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Rubén Herrero, a punto de coger el AVE para asistir al acto oficial del Día Mundial de la Salud Mental que se celebra en Madrid con la Reina Letizia y en el que representa a la asociación Afesa Asturias.
Día Mundial de la Salud Mental

«Nos miran pensando, 'uy, cuidado'. Se necesita más empatía con los problemas de salud mental»

Rubén Herrero, avilesino de 58 años diagnosticado de esquizofrenia, comparte su historia con la normalidad que las personas con enfermedad mental no siempre encuentran en la mirada ajena y contribuir así a derribar los estigmas existentes

Viernes, 10 de octubre 2025, 18:11

Rubén Herrero tiene una teoría que describe perfectamente la realidad de quienes padecen algún trastorno relacionado con la salud mental y ayuda a los demás a entender sus padecimientos diarios al magen de la enfermedad. Este avilesino de 58 años cuenta que, «si la gente coincide con una persona que tiene dificultades para caminar, le ayuda. Si la persona tiene dificultades para ver, también se solidariza. Pero, si el problema es de salud mental, mucha gente se aleja, se aparta, tiene miedo».

A eso, precisamente, se refieren los enfermos y sus familias cuando hablan de estigma, esa etiqueta negativa que asociaciones de afectados y administraciones públicas se esfuerzan por erradicar, no siempre con el éxito deseado. «Nos miran como diciendo uy, cuidado, a ver si va a ser peligroso... Se necesita que la sociedad tenga más empatía con nosotros», considera Rubén Herrero, que lleva conviviendo con una enfermedad mental desde que tenía 30 años y trabajaba en Alemania con un contrato de postdoctorado de la Unión Europea.

Los primeros síntomas se manifestaron cuando este biólogo avilesino tenía 30 años y se encontraba trabajando en un laboratorio de Alemania que investigaba la genética vegetal

Este biólogo, ahora jubilado por incapacidad permanente, comparte su historia con EL COMERCIO con motivo del Día Mundial de la Salud Mental que se celebra cada 10 de octubre. Y lo hace con la normalidad que los enfermos echan de menos en la mirada de «determinada gente». Porque Rubén se considera «gente normal, entre comillas», y aspira a que llegue el día en el que los trastornos mentales sean asumidos por la sociedad como una enfermedad más. «Cuando uno tiene diabetes también te descompensas y se asume con naturalidad», pone como ejemplo.

En su caso, lo que tiene Rubén es una esquizofrenia paranoide, que mantiene controlada con medicación y la ayuda de un psiquiatra. Para entender ese diagnóstico hay que remontarse a su etapa en Alemania, donde trabajó en un laboratorio que investigaba la genética animal. «Empecé a sentir angustia, ansiedad, estaba cansado todo el día. Primero lo achaqué a un problema físico, pero los médicos lo descartaron», recuerda. «Luego pensé que podía ser un problema de adaptación, pero tampoco», prosigue. Como la angustia empeoraba, «un familiar me sugirió que por qué no iba a un psiquiatra», que «me diagnosticó depresión mayor» y le prescribió el tratamiento correspondiente.

Volvió a España, a su trabajo en el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, y «como volvía a sentirme de maravilla, dejé la medicación, pensando que ya estaba todo solucionado». Pero «cerré el problema en falso». De esa etapa aprendió que «nunca hay que dejar el tratamiento ni las consultas periódicas con el psiquiatra. Esto no es como quitarse las maletas cuando una pierna rota mejora». Y lo aprendió de la peor manera: «Me desestabilicé y derivé en una psicosis. En el trabajo empezaron a verme como el raro, el friqui, y eso no ayudó».

«Cuando alguien coincide con una persona que tiene dificultades para caminar o para ver, le ayuda; de nosotros mucha gente se aparta»

Rubén pasó por episodios de alucinaciones, en los que «despersonalizaba el entorno, como si estuviera en una película» y llegó a «no distinguir lo que era real de lo que no lo era». Es imposible no ponerse en situación con su relato, que explica por qué es tan importante un día como el que hoy se celebra. «Sientes miedo, no sabes qué te está pasando. Pero yo soy una persona tranquila, nunca tuve ningún brote violento», aclara, en ese intento de romper barreras y reclamar derechos ante una sociedad que «nos infantiliza, incluso nos desacredita, para decidir por nosotros mismos».

Acto en Madrid con la Reina en representación de Afesa

Ya de vuelta a Asturias, a casa de sus padres, llegó el diagnóstico definitivo de esquizofrenia paranoide. Permaneció seis meses sin salir. «Me eché a llorar. Me veía de por vida en una planta de Psiquiatría», comenta. Pero no ha sido así. Nunca ha tenido que ingresar en ningún hospital o centro psiquiátrico. Mantiene un tratamiento crónico, «muy raramente» tiene recaídas y, cuando ocurre, «es algo muy suave». Basta con salir fuera y «conectar con el mundo».

Con ese mundo que, en muchas ocasiones, es desfavorable con quienes sufren algún tipo de trastorno mental grave. Pertenecer a la asociación Afesa Asturias de Familiares y Personas con Enfermedad Mental le permite conocer casos similares al suyo, hacer piña, sentirse ocupado. «No somos inútiles», recalca Rubén Herrero, que representará a los usuarios de esta entidad en el acto oficial que hoy se celebrará en Madrid con la Reina Letizia con motivo del Día Mundial de la Salud Mental.

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«Nos miran pensando, 'uy, cuidado'. Se necesita más empatía con los problemas de salud mental»