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En su actual clínica, donde trabaja, en Oviedo, con uno de los Premios Quini logrados en anteriores ediciones. Mario Rojas

El sexto Premio Quini de Iván Conceiçao, de postre

El delantero de 26 años recibirá un nuevo galardón por su última campaña con el Titánico, tras la que ha colgado las botas para centrarse en la nutrición deportiva

Iván García

Gijón

Martes, 18 de noviembre 2025, 16:04

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«Sin duda que este es el más especial porque seguramente sea el último». Iván Conceiçao (El Berrón, 1999) recibirá el próximo jueves, de manos de David Villa, su sexto Premio Quini como máximo goleador asturiano de Tercera Federación del curso pasado. Media docena son también las veces que Leo Messi ha ganado la Bota de Oro. Una comparación que se toma con humor: «Ya me gustaría, sí».

Formado en las categorías inferiores del Real Oviedo, Conceiçao regenta actualmente una clínica de nutrición en la capital asturiana, a pocos metros de la estación de autobuses. La suya se puede decir que ha sido toda la vida una dieta rica en goles. «Empecé jugando de defensa y me pusieron un año de delantero y me acuerdo que me hinché a meter goles». Así recuerda el joven de 26 años su primer Premio Quini, conseguido en 2010 y con el que posa para EL COMERCIO junto a las camisetas del equipo carbayón y del Caudal, equipos en los que ha militado. «Era un crío y recuerdo que cuando fui a la gala y vi a Quini y Villa... No me lo podía creer», acierta a recordar de aquel primer galardón como máximo realizador de Primera Alevín.

Después llegarían los siguientes por ser el mejor realizador asturiano en categorías infantil, cadete y juvenil, donde lo ganó por partida doble. Cinco veces Premio Quini que pasarán a ser seis esta misma semana. «Durante muchos años conseguir este premio era una de mis motivaciones para meter goles».

La suya, pese a todo, no es una historia en la que todo haya ido siempre rodado, como lo demuestra el hecho de que esta temporada haya tenido que colgar las botas. No sabe si de forma definitiva. «El año pasado para mí era ya difícil de compaginar. Entraba a las ocho de la mañana aquí, en la clínica, salía a las siete de la tarde y era ir a la carrera a entrenar a Laviana. Llegaba a casa a las once de la noche, casi sin tiempo para nada», repasa sobre su rutina en la temporada pasada, en la disciplina del Titánico. En el equipo de Las Tolvas consiguió catorce dianas, consagrándose de nuevo como primer realizador nacido en el Principado. Este año está sin equipo. «Ya hace un par de años, cuando estaba en el Caudal, tenía claro que quería abrir mi propio negocio y apostar por aquello en lo que me he formado, que es la nutrición. Lo que pasa que me llamó Castelao para que fuese al Titánico y, como había coincidido con él en el Oviedo, me convenció». Aquella decisión le sirvió para conquistar este Premio Quini, tal vez su último, quince años después del primero. «Claro que echo de menos el fútbol, soy muy competitivo y cuando ves algún partido te apetece jugar, pero fue una decisión muy meditada».

En la gala del jueves 20 en el Hotel Artiem compartirá en la lista de premiados con mucho amigo, conocido e incluso cliente, como la jugadora María Méndez. La internacional española del Real Madrid es una de los muchos deportistas del fútbol asturiano que se han puesto en manos de Conçeicao. «Empezamos a trabajar sobre todo a raíz de febrero, que estaba en un momento un poco más bajo ella». No será la única cara conocida para él en una lista de premiados en la que figuran futbolistas como Gaspar Campos y Nacho Méndez, con los que ha compartido vestuario en la Selección Asturiana.

Su experiencia en Canarias

Aunque Conceiçao ha desarrollado casi íntegra su trayectoria futbolística en Asturias, fue su única experiencia fuera –pasó año y medio entre 2021 y 2023 en el Gran Tarajal canario– la que le cambió la forma de ver la vida. «Venía de tres años en los, entre lesiones y faltas de oportunidades, sentía que no los estaba aprovechando». Tras dos experiencias cedido en Praviano y Condal –en el equipo noreñense se rompió la rodilla en su peor momento–, le pidió al Oviedo que le abriese de nuevo las puertas, pero esta vez para irse al fútbol canario. «Allí volví a sentirme importante. Marqué ocho goles en mi primera media temporada y catorce en la segunda. Me querían equipos de Segunda Federación».

Pero Conçeicao tenía claro que su futuro pasaba de nuevo por Asturias y por eso apostó tras ello por el Caudal con la intención de emprender también en aquello en lo que se había terminado de formar durante su experiencia canaria: la nutrición. «No fue un año fácil, tuvimos tres entrenadores, pasé otra vez mucho tiempo lesionado...». Estuvo a punto de decir adiós entonces, pero se dio una última oportunidad, en el Real Titánico.

«Es el momento de dejarte a un lado y priorizarme tanto a nivel físico como mental. Me has hecho sufrir, me has apartado, me has visto roto, solo y en un quirófano más de una vez». Así anunciaba el atacante de El Berrón que dejaba el fútbol el pasado mes de mayo tras su última temporada con el cuadro lavianés tras más de una década pulverizando todos los registros goleadores en la cantera del Real Oviedo hasta llegar al Vetusta. «El fútbol profesional no es para todo el mundo. No pasa nada. Llega un momento en que lo asumes y la vida sigue», sentencia.

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