Obras del puente de Ribadesella

«Para ir al centro de salud tendré que hacer 40 kilómetros más»

El cierre total del puente de Ribadesella no tiene vuelta atrás. La decisión está tomada. El próximo 15 de septiembre se cortará el paso vehicular por unas obras que están pendientes desde hace más de 20 años. Los vecinos de un lado al otro del puente quedarán incomunicados durante 15 semanas, una situación que rechazan de forma unánime y piden a gritos otra alternativa.

Para la mayoría de los riosellanos este cierre trastocará por completo su rutina diaria, y para los dueños de comercios, esto sólo se traducirá en pérdidas económicas. José Ángel González Rubio nació en Ribadesella y lleva más de 60 años viviendo en el concejo. Todos los días, como religión, se toma un café en la cafetería Capri. Cuando cierren el puente le será imposible seguir haciéndolo. «Esto es muy grave. Yo vivo en la parte oeste del puente, pero cruzo a diario al otro lado para venir aquí a desayunar, para ir al ambulatorio, para hacer compra... para todo. Pero cuando cierren el puente para ir al centro de salud tendré que hacer 40 kilómetros más. Es inviable», expresó González, visiblemente preocupado.

A su lado estaba su amigo, Juan Carlos Devita, quien tampoco está de acuerdo con el cierre del puente. «Soy de Colunga, pero vivo en Ribadesella. El cierre se traducirá en un gasto en combustible mucho mayor y, sobre todo, una incomodidad. Porque una cosa que antes la tenías a un kilómetro ahora la vas a tener a 40. Cuando plantearon cerrar el puente no pensaron en nosotros», dijo.

Para quienes tienen negocios en Ribadesella el cierre del puente será «catastrófico». Uno de ellos es el dueño de la conocida carnicería Aramburo, José Francisco Aramburo. «Tenemos muchos clientes del otro lado del puente que vienen casi a diario a comprar aquí. Aunque el puente permanecerá abierto a los peatones, a la gente le gusta venir en el coche para no llevar cargando bolsas. Vamos a bajar mucho las ventas, eso está claro», lamentó Aramburo.

La misma preocupación la tiene Alberto Fernández Alonso. Su mujer es la dueña de la popular tienda de Regalos y Souvenirs Alara de Ribadesella. Para él «el problema es que no hay interés en buscarnos otra alternativa. Tendríamos que dar un rodeo, salir a Llovio, luego tirar por El Carmen hasta llegar aquí. Aquí contento no está nadie, esto va más allá de lo político, es un conflicto para los vecinos», indicó el riosellano.

El cierre del puente afectará en gran medida a los taxistas de Ribadesella. Uno de ellos es Jesús Pérez Sánchez, vecino del pueblo de Vega. «El problema no son los kilómetros que tenemos que hacer de más, porque esos kilómetros se cobran. El problema real es que cuando cierren el puente nadie va a querer coger un taxi en Ribadesella, porque sabe que le va a salir más caro y buscarán otras alternativas», explicó el taxista riosellano.

Al otro lado del puente, en la parte este, el farmacéutico Jorge Señorán de la farmacia La Playa, explicó que «lo único que me preocupa es el tema del médico. Espero no necesitar ir al ambulatorio esas semanas», dijo.

Debido a esta situación, el Ayuntamiento ha convocado una concentración en protesta el domingo 20 de abril a las 11 horas, en las inmediaciones de la Oficina de Turismo.

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