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Una imagen de febrero de 2021 de los profesionales de la UCI, en el gimnasio reconvertido en unidad de críticos. L.E.
Una UCI en un gimnasio

Una UCI en un gimnasio

Superación. Desde el inicio de la pandemia, 623 personas pasaron por la unidad polivalente de críticos del HUCA, obligada a ganar espacios para atender a todos los enfermos

Laura Fonseca

Gijón

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Viernes, 25 de febrero 2022

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«El gimnasio es un espacio que irradia vida. Por ello, ahora os lo cedemos gustosos para que hagáis vuestra magia y las salvéis». Este fue el emotivo mensaje que los profesionales de rehabilitación del HUCA dejaron plasmado en un papel pegado a la pared cuando en noviembre de 2020 el gimnasio tuvo que ser reconvertido en UCI. Las 70 plazas de críticos de las que disponía hasta entonces el hospital (la suma de la unidad polivalente, la cardíaca y la pediátrica) resultaron insuficientes para el tsunami de enfermos que iba dejando la covid. «Hubo que buscar espacios alternativos dentro del hospital para ingresar enfermos graves», recuerda la jefa de la UCI Polivalente y coordinadora de trasplantes, Lola Escudero, al referirse al «momento más duro de la pandemia» en Asturias, cuando el HUCA tuvo hasta 92 ingresos críticos de covid, con jornadas en que «nos llegaban once enfermos diarios» (el doble casi de una UCI de un hospital comarcal).

La UCI que se instaló en rehabilitación y que llegó a tener 59 camas, en plena actividad en una imagen que pasará a la historia.
La UCI que se instaló en rehabilitación y que llegó a tener 59 camas, en plena actividad en una imagen que pasará a la historia. L.E.

Dieciséis meses después de aquel envite, el gimnasio que acogió 59 camas de UCI ha vuelto a sus sesiones rehabilitadoras, sus ejercicios y su pista de marcha de descarga que durante este tiempo se trasladó al almacén. EL COMERCIO reunió a los dos servicios (UCI y Rehabilitación) que, cada uno en su ámbito, lleva dos años peleando contra la covid. «Nos adaptamos a la adversidad de forma gustosa. En noviembre de 2020 la situación no estaba para otra cosa», señala Manuel Bea, jefe de Rehabilitación del HUCA, un área que cada día trata a medio millar de enfermos. El regreso, hace apenas una semana, a su espacio habitual «nos produce una gran alegría», admite Bea, que confía en que la sexta ola sea ya el coletazo final de la covid. En el gimnasio ya no se ven camas de UCI alineadas simétricamente, ni respiradores. Tampoco es necesario enfundarse en una EPI para adentrarse en su interior. «Aunque aún no disponemos del cien por cien del espacio, poco a poco vamos recuperando la normalidad», indica aliviado Ramón Inclán, supervisor de fisioterapia.

El 80% sale adelante

Desde el inicio de la pandemia en Asturias (el 29 de febrero de 2020) han sido un total de 623 los pacientes que han pasado por la unidad de cuidados intensivos polivalente del HUCA. El más joven, de 14 años, el mayor, de 81. El balance de estos dos años revela que el 80%, es decir, cuatro de cada cinco, han logrado ganarle la batalla al virus. Actualmente, son 17 los enfermos covid de la UCI, «el 50% son pacientes inmunodeprimidos y el otro 50%, no vacunados», detalla la doctora Escudero.

Asturias, dos años de pandemia

El 29 de febrero de 2020 se registró en la región el primer caso de contagio. Fue un triste día bisiesto y la víctima resultó ser el escritor Luis Sepúlveda que fallecería semanas después dejando a todos atónitos por la virulencia de un virus desconocido e inquietante. Con motivo de esa efemérides, ELCOMERCIO recupera este domingo, 27 de febrero, a los protagonistas que en estos largos meses nos marcaron y emocionaron a todos a través de lo que fuimos contando en estas páginas. Los hombres y mujeres que forman parte de la UCI del HUCA y que tuvieron que habilitar una unidad de cuidados intensivos en un gimnasio para atender a todos los pacientes graves regresan ahora a ese escenario. Ellos son parte de esas historias de superación y esfuerzo que nos dejaron huella y merecieron el aplauso unánime de la sociedad asturiana.

«Al principio, el covid era un mapa sin cartografiar. No sabíamos por dónde caminábamos, nos enfrentábamos a algo desconocido. Dos años después esa incertidumbre se ha quitado, ya lo sabemos tratar, tenemos vacunas y abordamos el trabajo de manera diferente. El covid ya forma parte de nuestra rutina diaria», indica. En este complejo camino, los hospitales han tenido que reinventarse, armando y desarmando secciones como si fueran piezas de lego. «Cuando lo analicemos con cierta perspectiva histórica nos llamará la atención ver la capacidad y plasticidad que ha tenido el sistema sanitario. Como de una UCI con 32 camas de polivalentes hemos pasado a casi un centenar, y todo con una gran capacidad de trabajo en equipo. Fue un gran esfuerzo colectivo de todo el HUCA, y quiero expresar mi más sincera admiración y reconocimiento a todo el equipo de profesionales de la UCI tanto personal médico como de enfermería», abunda.

Entre la imagen de marzo de 2020, con una ciudad de calles vacías y con el único sonido de las ambulancias que llegaban al hospital de forma constante, «lo que siento ahora es tranquilidad por ver que todo esto está pasando». En la UCI, «ves mucho sufrimiento humano, algo a lo que nunca te acostumbras», pero, con todo, Lola Escudero pone el acento en lo conseguido: «Ahora tenemos vacunas, que es algo maravilloso, aunque haya personas, como los antivacunas, que le den la espalda. No sé si habrá séptima u octava ola. Adivinar el futuro es muy difícil, pero seguramente el virus se convierta en estacional y podamos recuperar nuestras vidas». Y como deseaban desde el servicio de Rehabilitación aquel noviembre de 2020, que vuelva la magia.

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