Juego de espejos en femenino
El Museo Casa Natal de Jovellanos de Gijón inaugura el día 24 'Caledoscopio', una muestra que reúne un centenar de obras de la colección, muchas nunca expuestas, para mostrar la representación de la mujer
El caleidoscopio gira y pone ante los ojos de quien mira una diversidad que tiene algo de falsedad, porque en realidad se componen las imágenes con los mismos elementos en distintas posiciones. Un centenar de obras, muchas de ellas nunca expuestas que salen de los almacenes para ponerse por vez primera ante la mirada pública, forman parte de la exposición que por San Juan desembarca en el Museo Casa Natal de Jovellanos de Gijón. 'Caleidoscopio. Representaciones de mujeres en la colección' es el título elegido para una propuesta que bajo el comisariado de la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo Renata Ribeiro dos Santos plantea una mirada inédita, singular y, por supuesto, absolutamente necesaria y deliberadamente caleidoscópica con todo lo que eso significa de revelación y descubrimiento.
«Esta exposición es una invitación a otro tipo de mirada. Una invitación a que asumamos una mirada atenta hacia un conjunto de obras que tienen como punto en común la representación de las mujeres», anuncia la comisaria, que abunda en que el arte ha sido siempre un instrumento potente para mostrar a las mujeres como sujeto social. Aquí la invitación está en mirarlas a ellas, a las retratadas más que a los retratadores, a poner el foco solo en las representadas.
De distintos periodos y lenguajes, algunas de las piezas seleccionadas, como es el caso de 'Pescadoras en el puerto', de José Luis Suárez-Torga, nunca se han expuesto en la colección permanente y otras, como el autorretrato de Carolina del Castillo, se presentan por primera vez desde su compra para incorporarse a los bien surtidos fondos de bellas artes de Gijón. Las salas de la primera y de la segunda planta se llenan de toda esa luz artística hasta el mes de noviembre en un retablo que busca el debate temático y conceptual sobre esas fórmulas de construcción identitaria. Maite Centol, la ya citada Carolina del Castillo, María Luisa Benedé, Juan Barjola o Nicanor Piñole son algunos de los autores presentes en ese cruce de espejos que pretende ser la muestra, en ese conjunto «diverso y cambiante» que se instalará sobre las paredes para mover a la reflexión. «La metáfora del caleidoscopio invita a reflexionar sobre cómo se han construido históricamente las imágenes. Este artefacto, inventado en el siglo XIX, produce formas visuales atractivas y cambiantes, a partir de un juego de espejos. Pero su ilusión consiste en repetir los mismos elementos una y otra vez, reorganizándoles en distintas combinaciones», revela la comisaria, que entiende que es precisamente así como opera la representación de las mujeres en el arte. O lo que es lo mismo: ideas fijas que se replican bajo la apariencia de la diversidad. «Esta exposición invita a reconocer esos espejos y sus lógicas, para así recomponer la mirada».
Se organiza la exposición en cuatro apartados: Yo, Nosotras, Otras y Entre Ellas. Es la última la única dedicada a la obra de mujeres artistas. «Cuestiona si ellas plantean otros retos a la hora de representar a sus pares», señala Renata Ribeiro dos Santos sobre ese apartado. Otras reúne piezas en las que las mujeres se presentan desde antagonismos, y Yo y Nosotras se centran en la representación de ellas como sujetos individualizados y como sujetos colectivos, con sus estereotipos y arquetipos.
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