La cara más solidaria de Lino Gómez, un karateca de leyenda
Apoyo. Lino Gómez organiza desde hace tres años un curso en beneficio de la asociación ELA Principado: «No conozco una enfermedad como esta»
Lino Gómez (Pola de Somiego, 1962) lo es todo en el kárate. Campeón de España primero e instructor de un gran número de grandes figuras internacionales después, seleccionador asturiano y durante veinte años de España, con la que logró ocho campeonatos de Europa, un campeonato del mundo y dos subcampeonatos, entre otros muchos títulos, su currículum daría para un libro. Pero Lino Gómez no es solo un karateca, también es una persona que sabe arrimar el hombro. Y que lo hace. Durante los últimos tres años viene organizando un curso en beneficio de la asociación ELA Principado impartido por grandes figuras de este deporte con el que ya han conseguido recaudar más de 10.000 euros.
La historia de este curso nace de vivir la experiencia de esta enfermedad desde muy cerca. Jesús Ramón es su sobrino. Tiene 39 años y hace unos años fue diagnosticado de esta dolencia. Así que la familia se acercó a la asociación ELA Principado y descubrieron la «inmensa labor» que hacen con estos enfermos. La pregunta vino pronto a la cabeza. «Veías que necesitaban recursos y nos dijimos ¿cómo podemos ayudar?». La respuesta la encontró Lino Gómez en la actividad que ha guiado su vida desde bien joven. «El primer curso lo impartimos Damián Quintero, Iván Leal, Óscar Vázquez y yo. Este año Damián no ha podido venir y acudió Raúl Martín», explica.
La fortaleza que muestra Jesús Ramón, quien practicaba kárate y fútbol, asombra a su tío. «Se comunica con los ojos y siempre tiene una sonrisa para todos. Es una persona que nos inspira a todos». Chus, como lo conocen en su círculo cercano, tiene la suerte de contar con una familia que le da todo el apoyo posible, pero Lino Gómez echa de menos que se active la Ley ELA, aprobada hace más de medio año pero sin financiación consignada que permita desplegar el catálogo de servicios que contempla. «La ley está aprobada, pero los enfermos y sus familias no han visto ni un duro».
La reciente concesión del noveno dan le convierte en una de las personas más jóvenes de España en poseerlo
Con la ayuda de buenos amigos ha podido Lino Gómez poner en marcha este curso solidario. Con la primera recaudación en la mano, de algo más de 3.000 euros, esta leyenda del kárate se dirigió a María José Álvarez, presidenta de ELA Principado. «Le dije que eso para ellos sería calderilla y me contestó que no, que con eso podían pagar un fisio para un enfermo durante un año o comprarle un ordenador».
No es la única causa solidaria a la que se ha sumado el seleccionador asturiano. El año pasado tenía programado un curso en Catarroja, en Valencia. Dos días antes de su celebración llegó la terrible dana que asoló la zona, lo que obligó a suspenderlo. «Hicimos el curso en Grado y mandamos la recaudación a la Federación de Valencia para que la repartiese entre los principales clubes de kárate. Luego, cuando pasó lo peor, hice el curso en Cheste».
La tercera edición de la formación solidaria en favor de la ELA ha llegado en un momento especial para Lino Gómez. La Federación Española de Kárate, tras el requerimiento de la asturiana, ha decidido concederle el noveno dan, un grado que solo tienen otras tres personas en Asturias. «Me lo han dado por pesado», bromea un deportista que lleva «casi cincuenta años de forma ininterrumpida en el ámbito del kárate. «Tengo 63 años y soy una de las personas más jóvenes de España que lo tienen. Este reconocimiento te suele llegar más tarde», reconoce. «Me parece mucho grado para el camino que aún me queda, pero lo recibo con todo el honor y la modestia del mundo».
El reconocimiento obliga a mirar adelante, con el décimo dan, máximo grado posible, en el horizonte. Pero también permite echar la vista atrás. Y haciéndolo, Lino Gómez se da cuenta de que los éxitos que tuvo como competidor quedan por debajo de los que ha logrado como formador. «Da más satisfacción personal ver a alumnos tuyos conseguir éxitos. Aunque la medalla se la lleve uno, es una labor de equipo». Este somedano que tiene su propio gimnasio en Oviedo, un referente en la región, no concibe «un día» sin su entrenamiento, sin sus clases. Porque el kárate es y será para él esa actividad que le «rescató tantas veces de tantas cosas. Cuando lo haces solo piensas en el movimiento, no puedes tener la cabeza en otra cosa. Es una terapia». Para él y también para los demás.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
