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Marea negra. Ha sido la gran protagonista del conflicto, con miles y miles de docentes portando la emblemática camiseta con la Cruz de la Victoria. Mario Rojas
Las cifras del conflicto educativo en Asturias

Quince nombres y quince días para lograr 37 medidas en Asturias

45 millones, 20.000 manifestantes, cinco sindicatos, dos decisiones importantes y un puñado de nombres propios

Olga Esteban

Gijón

Domingo, 15 de junio 2025, 02:00

Dicen que cuando algo lo saben varias personas ya es muy complicado guardar un secreto. Pero, por algún motivo, las muchas personas que han participado en las largas reuniones entre Administración y sindicatos lograron que prácticamente no se filtrara nada más allá de las puertas de la gran sala de ese sótano del edificio del EASMU en la que consiguieron parar una huelga histórica en la enseñanza pública asturiana y firmar un acuerdo de 45 millones de euros.

Esos 45 millones son una más de las muchas cifras que describen lo que ha pasado en Asturias en las últimas semanas: 45 millones para un listado de 37 medidas. Dos decisiones importantes y con graves consecuencias: la rectificación de Adrián Barbón a la consejera de Educación, Lydia Espina, y la dimisión de esta última. Seis reuniones de negociación que tuvieron lugar a lo largo de quince días. La primera, el 26 de mayo, con Lydia Espina aún al frente. La última, el 9 de junio, con Gimena Llamedo y Guillermo Peláez haciéndose cargo del problema.

Jorge Espina, Gumersindo Rodríguez, Borja Llorente, Miguel Laría y Cristobal Puente.

20.000 manifestantes, los que según los sindicatos llenaron el centro de Oviedo en ese domingo 1 de junio. Cinco sindicatos, los que componen la Junta de Personal Docente no Universitario de Asturias, que no actuaban en unidad desde hace al menos dos años y que, tras el paréntesis de la huelga, vuelven a estar como estaban. Aunque con una diferencia importante: mientras que en los últimos tiempos era ANPE el que solía ir 'por libre' ahora es CSIF el que se desmarca.

Cinco sindicatos y cinco portavoces. Todos hombres. Seis, en realidad, si se tiene en cuenta al presidente de la Junta de Personal. Seis hombres para representar a una profesión evidentemente femenina. Y una mujer, Ana Canal, miembro de la ejecutiva del sindicato de Enseñanza de CC OO en Asturias. Salía de las reuniones siempre discreta, al lado del secretario general, Borja Llorente, siempre con papeles en la mano. Pero dentro de aquella sala del EASMU ella era la que hablaba por todos los sindicatos. Fue su portavoz durante las largas reuniones. De hecho, se puede dar otra cifra: siete. Siete horas llegaron a durar varias de las reuniones.

Jorge Caro, Ana Canal, Lydia Espina, Gimena Llamedo y Guillermo Peláez.

Es complicado poner cifra a los muchos asesores que hubo en las reuniones (y que fueron variando) y a los muchos recesos. Tras cada oferta o contraoferta, un descanso. Tras cada avance o retroceso, otro. Había que poner en común las impresiones y llegar al delicado equilibrio entre los cinco sindictados, que finalmente se ha revelado aún más delicado si cabe. Tanto, que se rompió el mismo día del preacuerdo.

Y si Ana Canal fue la voz de los sindicatos, por parte de la Administración dos han sido las mujeres protagonistas. Por un lado, Lydia Espina, la exconsejera, la maestra que quiso gobernar con buen talante y buscar una salida al conflicto cuyo alcance ni ella ni todo el Gobierno supieron calcular. Se levantaron los sindicatos de la última reunión que tuvieron con ella, por lo que no pudo (quizás tampoco se lo permitieron las decisiones de los propios) llevar adelante una verdadera negociación. Gravísimos ataques personales que ella y su entorno han preferido no hacer públicos influyeron sin duda en su marcha.

Y entró en escena la segunda protagonista del Gobierno asturiano: Gimena Llamedo. Es a ella a quien el presidente encomendó la complicada tarea de buscar una solución y es ella quien asumió el mando y llevó la voz cantante en las negociaciones. Dicen quienes se sentaron frente a ella que, salvo en la primera reunión, cuando el tono fue algo más cortante, se mostró cordial.

Césra González, Miguel Ángel Rodríguez, Cristina Blanco y Adrián Barbón.

Junto a ella, otros dos nombres propios que el propio presidente del Principado ha destacado en sus declaraciones. Por un lado, el de Guillermo Peláez, consejero de Hacienda, que apoyó a Llamedo con cifras, presupuestos y aspectos legales. Y, por el otro, César González Prieto, director general de Personal Docente, a quien los propios sindicatos querían en la mesa y que se mantuvo al pie del cañón pese a los problemas de salud contra los que batalla.

Mientras todos ellos negociaban fuera esperaba y gritaba la gran protagonista del conflicto,a la que no se puede poner cifras: la marea negra.

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