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Disposición La cruz encabezó la procesión que, desde Rivero, llegó a Camposagrado.

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Disposición La cruz encabezó la procesión que, desde Rivero, llegó a Camposagrado. P. UCHA

«Es el día del no, pese a la promesa»

Sermón. El sacerdote Alfonso Abel recuerda los incendios y a los 'ángeles' fallecidos, Garralda y Fernández Llano, en la procesión de Martes Santo

C. del Río

Miércoles, 5 de abril 2023, 02:26

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Una procesión de Martes Santo con más participación que nunca. La Semana Santa avilesina reúne cada vez a un número mayor de personas en las calles y ayer volvió a quedar patente en los pasos que sacó la Cofradía del Santísimo Cristo de Rivero y San Pedro Apóstol. Desde minutos antes de que dieran las ocho y media de la tarde, la hora a la que se iniciaba la procesión, decenas de avilesinos y visitantes aguardaban ya a ambos lados de la calle de Rivero y también en la plaza del Ayuntamiento. Una tónica que se repitió en el resto del recorrido conforme iban avanzando los cofrades.

Este año, además, se había reorganizado el orden y el primer paso tras los cofrades fue el de San Pedro, con las llaves a la cintura y el gallo detrás, roto de dolor tras haber negado tres veces a su maestro.

Jesús atado iba detrás, con la banda de tambores entre ambos marcando el ritmo y llenando el entorno de los inconfundibles sonidos de la Semana Santa. Seguían el paso el párroco de San Nicolás de Bari, Alfonso López, el cura auxiliar de la parroquia, Hermes Osorio y Alfonso Abel, que fue párroco de Versalles pero ahora se encuentra en la parroquia de Figaredo, en Mieres, y que fue quien pronunció el pregón en la plaza de Camposagrado.

Con los pasos y las cofradías en el centro de la misma, Alfonso Abel, a las puertas de la sala de exposiciones del Museo de Historia Urbana de Avilés, recordó que siempre, en coincidencia con la celebración de la Pasión de Cristo, en Asturias miramos al cielo con la esperanza de que no llueva, aunque «bendita en estos días el agua para todos los hermanos de la región que han sufrido con los incendios».

Se refirió también a la tradición y el legado dejado por los antepasados avilesinos, que emana del siglo XVII y que en el Martes Santo se conmemora mirando hacia Pedro. «Es el día del no a pesar de aquella promesa convincente, de este hombre decidido y entusiasta, que era rudo, pero que tenía un gran corazón» y cuyo comportamiento recuerda al de muchas personas en la actualidad porque, como enumeró, «queremos ser cristianos de incógnito como Pedro» o «no estamos libres de negarlo porque nos avergüenza reconocer que somos cristianos».

Tuvo palabras de recuerdo también para Ángel Garralda, fallecido hace casi un año, y para Ángel Fernández Llano, que murió hace apenas un par de semanas. «Diríamos en broma, y seguramente no querrían ellos, que nos hemos quedado en nuestro Avilés sin los ángeles, pero seguro que nos quedamos con su intercesión desde el cielo. Sacerdotes que con su vida y sus palabras nos enseñaron a caminar desde pequeños» y pidió a los 'sampedrinos' que dejaran huella. «No solo la de vuestros pies descalzos sino la de unos corazones que siguen verdaderamente a Cristo», indicó.

Hubo más recordatorios, el de dos cofrades, aunque este al inicio de la procesión. Se quiso tener un gesto con los también desaparecidos María Jesús y Mauro, de la librería Casona, donde la Cofradía se fundó allá por 1955 y que siempre colaboraron con ella.

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