Diez años sin el genio de Yago Lamela

Un 8 de mayo de 2014, el deporte mundial recibía uno de los mayores mazazos de su historia. Un avilesino, que había revolucionado el salto de altura colándose entre los mejores, fallecía de forma repentina a los 36 años de edad en su domicilio. Era Yago Lamela, el deportista que situó el nombre de Avilés y de Asturias en lo más alto del atletismo hasta convertirse en una leyenda cuyo vacío nadie ha podido ocupar en la última década.

Su nombre perdura para siempre en el estadio de atletismo del Complejo Deportivo Avilés, bautizado como 'Estadio Yago Lamela', en el que cientos de jóvenes atletas entrenan a diario para intentar emular algún día a su ídolo. Para que no les falle la memoria, tienen a entrenadores que conocieron y tutelaron al saltador avilesino en sus inicios, como José Antonio Suárez González 'Pepete' o Carlos Alonso.

«Un genio, un hombre elegido, un superdotado», son los adjetivos que le dedicaba ayer Carlos Alonso a Yago Lamela, uno de sus técnicos en las categorías inferiores de la Atlética, que lo recogió de 'Pepete' tras ser alevín y lo entrenó hasta juvenil. «Tuvo muy mala suerte con las lesiones. Cuando estaba bien en un momento dulce, era cuando siempre le pasaba algo en forma de lesión», recordaba ayer el técnico.

Para Carlos Alonso, el regreso de Lamela de su etapa en Estados Unidos fue clave. «Ya quedaba campeón aquí en todo, a veces en alevín e infantil ganaba las seis pruebas que disputada en los campamentos escolares. Era un privilegiado desde el principio. Al final se decidió por los saltos horizontales porque era lo que más le gustaba, pero en altura también saltaba mucho, y en vallas era un fenómeno también. En Estados Unidos ya se centró en la longitud y cuando vino fue la explosión», destaca.

Yago Lamela fue tres veces medalla de plata en Campeonatos del Mundo y una en Campeonatos de Europa, además de olímpico en Sidney 2000 y en Atenas 2004. Se descubrió como competidor de la elite mundial en los Mundiales de Maebashi en 1999, donde saltó 8,56 y obligó a Iván Pedroso a saltar 8,62 para llevarse el oro. Su plata significó el récord europeo en pista cubierta, que permanecería imbatido casi diez años. Ese palmarés le convierte sin duda en uno de los mejores atletas de la historia del deporte español.

Otro técnico que conoció a Yago Lamela en la Atlética Avilesina fue Miguel Sama. «Desde que llegó ganaba todo, en todos los saltos, en velocidad, corría en cross y ganaba, tenía unas condiciones muy buenas, además era muy competitivo, siempre quería ganar», aseguraba ayer a este periódico.

El afán de superación de Lamela le llevó a mejorar «todos los récords. De hecho, todavía ahora tiene el de España», recuerda Sama, que no se quita de la cabeza diez años después la conversación que tuvo con Yago unos días antes de su muerte. «Yo estaba entrenando en el estadio a infantiles y cadetes, hablé con él y me dijo que iba a empezar a colaborar conmigo en salto de longitud y triple. Me puse loco de contento, pero a los dos o tres días me enteré de su muerte. Me llevé un disgusto muy grande, me llevaba bien con él. Era cercano con quien tenía confianza, era muy abierto y tenía muchos amigos dentro de la Atlética Avilesina», añadía ayer emocionado Miguel Sama.