La nueva vida de Róber Canella pasa por los Picos de Europa
El ex del Sporting de Gijón ultima su puesta a punto para la prueba de este sábado: una maratón de montaña que atraviesa la emblemática cordillera asturiana y cuenta con más de 3.000 metros de desnivel positivo
«Déjame que piense... ¡Ah, meca, sí. El ascenso del Sporting de Gijón!», acierta Róber Canella tras meditar unos segundos cuando se le pregunta acerca de la efeméride de la que se cumple una década el 7 de junio, este sábado. El mismo día que el lateral de Pola de Laviana se enfrentará por segunda vez a la Traveserina. «A mí es que el trail me encanta», se sincera para EL COMERCIO el exfutbolista. Para los que no estén puestos en la materia, la hermana pequeña de la Travesera es una maratón de montaña que discurre por los Picos de Europa, con salida en Arenas de Cabrales y meta en Sotres. «Son 46 kilómetros de distancia con más de 3.100 metros positivos de desnivel y unos 4.000 negativos».
Para poner en contexto, el ganador de la edición anterior, Borja Fernández, la completó en algo más de cinco horas. Canella lo hizo en 6 horas y 54 minutos, una marca nada desdeñable. «Para ser la primera vez estuvo bien, pero sufrí mucho». Este sábado su mente está en pegarle un mordisco al cronómetro de unos veinticinco minutos. «Mi objetivo es intentar bajar de seis horas y media». A sus 37 años, el que fuera capitán del Sporting ha encontrado en el 'trail running' la manera de permanecer enganchado al deporte: «Soy competitivo, pero tampoco es algo que me obsesione. Al final, si no puedo ir mejor y acabo haciendo ocho horas pues tan contento, voy a dormir igual». Este 2025 se van a cumplir dos años del momento en que colgó las botas. Ahora, el dorsal ya no lo luce en la espalda, sino que se lo cuelga en el pecho. En lo que va de año ya ha completado carreras exigentes de asfalto como la Media Maratón de Sevilla o de montaña, como la Transvulcania canaria, similar a lo que se encontrará en la montaña asturiana este fin de semana. «Seguro que me ayuda esa experiencia. Sobre todo el hecho de ya haber corrido esta prueba el año pasado. En la zona de Camburelo me acuerdo que iba con la lengua fuera, pensé que lo tenía que dejar».
La huella de Gerardo Ruiz
Este año, el excapitán sportinguista ha perfeccionado su preparación, empezando por los avituallamientos. «En Bulnes voy a tener al cuñado de Pedro Santa Cecilia y en Sotres y en el Jitu va a estar mi mujer». Ambos le proporcionarán al exjugador geles, bebidas y demás productos del estilo, indispensables para completar pruebas de tanto esfuerzo prolongado y, por tanto, tanta demanda energética. La quema calórica en una prueba como la Traveserina puede superar las 5.000 calorías, más del doble de la tasa metabólica basal promedio de un adulto. «Para el tema de la nutrición yo siempre he sido un poco desastre, pero este año me lo estoy tomando más en serio», reconoce Canella.

El lavianés ultima su puesta a punto, tras haber acudido el día anterior a la despedida familiar a Cote, donde se reencontró con varios de sus excompañeros de rojiblanco. «Fíjate, a alguno como 'Rive' (Alberto Rivera) llevaba sin verlo desde la etapa del Sporting. Presta mucho volver a ver a gente con la que compartiste tantas vivencias». El mismo lunes, antes de asistir al adiós lateral de Roces, el propio Canella, Rivera, Rafel Sastre y Alberto Lora aprovecharon la mañana para salir a correr juntos, rememorando viejos tiempos en el Sporting. «Aquellas pretemporadas con Preciado no veíamos el balón. Gerardo Ruiz (preparador físico de entonces) nos llevaba a correr a la playa, a Pajares, a la montaña... Como profesional, son las pretemporadas más duras que recuerdo, sin duda».
El lavianés se pone como objetivo bajar de seis horas y media: lo que supondría mejora en 25 minutos su actual marca
Un sufrimiento, el de aquellos veranos como futbolista profesional, en los que quizás en Canella comenzó a aparecer esa pasión por las carreras a la que ahora da rienda, aunque sin dejar de lado el fútbol. «Me estoy formando un poco para todo: entrenador, ayudante, dirección deportiva...», reconoce. «El fútbol al final es lo que se me da bien y claro que me gustaría volver y, si es en el Sporting bienvenido sea», concluye, antes de coger el bidón y empezar uno de sus últimos entrenamientos. «Hoy es casi el último estímulo». Así afronta Canella su segunda Traveserina.
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