19 minutos de pólvora sin tregua en Avilés

La empresa orensana Pirotecnia Xaraiva se estrenó en la noche de San Agustín con un espectáculo de fuegos artificiales que respondieron a su promesa: «completo, sobrecogedor y fascinante, en el que la elegancia de los efectos y la intensidad de los mismos está acompañada de un excelente trabajo digital. Vamos a conseguir que el público se emocione y se enganche al verdadero espectáculo pirotécnico». Dicho y hecho. Diecinueve minutos y 375 kilos de fuegos artificiales junto a la ría en los que el numeroso público que se repartió por las atalayas habituales para tener mejor visibilidad (con el parque de El Muelle, el Niemeyer y el paseo del Conde de Guadalhorce como lugares privilegiados) disfrutó de múltiples efectos pirotécnicos. Destacaron las dalias, lentejuelas, perlas, sauces, relámpagos, truenos, intermitentes y kamuros.

La empresa pirotécnica desplegó cinco prefinales sorprendentes con efectos novedosos y acuáticos especiales –estos últimos en varias fases sobre la lámina de agua de la ría–. Y no faltó ruido, mucho ruido, ese que siempre se echa de menos en un espectáculo pirotécnico. Diecinueve minutos de lanzamiento de fuegos da para mucho y el recorte en tiempo fue proporcional a la ganancia en intensidad para que el cielo avilesino no dejase de brillar en la gran traca final de las fiestas de San Agustín. Solo hubo descansos para dar pie al aplauso del público

Pirotecnia Xaraiva cumplía así con la fama que le precedía desde su creación en 1960, y que tantos parabienes se había ganado en los últimos años por su intervención en espectáculos pirotécnicos como los de la Descarga de Cangas del Narcea, Tarragona, Blanes, o, por no ir tan lejos, en las fiestas de Corvera.

Seguridad

A pesar de la concentración de público para seguir el lanzamiento de fuegos artificiales, el plan de seguridad y emergencia movilizó a 93 efectivos y 27 vehículos para que nada fallase en la noche más especial del año en la ciudad.

Se prohibió la circulación de vehículos en la calle de El Muelle y las avenidas de Los Telares y Conde de Guadalhorce, con restricciones en La Muralla, Doctor Graíño y la plaza de Pedro Menéndez.

Además, desde media hora antes y hasta la finalización de los fuegos no se permitió la entrada de peatones al Centro Niemeyer, aunque sí su salida.

El plan contó con la participación de efectivos de la Policía Local, Policía Nacional, Cruz Roja, Bomberos de Asturias, Guardia Civil y Policía Portuaria.