Segunda tarde de la Feria Taurina de Begoña

Tres pinchazos antes de la estocada definitiva dejaron al torero sin Puerta Grande, pero, eso si, se llevó una gran ovación de reconociendo de los aficionados

Inicia en los medios, con la mano derecha y la pierna flexionada una faena en la que vuelve a dejar patente sus condiciones. Cintura encajada, trazo curvo y remate detrás de la cadera. Tuvo esencia la obra. Fundamento también. Pero la espada… la espada volvió a echar por tierra todo el esfuerzo

Otra pintura el novillo de La Quinta que cierra plaza al que Marco Pérez saluda por delantales que abrocha con una media mirando al tendido. Derriba en varas el de La Quinta, antes de un torero quite por chicuelinas de Marco Pérez, coronado de una media de rodillas. La tarde es, definitivamente suya

Como le ocurrió a Manuel Román en sus anteriores novillos, cuatro pinchazos y cinco descabellos se vuelven a llevar el premio. El enclasado novillo de Cuvillo fue ovacionado en el arrastre

Un dije el quinto de Cuvillo, todo un “tacazo” de hechuras. Desmonta al picador en el tercio de varas y a la muleta llega con clase y son. La primera serie con la zurda, fabulosa, la mejor de una faena de largo metraje, con buenos momentos y un cierre muy metido entre los pitones que llegó al tendido.

Primera oreja de la tarde para Marco Pérez

Lo mató de una estocada entera cobrada con el mismo oficio con el que lo toreó

Obra de torero puesto, muy para profesionales, pues el gran público no terminó de percibir las muchas teclas del animal porque el torero le tapó muchos defectos.

Más fuerte el colorado cuarto, de El Freixo, que no se deja torear con el capote. Fue el novillo más costoso, porque no regaló una sola embestida, pero Marco Pérez estuvo a la altura de su exigencia. Muy firme, y sobre todo, con mucho sitio y evidentes recursos técnicos, el salmantino le acaba dando fiesta.

Pero la espada se le vuelve a encasquillar a Manuel Román. Dos pinchazos, un pinchazo hondo y dos descabellos vuelven a dejar la obra sin premio

Precioso inicio sacándose el toro a los medios. Emergen un par de trincherillas y un cambio de mano de gran sutileza. Novillo con clase y profundidad de su embestida pero muy sensible a los vuelos y a los toques. Hay que llevarlo muy pulseado. Lo consigue el torero y sobre todo de mitad de faena en adelante la obra crece porque los muletazos surgen más largos y profundos, siempre descritos con despaciosidad.

Muy en santacoloma el tercero de La Quinta, gacho de pitones pero de excelentes hechuras. Lo lances a pies juntos Manuel Román

Media estocada tendida y tres descabellos le dejan sin premio. Es aplaudido

Novillo con calidad pero medido empuje. Marco le coge muy pronto el sitio y la altura y torea para el toro, ayudándolo mucho, sin obligarlo. Lo muletea encajado, con excelentes formas y lo apura en la corta distancia, con circulares invertidos antes del desplante final.

Un torito el segundo de Cuvillo, agradable de cara pero bien comido. Sale el animal renqueando del puyazo y Marco Pérez lo alivia templándolos con suavidad por navarras. Brinda al ganadero Lorenzo Fraile una faena iniciada de rodillas en los medios bajo los acordes del pasodoble “Ecos Españoles”

Su demora con los aceros (pinchazo, estocada y descabello) dejan sin premio su entonada actuación. Silencio

Novillo noble, dejó a Manuel Román ponerse cerca y, desde ahí, enganchar la embestida para conducirla con sutileza y templanza. Tuvo recorrido el de El Freixo y Román lo aprovechó especialmente en las series sobre el pitón zurdo.

Excelente ambiente en El Bibio que roza los tres cuartos de plaza en el segundo festejo de la Feria de Begoña. Hacen el paseíllo Manuel Román, de lila y plata, y Marco Pérez, de purísima y oro. Se lidian novillos de El Freixo, Núñez del Cuvillo y La Quinta