Paladas en familia en casa de las Manchón

Aunque no era, ni mucho menos, su objetivo, Beatriz Manchón ya tiene sustituta. O, mejor dicho, sustitutas. Sus hijas Beatriz, de trece años, y Laura, de seis, se han decidido por seguir sus pasos y entrenan diariamente junto a ella en el Náutico Ensidesa de Trasona, club histórico asturiano que atraviesa uno de los mejores momentos a nivel de licencias en categorías base.

«Tanto mi marido —Manuel Rodríguez, médico deportivo especializado en ciclismo y, al igual que Manchón, olímpico— como yo teníamos claro que las niñas tenían que hacer deporte, pero nunca les dijimos cuál. Era su decisión», comenta la campeona de Europa y del mundo. La mayor, Beatriz, practicó ballet, judo y natación, pero hace un año se decantó por probar la piragua.

«Le apeteció y la verdad es que lo está cogiendo con ilusión», asegura Manchón. «El piragüismo es un deporte muy duro, entrenar en invierno no es fácil con el frío que se pasa y te tiene que gustar. Por suerte, a las dos les gusta mucho». Beatriz todavía no ha podido competir porque «está en iniciación» y además ahora las pruebas están suspendidas por la covid-19, pero Laura ya sabe lo que es ponerse un dorsal en prebenjamines y «a mí se me caía la baba», sonríe la palista.

El objetivo era que «la embarcación fuese recta y lo consiguió. No me acuerdo cómo quedó, creo que octava, pero eso es lo de menos». Las niñas, que observan a su madre con los ojos brillantes y disfrutan cada día más de la pala, la piragua y el agua, quizá no saben que Beatriz Manchón es miembro de Real Orden del Mérito Deportivo en la categoría de medalla de oro, merced a sus cuatro participaciones olímpicas que su palmarés recoge, saldadas con un botín de seis diplomas, además de 16 medallas en Campeonatos del Mundo (tres oros) y 22 de Europa (seis oros).

A sus 44 años y retirada ya de las grandes competiciones internacionales aunque sin dejar de lado sus entrenamientos, Manchón disfruta ahora de la evolución de sus hijas. En ese sentido, «tuve una experiencia muy bonita en Sevilla, en mi club de toda la vida, el Labradores. Salimos mis hijas, una de mis mejores amigas y yo en un K4 y fue muy divertido. A Laura le costaba, pero nos lo pasamos muy bien».

Lo que tiene claro Manchón es que «no quiero ser la típica madre forofa que va ahí metiendo presión a los entrenadores. Es labor de ellas y cuando quieran algún tipo de ayuda o consejo por supuesto que yo voy a estar ahí, pero sólo si ellas lo piden».

Con todo parado a nivel competitivo por las restricciones sanitarias, Manchón espera que «a partir del año que viene y cuando salga la vacuna se puedan ir poco a poco recuperando las pruebas». Después de varios años federada con el club de Manolo Busto en Villaviciosa, la sevillana ha apostado este curso por pasar a formar parte de la familia del Náutico Ensidesa. «Empecé a venir por las niñas y al final viendo el gran ambiente que hay y lo bien que está organizado el club he decidido federarme con ellos. A ver si podemos pronto comenzar a disfrutar del piragüismo».

Mientras tanto, Manchón no olvida su lucha por participar con Busto en la máxima categoría del Descenso Internacional del Sella. En ese sentido, el mes pasado se publicó que el Tribunal Supremo admitió a trámite el recurso que interpusieron los palistas ante la sentencia que no les permitía participar en el Descenso desde la edición de 2016, cuando los dos palistas quisieron tener la opción de tomar parte en la categoría sénior y no en la mixta durante la emblemática prueba de piragüismo.

Cabe recordar que en el verano de 2019 la Audiencia Nacional dio la razón sobre el caso al CODIS (Comité Organizador del Descenso del Sella) y también a la Federación Española de Piragüismo, que se personó en la causa al recurrir los piragüistas a su Juez Único y a su Comité de Competición. «Fue una gran noticia», comenta Manchón. «No por mí, sino por las mujeres. Nosotros no queremos imponer participar en una categoría, sino poder realizar la crono y que los tiempos nos coloquen donde deban. Han pasado ya cuatro años pero, viendo ahí a mis hijas tengo más fuerzas que nunca para seguir luchando por los derechos de las mujeres», avanza.

Y es que Manchón no entiende que por ese hecho «tengamos que salir siempre las últimas y perdernos, por ejemplo, el paseo de los campeones. Creemos que es una petición lógica y a ver si admitiendo este recurso podemos seguir avanzando en el asunto». El binomio olímpico si ha podido competir en la máxima categoría de otras pruebas.

Con todo, se avecina un año 2021 intenso en casa de las Manchón, que residen en Avilés aunque no se olvidan de Sevilla. No en vano, Beatriz es un icono en la ciudad bajo el apodo de 'Reina de los oros del Guadalquivir'. Parece que la leyenda puede continuar.