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'El suegro se ajuma', obra de Evaristo Valle de 1918, de una colección particular. FOTOS: MUSEO DE BELLAS ARTES DE ASTURIAS, MUSEOS DE GIJÓN, MUSEO EVARISTO VALLE

La sidra, en pintura

El arte asturiano es reflejo de la cultura sidrera y permite con la obra de grandes como Valle o Piñole ir del chigre a la romería y de la recogida de la manzana al llagar

M. F. Antuña

Gijón

Domingo, 8 de diciembre 2024, 01:00

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El arte es vida. En ella se inspira. Y la sidra es parte de nuestras vidas. Es cultura, es tradición, es diversión. Y desde el jueves, es universal. Los artistas asturianos han acudido a ella para crear. Desde Evaristo Valle, quizá el más prolijo de todos ellos; a Nicanor Piñole, sin olvidar a creadores más cercanos en el tiempo como Joaquín Rubio Camín o Pelayo Ortega han dado forma a botellas, vasos y manzanas. Han hecho arte de la cultura sidrera.

No hace demasiado tiempo que el Museo de Bellas Artes de Asturias dedicó exposición propia a esta extensa e intensa relación entre las artes plásticas y la sidra. Una de sus comisarias era Gretel Piquer, que sabe bien cómo la bebida asturiana se ha dejado pintar y dibujar a través de chigres, llagares, romerías o carnavales. «Es una visión bastante común tanto la sidra, como la recogida de la manzana o su venta», relata y explica después cómo, sin constituir series completas como sí sucede en el caso de Valle en las Carnavaladas, se erige en un elemento importante. «Está presente de forma tangencial porque forma parte de nuestra cultura», revela la doctora en Historia del Arte. Y es curioso lo que ella misma relata de los dos grandes de la pintura asturiana como son Valle y Nicanor Piñole y no es otra cosa que de la mano de ambos, y sin haberlo pretendido, allá por la primera década del siglo XX, fueron capaces de mostrarnos escenas vinculadas a la temática de la sidra durante todo un día. Cubren todos los flancos, de la alborada al bar o la fiesta regada con sidra y financiada por un indiano. Se sirven de la pintura y también del dibujo para hacerlo y en el caso de Valle, incluso la caricatura. «Hay cosas curiosas, Valle tiene a principios de siglo obras vinculadas a la sidra hechas como artista y otras como caricaturista en las que denuncia el alcoholismo del proletariado». Dualidades de la vida. Y contradicciones también hay. Si bien en el caso de Piñole no hay constancia de sus gustos etílicos, de Valle sí se sabe que le iba más el vino que la bebida asturiana. Se decantaba antes por un jerez o una cerveza que por un culín.

'Recogiendo la manzana', de Nicanor Piñole, un óleo sobre lienzo de 1922 del Museo de Bellas Artes.; 'Demetrio el guapo', obra de Valle que se halla en el Bellas Artes.; 'Humorada', de Evaristo Valle, obra del año 1942.
Imagen principal - 'Recogiendo la manzana', de Nicanor Piñole, un óleo sobre lienzo de 1922 del Museo de Bellas Artes.; 'Demetrio el guapo', obra de Valle que se halla en el Bellas Artes.; 'Humorada', de Evaristo Valle, obra del año 1942.
Imagen secundaria 1 - 'Recogiendo la manzana', de Nicanor Piñole, un óleo sobre lienzo de 1922 del Museo de Bellas Artes.; 'Demetrio el guapo', obra de Valle que se halla en el Bellas Artes.; 'Humorada', de Evaristo Valle, obra del año 1942.
Imagen secundaria 2 - 'Recogiendo la manzana', de Nicanor Piñole, un óleo sobre lienzo de 1922 del Museo de Bellas Artes.; 'Demetrio el guapo', obra de Valle que se halla en el Bellas Artes.; 'Humorada', de Evaristo Valle, obra del año 1942.

Cierto es que la inspiración sidrera está en estos lienzos y en muchísimos dibujos, está también en fotografías y está asimismo en todas las ilustraciones que pasaron por los talleres litográficos para hacerse publicidad o etiquetas, sobre todo en lo que respecta a la sidra champanizada en sus tiempos gloriosos en los siglos XIX y XX. A ello dedicó también Gijón su propia exposición en 2019. De la mano de Manuel Crabiffosse se desvelaron misterios de esa industria y al tiempo se puso luz sobre toda esa belleza creativa vinculada a ella y a su efecto multiplicador de riqueza. Porque la sidra es ocio y también negocio: «Cabe significar (...) la aportación de los establecimientos litográficos, que a partir de los originales bocetos de sus dibujantes, encabezados por un excelente Julio García Mencía, perfilaron en etiquetas e impresos publicitarios de todo tipo su atractiva imagen, ya fuera con motivos asturianos o de cualquier otra procedencia», escribió Crabiffosse en el libro editado ad hoc.

Rebosan belleza todas estas representaciones que conducen a un mismo lugar al que han mirado otros autores también reconocidos como Mariano Moré o Manuel Medina, que retrata sin ir más lejos a un hombre tocando la gaita en un llagar, o José Antonio Léon Escosura, del que el Museo de Bellas Artes de Asturias conserva 'Una fiesta en el campo' fechada en 1860 que es una delicia.

En los museos de Gijón también se guarda obra gráfica de artistas tan notables como Pelayo Ortega, Fernando Redruello, Joaquín Rubio Camín o José Arias, piezas que fueron concebidas en 1991 para 'El libro de la sidra'.

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