
Secciones
Servicios
Destacamos
Aquel 18 de febrero de 2017 no fue un día más. Fue el de su presentación como nuevo inquilino del banquillo del primer equipo del Barcelona. Luis Enrique (Gijón, 1970), que se maneja con soltura frente a los micrófonos y las cámaras, adelantó entonces que el psicólogo asturiano Joaquín Valdés (Oviedo, 1965) se incorporaría a su grupo de trabajo más cercano. «No os preocupéis por el psicólogo, es solo para el entrenador. Si algún periodista lo necesita, también puedo darle su tarjeta», bromeó entre risas,
Una figura que ha venido caminando siempre al lado de Luis Enrique. Su relación comenzó en la temporada 2008-09. Joaquín Valdés acudió a la Ciudad Condal para una entrevista de trabajo. Al otro lado de la mesa se encontró a un Luis Enrique con las riendas en la mano del filial del conjunto catalán y que le abrió las puertas de La Masía. No hubo dudas. Superó la prueba, que constituyó, en palabras del psicólogo en una emtrevista a la 'Revista de psicología aplicada al deporte y al ejercicio físico', «el inicio de una forma de trabajar diferente».
Joaquín, asturiano como Luis Enrique, fue y sigue siendo la sombra silenciosa que ha acompañado al entrenador en su periplo profesional. Aquella inicial relación se fue estrechando, cimentándose, hasta el punto de que el psicólogo ha estado con 'Lucho' tres temporadas en el filial culé (de 2008-11), una en el AS Roma (2011-12), otra en el Celta (2013-14), tres más en el Barcelona (2014-17), cuatro en la Selección Española y tres, por el momento, en el PSG.
Siempre ataviado con la equipación oficial, Joaquín Valdés comenzó a trabajar con Luis Enrique, con el que comparte su afición por el ciclismo, en aquel año 2008, pero ya se había ganado una reputación en el ámbito de la psicología aplicada al deporte, que le llevó a ser contratado por Jorge Valdano para su empresa Make a Team. Aquel licenciado en Psicología del Deporte y Magisterio arrancó su carrera deportiva como judoca profesional alcanzando el grado de séptimo Dan, fue entrenador de esta disciplina y profesor de esquí, y trabajó como psicólogo en otras disciplinas deportivas. Pero su inmersión en el mundo del fútbol le llegó como psicólogo en el Sporting durante cinco años. Lo hizo de la mano del entonces jefe de los Servicios Médicos del club, José Antonio de la Fuente. «Es una persona enamorada de lo que hace, al que no se le escapa un detalle. Una herramienta para el entrenador que ni se imagina», afirma el que fuera entrenador del primer equipo José María Meana Acebal.
Sin Neymar, sin Messi y sin Mbappé, el PSG ha vuelto a la final de la Liga de Campeones. ¿Cuál ha sido el secreto? Probablemente, el banquillo. Luis Enrique ha construido una máquina de ganar, bien engrasada y que no tiembla en Europa, alejado de los caprichos de sus antecesores, satisfechos con los millones catarís. Y, deportivamente, ha logrado convencer esta temporada a sus futbolistas que están en un punto en el que pueden hacer historia en el club parisino. De forma inminente, con la conquista de la Champions ante el Inter el próximo 31 de mayo en el estadio Allianz Arena. Pese a la marcha de su estrella, Mbappé, el entrenador gijonés ha encontrado la excelencia, la de un equipo redondo y preparado para resolver cualquier tipo de partidos o situaciones que pueden darse en la cita de Múnich, que contará con la presencia de estos dos asturianos.
«Nuestra forma de trabajar es una forma de hacerlo muy de equipo, porque la idea de nuestro líder en ese caso es que la mayoría de las cosas se discutan, se pongan en contexto y se hablen entre todos», explica Joaquín, que analiza todas las situaciones. No solo las que afectan a los jugadores. También las que tienen al míster como protagonista: desde su comportamiento en las ruedas de prensa a su estar en la banda mientras dirige un partido.
«Creo que el PSG se merece ganar la Champions por todo el esfuerzo que ha hecho y la afición se la merece mucho tiempo. Vamos a intentarlo este año y los siguientes», dijo Luis Enrique al término del partido de vuelta de las semifinales de Champions. Meses atrás aseguró que el equipo jugaría mejor sin Mbappé y así ha sido. El PSG, tal como quiere Luis Enrique, corre mucho, presiona, defiende y ataca. Pero todos sus futbolistas. Sin excepción. «Todos tienen su responsabilidad dentro del campo. Poco importa si es un chico de 18 años o un veterano de 30 como yo. Cada uno tiene un papel muy claro, ayudando al máximo», explicaba el central Marquinhos. El que no da el máximo no juega. «Es la filosofía que tiene el entrenador y la que nos ha traído a este nivel», añadía el brasileño.
Luis Enrique, con su fuerza contagiosa, ha formulado con éxito su receta del éxito: no admite transiciones, tampoco pausa y tiempo. Solo vértigo y exigencia desde el primer minuto. Pero también ha sabido rodearse de un buen grupo de trabajo de confianza en el que delegar. Leal. Siempre a su lado. De absoluta confianza. Un bloque al que contribuye también su amigo Joaquín Valdés.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Óscar Beltrán de Otálora, Gonzalo de las Heras e Isabel Toledo
Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.