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Los tractores, en el aparcamiento de La Pixarra, a la espera de iniciar la marcha hacia el centro de Oviedo. FOTOS: S. P.

«Durante la pandemia éramos héroes y ahora no nos quieren ni ver»

Frustración. Pitos, megáfonos y cencerros fueron los instrumentos de la sinfonía del enfado del campo asturiano que tomó Oviedo

Soraya Pérez

Viernes, 9 de febrero 2024, 00:30

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Indignación, enfado, rabia, impotencia y mucha frustración. Esas fueron algunas de las emociones que ayer se vivieron en Oviedo cuando ganaderos y agricultores tomaron la capital asturiana con sus tractores. Pitos, cencerros, megáfonos fueron los peculiares instrumentos de esta particular orquesta que interpretó la sinfonía del enfado contra la Política Agraria Común (PAC) y sus restricciones que llevan a nuestros productores jugar en desventaja respecto a los de países de fuera de la Unión Europea.

EL COMERCIO se subió ayer a uno de estos tractores, que participaba en la columna de ganaderos que partió del campo de fútbol La Pixarra hacia el centro de Oviedo.

El malestar del campo asturiano es grande. Como lo es el del resto de productores de España y de otros países europeos, como se está viendo estos días.

El tractor de Borja Borra iba en la cabecera de la columna. Se trata de un ganadero joven, de 26 años, que trabaja en la explotación que su familia tiene en Tineo. Él es un claro ejemplo de uno de los males que sufre el sector primario, como es la falta de relevo generacional. «Dejé de trabajar hoy -por ayer- para unirme a esta movilización porque siento que es urgente que las cosas cambien y para eso debemos apoyarnos entre todos, si no este negocio tarde o temprano va a morir porque no hay relevo generacional». Borja añade que la actual Política Agraria Común tiene unas exigencias que «son muy difíciles de cumplir, pero nosotros no queremos ayudas, lo único que pedimos son precios justos. No podemos competir con productos importados y en desigualdad de condiciones».

Los tractores avanzaban lentamente. Y en esta peregrinación no estaban solos. Allá por donde pasaban recibían los aplausos y ánimos de la gente que se cruzaba con ellos: «¡Estamos con vosotros, no estáis solos». Y quedó claro que, por encima de las políticas que «asfixian» a ganaderos y agricultores, la unión y la solidaridad se hizo presente en todo momento. «Sin los ganaderos no somos nada, ya es hora de que las cosas cambien», afirmaba una mujer, emocionada, cuando el convoy de tractores embocaba la calle Uría. El corazón de Oviedo latía con fuerza en apoyo de los ganaderos.

Los ánimos reconfortaban a la gente de campo asturiano, que respondían a cada aplauso con el sonido de las bocinas de sus tractores. Emocionado por las muestras de apoyo, David Lastra, otro ganadero que participaba en la protesta, se quejaba de que los apoyos sociales no tienen reflejo en los políticos. «Esto es injusto e indignante. No entendemos por qué el Gobierno no quiere escucharnos. Queremos dialogar sin enfrentamiento. Durante la pandemia éramos unos héroes ahora no nos quieren ni ver», aseguraba.

La concentración de ayer fue un prolegómeno de lo que está por venir, afirmaron los ganaderos: «De ninguna manera cesará nuestra lucha. No vamos a retroceder», dijeron.

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