Borrar
El arte de vestir la tradición: los trajes regionales de asturiana y asturiano

Día de Asturias

El arte de vestir la tradición

Los trajes de asturiano y asturiana, con sus variantes regionales, cuentan la historia de un pueblo a través de sus colores, tejidos y detalles artesanales

Lunes, 8 de septiembre 2025, 08:14

Comenta

Cada 8 de septiembre, Día de Asturias, la región celebra su cultura e identidad a través de la música, los bailes, la gastronomía… y la ropa. Y es que el traje tradicional, tanto de asturiana como de asturiano, es mucho más que una prenda: se trata de un símbolo de pertenencia, de tradición y de memoria colectiva.

Con raíces en los siglos XVIII y XIX, estos trajes han sido transmitidos de generación en generación y adaptados según el concejo, la ocasión o incluso la estación del año. Existen versiones más sobrias o más ornamentadas, con variantes que van desde las aldeanas y aldeanos del oriente hasta los conjuntos rurales del occidente, pasando por los trajes de gala del centro de la región. Cada una de estas variantes nos habla de su lugar, de sus gentes y de una forma de vivir muy latente en nuestro presente.

El traje tradicional de asturiana

Scroll Story imagen 0

El traje tradicional de asturiana es mucho más que una vestimenta. Las mujeres los llevaban en fiestas, romerías y celebraciones religiosas, y hoy se lucen en festivales folclóricos, danzas o festividades de la región. Se compone de las siguientes piezas:

La blusa

Confeccionada en lino o algodón, era de color blanco y con frecuencia presentaba bordados en mangas y cuello, además de puntillas en las versiones más lujosas. El escote solía ser cuadrado, enmarcando la parte superior del corpiño. Las blusas no eran uniformes: a menudo, la parte inferior se realizaba con fibras más toscas y la parte superior, visible, con tejidos de mayor calidad. Era un recurso práctico para ahorrar en materiales sin renunciar a la vistosidad.

El refaxu (refajo)

El refaxu es una falda interior, más estrecha que la saya, que se coloca debajo de esta para dar volumen y abrigo. Generalmente confeccionado en lana o paño, podía ir en colores lisos, siendo el rojo uno de los más característicos. Su uso aporta cuerpo al faldón y ayuda a mantener la forma amplia de la saya. Además de su función práctica, el refaxu se convirtió en una prenda de distinción: las mujeres de mayor poder adquisitivo solían usar varios refaxos superpuestos para realzar la caída de la saya y dar más vistosidad al conjunto.

El corpiño o chaleco

Se trata de la prenda ceñida al torso, normalmente en terciopelo, lana o seda. Se ajustaba mediante cordones cruzados en el pecho y daba forma a la silueta femenina.

Sabías que...

En algunas zonas se usa el dengue, una capa triangular que se cruza sobre el pecho y se anuda a la espalda. Además de adornarse con azabache o perlas, es una prenda práctica: abriga sin necesidad de prendas más pesadas como mantones.

La saya o faldón

La saya es una falda larga y amplia, generalmente de lana, que solía presentarse en colores vivos como rojo, amarillo o verde. Podía llevar cintas decorativas o bordados que aportaban un aire festivo y distinguían la indumentaria de diario de la de gala. Muchas sayas incluyen franjas de terciopelo negro cosidas en la parte inferior, moda heredada del siglo XIX. Además, los colores no eran solo ornamentales: el negro, por ejemplo, se asociaba a la viudedad o a la sobriedad en la vida cotidiana.

El delantal (mandil)

Colocado sobre la saya, solía ser negro o de un color que generara contraste con el color de la falda, normalmente presentando ciertos bordados florales. Aunque nació como prenda práctica, en los trajes de fiesta adquirió un carácter ornamental imprescindible. En el siglo XIX, el color del mandil podía reflejar el estado civil o el estatus social de la mujer. Así, el delantal dejó de ser solo un «protector de la falda» para convertirse en un signo de identidad social.

El pañuelo o la mantilla

El peinado tradicional recoge el cabello en un moño bajo, sobre el que se coloca un pañuelo o una mantilla. Aunque la elección más común es el pañuelo blanco, especialmente en versiones simples, las piezas más ornamentadas presentan figuras en tonos azules, rojos o incluso amarillos, y adornos como puntillas o bordados. Estos elementos daban prestigio al conjunto y destacaban en un entorno festivo. El gesto de cubrir la cabeza iba más allá de la estética: respondía a la idea de «vestirse con decoro». La mantilla aportaba dignidad y solemnidad al conjunto, especialmente en celebraciones religiosas.

Las medias y el calzado

Las medias suelen ser blancas, de lana o punto que se sujetan con ligas de colores vivos, como por ejemplo el rojo. Tienden a usarse especialmente en celebraciones o festividades. En cuanto al calzado, lo más habitual son las madreñas de madera, aunque en ocasiones se emplean zapatos negros o alpargatas. Las madreñas permitían caminar sobre barro o hierba húmeda sin estropear las medias. Se consideran hoy un emblema de la cultura popular y de la vida rural asturiana.

Los complementos (joyería)

Collares de azabache, pendientes de coral o plata, broches y cruces eran habituales en la indumentaria asturiana. La joya no solo adornaba: también transmitía tradición y creencias populares. Pero el azabache no era solo un adorno, sino un amuleto protector frente al mal de ojo. De hecho, aún hoy muchos collares tradicionales incluyen esta piedra negra, considerada símbolo protector por excelencia.

AUX STEP FOR JS

El traje de asturiana no era igual en todo el Principado: en el oriente predominaban los bordados y las joyas; en el occidente, la sobriedad; y en el centro, las versiones de gala que hoy identificamos con grupos de danza. Hoy, gracias al trabajo de diseñadores, artesanos y agrupaciones folclóricas, el traje tradicional no es una reliquia del pasado, sino una prenda viva que perdura en el tiempo a través de la historia y de las diferentes generaciones: se alquila, se recupera e incluso se rediseña. Y cada vez que alguien lo viste —ya sea en una romería o en un día tan señalado como el de hoy—, la tradición se mantiene más viva que nunca.

El traje tradicional de asturiano

Scroll Story imagen 0

El traje de asturiano refleja la vida de quienes lo vistieron: campesinos, marineros, pastores y aldeanos que lo adaptaban según la ocasión. Se usaba en celebraciones religiosas o como atuendo festivo y actualmente se conserva como símbolo cultural de la región. Se compone de las siguientes prendas:

La camisa

De lino o algodón blanco, solía ser amplia, con cuello bajo y mangas largas. En ocasiones lleva bordados discretos en el pecho o los puños. En las zonas rurales, la camisa de diario se realizaba con lienzo casero, áspero y fuerte, mientras que para fiestas se reservaban tejidos más finos, bordados en rojo o azul.

Las polainas y medias

Sobre las medias blancas o de lana se suelen colocar polainas de paño, sujetas con botones o correas. Protegen las piernas y dan vistosidad al conjunto. Las polainas eran imprescindibles para caminar por terrenos embarrados o pedregosos. En zonas de montaña, se reforzaban con cuero para mayor resistencia.

El chaleco

Prenda ajustada al torso, confeccionada en terciopelo, seda o lana. Suele ser de colores vivos (rojo, azul, verde) con botones metálicos o bordados. El chaleco es la prenda más llamativa del atuendo masculino, y a través de sus colores y adornos se distingue el traje de fiesta del de diario. En el occidente predominan tonos más sobrios, mientras que en el centro se optaba por tejidos ricos y bordados elaborados.

El calzón

Pantalón corto, generalmente hasta la rodilla, de paño oscuro (negro, marrón, azul). Se ajusta con botones o cordones. En el traje de gala, los calzones pueden adornarse con botones plateados o bordados en los costados, mientras que en la indumentaria diaria son mucho más sobrios.

La faja

Tejida en lana o algodón, en colores intensos (rojo, azul, verde), se enrolla a la cintura y ayuda a sujetar el pantalón. Además de su función estética, la faja presentaba cierta utilidad: servía como 'cinturón de fuerza' para proteger la zona lumbar en el trabajo del campo. Si era de color rojo, se asociaba a la vitalidad y carácter festivo.

La chaqueta (chamarra)

Corta y ceñida, de paño oscuro —generalmente negro o marrón—, completa el conjunto y aporta seriedad. En fiestas, algunas llevan bordados o solapas decoradas. La 'chamarra' corta permite mostrar el chaleco y la faja, piezas centrales del traje. Además, también tiene su función práctica: facilitaba el trabajo y el baile, al no estorbar los movimientos.

La montera

lemento distintivo del traje masculino, normalmente de fieltro negro, con ala corta. En algunas zonas se adorna con cintas o plumas. Más allá de la estética, el sombrero marcaba estatus: un adorno más rico indicaba traje de gala, mientras que en el trabajo se utilizaban versiones sencillas y funcionales.

El palo o cayao

El palo es un complemento habitual en la indumentaria masculina. De madera robusta, se utilizaba tanto como apoyo en las caminatas por terrenos rurales e irregulares, como herramienta práctica en la vida campesina. En contextos festivos, el palo adquiere además un valor simbólico de representación de la autoridad y la virilidad masculina. Su talla y ornamentación a menudo hablaban del oficio o del prestigio de su dueño. Algunos estaban decorados con inscripciones o símbolos, convirtiéndose en un signo de identidad personal y cultural.

El calzado

Las madreñas de madera son lo más habituales en el día a día. Para fiesta, se usan zapatos negros de cuero o alpargatas con cintas. Al igual que en el traje femenino, las madreñas protegían las medias y los pies de la humedad, símbolo inseparable de la vida campesina asturiana.

AUX STEP FOR JS

El traje de asturiano comparte con el de asturiana su fuerza simbólica. Aunque surgió de la ropa de trabajo, se convirtió rápidamente en una prenda de identidad y emblema de las fiestas y celebraciones de Asturias. Las agrupaciones folclóricas, diseñadores y artesanos mantienen vivo este legado, recuperando piezas originales, confeccionando réplicas y adaptando diseños para que perduren en el tiempo.

El arte de vestir a la asturiana

La tradición también puede 'jugarse'. Y por ello te proponemos convertirte en modista por un día: te presentamos la mariquita digital, a la que podrás vestir con las distintas prendas del traje de asturiana. Elige la saya, coloca el refaxu, añade el corpiño, el pañuelo y los complementos hasta dar forma al conjunto completo. Una manera divertida y visual de descubrir cómo cada pieza encaja y de qué forma los colores, tejidos y detalles artesanales convierten esta indumentaria en un verdadero símbolo de Asturias.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El arte de vestir la tradición