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Javier Conde y Rosa Agudín con su hijo Javien una de sus cuadras en La Magdalena, en Avilés. Paloma Ucha
Carne ecológica de Avilés directa a la mesa

Carne ecológica de Avilés directa a la mesa

La explotación Conde Agudín, de La Magdalena, es la única de Avilés de venta directa al consumidor

Yolanda De Luis

Avilés

Lunes, 10 de marzo 2025, 09:39

El sector ganadero en Avilés ha ido perdiendo fuerza en los últimos años. Pese a la fuerte industrialización de mediados del siglo pasado, las ganaderías siguieron formando parte de la zona rural durante décadas, pero en este siglo XXI caminan casi hacia la desaparición, ya que se han reducido notablemente las explotaciones y el número de reses. No obstante, hay familias que todavía luchan por sobrevivir en un sector tocado y casi hundido con ideas que caminan en la dirección que lo hace la sociedad, que cada vez demanda más una alimentación más sana y sostenible.

La ganadería Conde Agudín, en La Magdalena, es una de ellas. Le dieron una vuelta a su trabajo durante la pandemia como le sucedió a muchos otros profesionales. Comenzaron la venta directa a los consumidores después de años haciéndolo para el supermercado Alimerka con el objetivo de ofrecer carne ecológica, criada en pastos libres, a los consumidores y también mejorar la productividad y gestión de su ganadería al no tener el corsé que marcaba la venta a este supermercado que impedía que fueran hembras las sacrificadas.

Su explotación es una continuación del trabajo familiar. La familia de Javier Conde llevaba años trabajando su explotación en La Magdalena y continuó haciéndolo ya con Rosa Agudín casada con su hijo. Fue hace diecinueve años, en aquel momento había una docena de vacas en la explotación y cuando la suegra de Rosa se retiró fue ella la que continuó con la pequeña ganadería.

Desde el principio Javi y Rosa vieron en lo ecológico el futuro de su explotación, que fue aumentando el número de reses hasta llegar a las que tienen hoy que son 127 animales entre vacas, toros y xatos repartidos en prados en Avilés, Illas, Corvera y Gozón, fundamentalmente.

Para contar con ese sello de calidad existen muchos controles sobre la alimentación de los animales y su bienestar. Tienen que comer hierba en libertad y los prados en los que pastan no pueden ser sulfatados. Creen en ello y los animales se convierten en parte de su familia con cuidados permanentes y una vigilancia diaria.

El comienzo en la venta directa no fue fácil, pero también ha ido creciendo poco a poco. Explica Rosa todo el papeleo que tuvieron que hacer y todos los controles que pasaron inicialmente y que continúan pasando periódicamente para poder llevar directamente la carne de su ganadería a la mesa de cada vez más consumidores.

Comenzaron prácticamente vendiendo entre sus amigos y conocidos, pero del ternero inicial que sacrificaban han pasado a tener que matar en algunos meses a tres para poder dar respuesta a los pedidos que reciben, especialmente en los meses de otoño e invierno.

«Es mucho trabajo, pero este sacrificio está compensado con la buena respuesta y las buenas palabras que recibimos cada vez que dejamos la carne en las casas a las que servimos», apunta Javi, sobre la aventura iniciada hace cuatro años que parece que ya se ha consolidado y sólo hace que crecer.

Cuidado especial

Su compromiso con ofrecer una carne lo más ecológica posible hace que en ocasiones los terneros que van a ser sacrificados se mantengan en el prado, ni siquiera entren en cuadra. Lógicamente, como explica Rosa, en invierno es más fácil que sí que tengan que hacerlo por el mal tiempo, pero incluso dentro de sus cuadras están sueltos y con una puerta para salir al prado situado detrás en el momento que quieran para garantizar su bienestar siguiendo las directrices marcadas para que su ganado siga siendo calificado como ecológico.

Esta familia ha buscado incluso el matadero al que llevar a sus animales pensando en esa calidad final del producto. Lo hacen en Belmonte en el matadero de Félix porque para ellos es «el más familiar que hemos encontrado para ofrecer el despiece que quiere cada uno de nuestros clientes», apunta Rosa.

En estos cuatro años, con el aumento de la demanda han visto crecer notablemente el trabajo que hacían en el reparto, del que también se encargan ellos para garantizar la calidad. Javi señala que ahora son medio centenar de clientes ya no sólo en la comarca sino también en Gijón, Oviedo o Pola de Siero, por ejemplo. Los pedidos que les llegan de fuera de Asturias como de Cantabria, Madrid o Cádiz, por ejemplo, son gestionados a través de Seur que les garantiza el frío y la llegada del producto en el día. «Hay veces que les llega primero a estos sitios que a los clientes de Asturias, lo hacen en pocas horas», celebra Rosa, que recuerda que en su furgoneta ellos concluyen a veces los repartos en dos días al tener cada vez un mayor número de pedidos en cartera.

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