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Xuan Cueto

El Sella Adaptado baja rápido

Ganadores. Eduardo Carrera Mariscal y Vicente Llerandi se alzaron con el triunfo en la categoría A, mientras Byron Adrián Álvarez y Roberto Rodríguez repetían en la B

pablo a. marín estrada

Domingo, 1 de agosto 2021, 19:35

Un año más, como viene ocurriendo desde hace ya veintiocho ediciones, Arriondas ha acogido durante la mañana de este domingo la salida del Descenso del Sella Adaptado, una iniciativa de la Federación de Deportes para Personas con Discapacidad Física del Principado de Asturias (Fedema) que combina la excursión lúdica con la competición deportiva y que se celebra habitualmente el domingo anterior a la celebración del Descenso Internacional. En esta ocasión, la prueba contó con la presencia de 60 canoas de formato K2, cada una de ellas tripulada por un deportista acompañado de un voluntario y con participación de todas las comunidades autónomas, a la que se sumaron palistas procedentes de Andorra y Portugal.

La prueba estuvo amparada por un amplio dispositivo de seguridad formado por sesenta efectivos -entre bomberos del Servicio de Emergencias del Principado y miembros de Protección Civil de las agrupaciones de Piloña, Llanes, Mieres y Cabranes- que cubrían el trayecto en una decena de puestos situados en el curso del río. El recorrido contaba con un primer tramo no competitivo de unos once kilómetros entre la rampa de la Escuela Asturiana de Piragüismo en la villa parraguesa y La Uña de Llordón, para disputar desde ese punto y Llodio la prueba puramente deportiva.

El deportista paralímpico Eduardo Carrera Mariscal, de Girona, remando con el piloñés Vicente Llerandi, consiguió alzarse con el triunfo en la categoría A, mientras los palistas asturianos Byron Adrián Álvarez y Roberto Pérez, repetían victoria por segundo año consecutivo en categoría B.

Entre quienes se sumaron a la marcha para apoyar la iniciativa se pudo ver a la consejera de Servicios Sociales y Bienestar del Principado, Melania Álvarez. Momentos antes de la salida, se mostraba «encantada de participar en el Descenso que es una muestra más de que en pandemia podemos normalizar, con todas las medidas de seguridad y adaptados a las circunstancias epidemiológicas, actividades con tanta trayectoria como esta» y tiraba con humor de sus raíces para «intentar estar a la altura, porque siendo de Candás, villa de olímpicos, tenemos que remangarnos y meternos en harina. Harémos lo que se pueda», declaraba. Muy cerca de ella, recogía su dorsal Irene Villa, quien manifestaba sentirse «muy contenta e ilusionada por estar aquí, soy una amante de Asturias, mi madre se siente asturiana, en Gijón tenemos al padrino de mi hijo mayor y venimos cada dos por tres. El Sella ya lo he bajado un montón de veces, pero ya menos después de tener los críos, ahora se han quedado con su padre y por eso he podido escaparme a participar». Y aunque confesaba acudir a la cita «más a disfrutar que a competir», acabaría subiendo al pódium como tercera en categoría B con su compañero de embarcación Felipe Cartas.

El ganador del año anterior en categoría A, Pablo González Calvo, del club Los Caimanes de Sevares, repetía aventura con su tío Carlos González Somovilla para quedar esta vez en segunda posición. «Este año no tuve mucho tiempo para entrenar aunque sí todo lo que pude y me gustaría ver si conseguimos hacer algo guapo. En cualquier caso el objetivo es venir a pasarlo bien, vivir esta experiencia con los demás participantes y que el tiempo acompañe», había expresado en los instantes previos a la salida. Y desde Zaragoza, Claudia Gaudó, del equipo Mokayal Hiberus, firmaba su sexta participación en el Sella Adaptado: «El río es maravilloso y es una prueba muy emocionante, compartimos momentos realmente bonitos haciendo deporte aquí y más que en ninguna otra prueba es cierto que lo importante está ya en participar», manifestaba. Acabaría subiéndose al podio como segunda en categoría B con Julio Sarasola.

Sin ánimo de competir eran muchos los palistas que suscribían los elogios a esta prueba. Así, la barcelonesa Patricia Carmo afirmaba que «ya estuve aquí hace quince años, este volví a animarme porque me parece una ocasión genial de conocer gente, disfrutar del día y del paisaje y hacer ejercicio en algo diferente». De más lejos, Manuel Acebo, de Antequera, aseguraba que «el Sella es una pasada, lo conocía por la tele y la Federación me dio la oportunidad de bajar este año. El propósito es divertirme, mientras no llueva mucho irá fenomenal y si caen cuatro gotitas, qué más da, si nos vamos a mojar igual». Disfrutar era también el propósito de Lara del Álamo, madrileña de 10 años: «Vengo a pasármelo bien, hago esquí, monto a caballo y estoy acostumbrada, no tengo ningún miedo».

Junto a los participantes, voluntarios como el veterano Ramón Balsera, de Arriondas, revelaba su satisfacción de acompañar en la canoa «a personas que normalmente no pueden hacer esto, me gusta, no vengo a competir, sino a que tengan una buena experiencia y transmitirles lo que siento yo por el río y este deporte». Una ilusión que fomenta el Sella Adaptado, además de premiar la superación en el esfuerzo a sus campeones.

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