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La camelia, «prima hermana del té», llegó de Oriente a Europa a través de los comerciantes de especias ingleses y portugueses del siglo XVII, aunque la mayor parte de las camelias de Asturias y Galicia vinieron de viveros de la Bretaña Francesa a través de la venta ambulante en el siglo XIX junto a otras especies como magnolias o rododendros. Así lo explicó a este periódico el experto en camelias Rafael Ovalle, durante la décima edición de la Exposición de Camelias Villa de Luarca, Memorial Laura Rodríguez. Esta era su esposa, quien falleció hace cinco años y, para Ovalle, «no hay mejor manera de recordarla» que a través de la belleza de esta flor «porque le encantaban y era coleccionista». Una historia de amor que sigue viva gracias al encanto natural de esta flor «reina del invierno».
En esta nueva edición, que se celebra este fin de semana, unos sesenta expositores procedentes, en su mayoría, de Asturias y Galicia, mostraron hasta 150 variedades de camelias en una carpa ubicada en la plaza Alfonso X El Sabio, frente al Ayuntamiento. Uno de ellos, con 43 años de experiencia, es el coleccionista Eusebio López, de La Coruña, que lleva sembrando camelias «desde los siete años». «En La Coruña empezaron a plantarse camelias hace unos 200 años, y cada vez fueron dándose más variedades y eso es lo que hace atractiva a esta flor, su variedad. En el norte es muy fácil sembrar una camelia porque sólo requieren de mucha agua en el verano y semisombra durante todo el año. Se da sola, no da ningún problema», comentó López.
Cerca de él estaba Abelardo Barcala, de Pontevedra, que se hizo coleccionista de camelias siguiendo el ejemplo de su padre. «Viendo a mi padre empecé a coleccionar con 10 años. Y ya cuando tenía 15 años expuse mi primera colección con unas 2.000 variedades diferentes», dijo Barcala quien añadió que «esta es una flor que todo el mundo tiene en casa, pero dependiendo de la variedad el precio cambia».
De hecho, cuando se habla de variedades de camelias, una de las más particulares y más difíciles de encontrar es la camelia amarilla, que para los coleccionistas como Edmundo Novoa, de Lugo, es un verdadero tesoro. «Esta flor luce especialmente en invierno, al contrario que la mayoría de las flores. Una de las más hermosas es la camelia amarilla, que es de origen tropical y se consigue solamente en el interior de Asturias y Galicia. La mayoría son híbridas, porque la pura no se consigue», señaló Novoa.
También, el coleccionista asturiano Vicente Alba Morán, oriundo de Paredes en Valdés, explica que «en Paredes están las camelias más viejas de Europa desde hace unos 300 años. Nosotros somos coleccionistas artesanos y llevamos toda la vida en esto», comentó.
Pero ayer en la Exposición de Camelias de Luarca no sólo se expusieron flores. También hubo quien llevo sus mermeladas hechas de camelia, tartas, té y magdalenas. Ese fue el caso del asturiano Rafael Pérez Lorenzo y su grupo de amigos de la Asociación de Amigos del Botánico quienes todos los años llevan a este certamen «algo diferente». En esta oportunidad se les ocurrió la idea de «decorar una tarta con camelias, así como adornar las magdalenas de camelias, que a la gente le gustan mucho. Siempre tratamos de que nuestra exposición represente algo. No solamente ponemos las flores en la mesa, sino que buscamos exponer una idea creativa que las haga lucir mucho más», concluyó.
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Alberto Arce | Oviedo, Isabel Gómez | Gijón, Natalia Vivar | Gijón, Alberto Arce, Isabel Gómez, Natalia Vivar, Samantha Acosta y Víctor Coto
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