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María Pagés ofreció unaparte teórica durantela sesión en la Factoría Cultural. P. NOSTI

María Pagés conecta once cuerpos y almas en Avilés

Artes escénicas. La coreógrafa llevó a cabo la segunda sesión de clases de la Escuela de Verano con el propósito de «contribuir a reforzar la idea de la danza como arte escénico»

Miércoles, 2 de julio 2025, 00:15

Cuerpo, alma y mente componen lo que podría denominarse como la Santa Trinidad para las artes escénicas y cualquiera que las practique. Sin embargo, la conexión entre estas tres variables no siempre se da de forma tan sencilla.

El primer paso es «entender el cuerpo como un todo», como la máquina que mueve al artista, engrasada por la consciencia y la emoción. De explicarlo se encargó ayer la coreógrafa María Pagés, premio Princesa de Asturias de las Artes en 2022 y que durante esta semana ejerce como profesora de más de una decena de alumnos de la Escuela de Verano de la Academia de Artes Escénicas de España, en Avilés.

Pagés se encargó ayer de ofrecer la segunda de las clases programadas para esta semana en la Factoría Cultural donde dio cuenta a los alumnos de la importancia de cuidar cuerpo y mente, ya que «es nuestra casa», además de una herramienta más de trabajo. «Cuando yo empecé a bailar no era consciente del cuerpo, me movía un impulso y no controlaba. Lo que me movía a bailar era ese impulso, esa emoción. Me emociono y luego me muevo. En el flamenco hay algo de eso, un ímpetu, un torbellino que nos mueve», explicó a los alumnos.

En esta nueva edición de la Escuela de Verano –la tercera que se lleva a cabo en Avilés– se ha dado especial importancia, precisamente, a la danza como una herramienta más para que los actores y actrices puedan conectar consigo mismos.

«En aquel lugar donde a la danza se la sitúe como un arte escénico del gran nivel que tiene me gusta estar», señaló la artista, cuyo propósito con este curso es «contribuir a reforzar la idea de la danza como arte escénico». No es un propósito baladí, ya que, según explica Pagés, la percepción generalizada sobre estas artes va más asociada al teatro, quedando la danza en un segundo plano. Sin embargo, ambas disciplinas pertenecen a un todo más grande, la dramaturgia, que pese a asociarse más al teatro hace que muchos actores y actrices sientan una «necesidad de acercarse a esa gran desconocida que es la danza».

«Trabajo con El Arbi El Harti, que es dramaturgo y a nivel creativo siempre insistimos mucho en la importancia de la dramaturgia de todos sus textos», ejemplificó la coreógrafa.

Durante la sesión, de cuatro horas, los alumnos recibieron una masterclass teórica y práctica en la que pudieron trabajar la dramaturgia a través de la danza y el cuerpo. «Parece que la danza siempre se asocia al intérprete, lo bien que ha bailado, el virtuosismo, esa cosa de 'yo no puedo hacerlo pero mira que bien lo hace', cuando en realidad para llegar a todo eso hay una serie de elementos escénicos que la elevan y la sostienen y la configuran y por eso es un arte escénico. La primera cosa es reivindicar la danza como arte escénico», aseguró.

Los talleres continuarán hoy con María Pagés, Ernesto Arias, Javier Molina y Lidia Otón.

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