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p 2016.Juan Bonifacio Lorenzo en la Filmoteca de Asturias pocos meses antes de que la cerraran. MARIO ROJAS

Segunda vida para la Filmoteca de Asturias

Resurgir. Gijón se reivindica para acogerla y su fundador, Juan Bonifacio Lorenzo, recuerda que a él nadie lo apoyó durante los casi veinte años que la mantuvo en funcionamiento

Ana Ranera

Gijón

Domingo, 14 de abril 2024, 02:00

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A Juan Bonifacio Lorenzo le dijeron, una y otra vez, que «Asturias no era Hollywood» y esa frase no se le olvida. La tiene clavada en la memoria y todavía le sangra la herida porque él fue quien impulsó sin apenas apoyos la Filmoteca de Asturias, esa que ahora parece que podrá tener una segunda vida. Pero empecemos la historia por el principio, por aquellos años setenta, en los que Bonifacio Lorenzo planteó «por primera vez crear un archivo fílmico en el Principado». Si aquello se hubiera hecho, el nuestro sería «el segundo en abrir de toda España», recuerda indignado por no haberlo conseguido en aquel primer envite. Pero él no es de los que se rinden fácilmente y siguió peleando para que el cine 'made in' Asturias tuviera su propio archivo y así evitar la desaparición indiscriminada de cintas. «Era muy importante crearla porque se estaban perdiendo películas y, cuanto más se demoraran en abrirla, más pelis se perderían, es que de hecho se perdieron muchísimas», se lamenta.

El golpe de suerte le llegó, cuando Sergio Marqués se hizo con la presidencia del Principado. «Él vio el proyecto y me pidió que hiciera un inventario de los filmes que todavía existían», cuenta. Aquel informe le supuso estar «medio año trabajando a destajo», hasta que por fin el 1 de julio de 1997 tomó posesión y la Filmoteca se convirtió en una realidad. Los primeros pasos los dio en el Real Instituto de Estudios Asturianos, donde su espacio se ubicaba «en el antiguo palomar del palacio, por lo que tenía muy buena ventilación».

Esa suerte se torció solo tres años después del inicio, en el 2000, cuando lo mandaron «a la Biblioteca del Fontán». Aquello, según Bonifacio Lorenzo, no fue una decisión adecuada porque «estaba en un entresuelo que no tenía ventilación, tenía que poner el ventilador continuamente» para preservar las películas.

«Gijón podría tener una Film Office que se encargara de llevar proyecciones al concejo»

Pese a esos esfuerzos, algunas duermen desde hace décadas en Madrid. «Me acusaron de habérmelas llevado a la capital, pero las llevé porque eran inflamables», se defiende. «Allí, en la Filmoteca Española, las pusieron en cámaras de seguridad, con lo cual están seguras porque están a la temperatura adecuada para que no combustionen y con la humedad idónea, que es otro gran enemigo», explica y prosigue: «Las filmotecas de las autonomías no suelen tener esas cámaras de seguridad».

Pese a eso, la Filmoteca Asturiana tuvo en aquellos años una intensa actividad con ciclos de cine que acabaron el 28 de diciembre de 2010. Tampoco lo olvida Bonifacio Lorenzo. «Ese día tuve que comunicar que ya no iba a haber más proyecciones. Una señora que estaba allí me dijo que seguro que era broma porque era el Día de los Inocentes, pero no lo era», se lamenta. La falta de presupuesto y de apoyo hizo que la desmantelaran en el año 2016. Empezaron entonces las protestas y los pleitos, que acabaron considerando «improcedente» su despido, aunque el daño ya estaba hecho. Asturias ya no tenía archivo fílmico.

Ahora, ocho años después de aquello, Gijón se reivindica para ser sede de la Filmoteca de Asturias. Las cuatro entidades culturales de la ciudad (Ateneo Obrero, Sociedad Cultural Gijonesa, Ateneo Jovellanos y Gesto) están detrás de esta propuesta, que fue llevada al pleno esta misma semana por Foro y que consiguió unanimidad. Esto supondría que nuestra región recuperara muchas joyas valiosas del archivo fílmico asturiano, por ejemplo, 'Avilés, 1924', el filme más antiguo que se conserva rodado en la villa.

Y no es el único porque también está 'Oviedo-Principado de Asturias', una cinta de quince minutos en la que aparece Oviedo devastado tras la guerra civil. Así como 'El gnomo de la catedral', que refleja los actos celebrados en el templo con motivo del 1.100 aniversario de la muerte de Alfonso II y en los que participó Francisco Franco. 'Llanes, 1917', y 'Un paseo por Oviedo' son otros de los tesoros que podrían volver a casa, en caso de haber un lugar donde garantizar su supervivencia.

Eso sí: Bonifacio Lorenzo no es partidario de que Gijón sea la sede de esta entidad, pues considera que «debe estar en Oviedo». Lo tiene claro: «Este tipo de archivos están en las capitales, sobre todo, cuando hablamos de comunidades uniprovinciales». En su opinión, Gijón «ya tiene la Film Comission» y, si acaso, podría tener «una Film Office que podría traer rodajes al concejo». Además, considera que debería estar en el centro de la ciudad. «No puede estar en la Laboral, que tienes que coger el autobús para llegar».

Hay pues disparidad de opiniones. Muchos creen que Gijón con el FICX e infinidad de ciclos dedicados al séptimo arte es su lugar ideal. Lo que está claro es que el cine asturiano no tiene hoy en su tierra un lugar para guarecerse porque, en la Biblioteca Ramón Pérez de Ayala, de la antigua filmoteca solo tienen «los vídeos y dvds que eran de carácter general y que no tenían nada de especial, se incorporaron a nuestros fondos y están disponibles para el préstamo», explica el director Juan Miguel Menéndez. Eso quiere decir que las joyas siguen lejos y otras muchas quizá caigan en el olvido, jugándose la desaparición.

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