevo de la costa y adentrándose por las calles de Albuerne, localidad vecina de Valdredo. Un último alto para ver la fachada de su capilla, iluminada por las luces de las farolas y continuar hasta el punto inicial.

De vuelta al campo de La Treme, a los chiruqueros les esperaba un chocolate caliente obsequio de la casa, preparado por la comitiva femenina de La Chiruca: Flori Rodríguez, Jenny Fernández, Zita Menéndez y Merce Albuerne. Con el cielo ya algo más despejado y sin orbayo, el fresco de la madrugada dio pie a conversaciones entre los mayores en la grada de La Treme y juegos en su césped entre los pequeños. «Acabamos cerca de las dos de la mañana», detalla Valdredo.

La Chiruca descansa ahora un par de semanas, pero vuelve al camino el sábado 26 de agosto con una travesía desde el faro de Vidio hasta la playa del Silencio, donde más de uno se dará un chapuzón. Después los chiruqueros cogen vacaciones, para volver con fuerzas el sábado 23 de septiembre para una ruta por la zona de los Oscos.

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