La 'Santa María', punta de lanza de la Armada, atraca en Gijón

La fragata 'Santa María' (F-81) fue el primero en llegar a Gijón de todos los buques de la Armada que el próximo viernes participarán en la parada naval organizada con motivo del Día de las Fuerzas Armadas. El comandante de este veterano buque es el capitán de fragata Francisco García Flores, quien está al mando de una dotación de 204 personas. Hasta el próximo domingo dejará a un lado las preocupaciones propias de misiones de riesgo como la Atalanta, contra la piratería en el Océano Índico y adonde se desplazará el buque el próximo mes de noviembre, para centrarse en tratar de enseñar a todos los gijoneses que se acerquen a El Musel uno de los barcos más atractivos de la Armada española. Y es que, como él mismo reconoce, «queremos enseñar todo lo que hacemos y las capacidades del barco. Pero este barco no es nuestro, es de todos los españoles, y queremos que lo vean y que nos pregunten todo lo que quieran». Y es que estos días será una oportunidad única para acercarse a la Armada, pues en El Musel se podrán visitar seis buques hasta el próximo domingo.

La 'Santa María' tiene una eslora de 137,7 metros, por 14,3 de manga. Dispone de dos turbinas de propulsión y cuatro generadores diésel, lo que le permite alcanzar una velocidad máxima de 30 nudos, es decir, casi 60 kilómetros por hora. «Es una fragata veterana, pero de las más rápidas de la Armada», explica orgulloso el capitán de fragata. Misiles, artillería, torpedos, dos helicópteros, radares y sónares son buena parte de su equipamiento, lo que la hace ideal para las misiones que tiene que afrontar. El comandante explica que todos los sistemas del buque han de ser dobles, por si alguno es alcanzado en combate. Además, «el puente está pintado de negro para que no nos deslumbre la luz por la noche». Y llama la atención sobre el hecho de que «no está el típico timón, es un 'joystick'».

Francisco García Flores dice que la dotación tiene un régimen de cuatro horas de guardia y ocho descansando, pero en ese tiempo de descanso está incluido el ocio, comer y también trabajan en el mantenimiento de los equipos y en reparaciones. «Se intentan optimizar al máximo los recursos y la dotación», explica. Y una de las características del personal es que «todos son multifunción». Es decir, «a lo mejor, el mismo marinero que lleva el rumbo y la velocidad, si hay un zafarrancho de combate y hay que apagar un incendio también tiene un puesto para sofocarlo, o si viene a tomar un helicóptero, a lo mejor también tiene un puesto en el zafarrancho de vuelo».

La 'Santa María' pertenece a la 41 escuadrilla de escoltas, con base en Rota y «nuestra misión es contribuir a la acción del Estado sobre el mar. nos desplegamos en misiones tanto de la Unión Europea como de la OTAN», explica el comandante, quien remarca que ya han pasado la 'auditoría' que les habilita para la misión Atalanta a partir del próximo noviembre. Eso sí, tiene muy presente «el riesgo que hay, por la incertidumbre que se ha incrementado hoy en día». Pero el comandante confía en las capacidades tanto del buque como de su dotación, sabedor de que «la Armada está preocupada por que la tripulación esté lo mejor posible». Una tripulación que llega a Gijón «con mucha expectación. Desde que salimos de Rota, toda la dotación estaba con muchas ganas y la entrada por San Lorenzo fue espectacular».