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Saúl Craviotto, en el vehículo, durante un control, ayer, en Gijón. A. GARCÍA

Craviotto: «Trabajaré mientras mis superiores me necesiten»

El cuatro veces medallista olímpico se ha sumado a las patrullas junto a sus compañeros de la Policía en Gijón

ANDRÉS MENÉNDEZ

Jueves, 2 de abril 2020

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Tiene Saúl Craviotto una ilusión. Poner el broche a su carrera deportiva con un nuevo oro olímpico. Tokio era el fin de trayecto para uno de los mejores deportistas que ha dado España. Su currículum, jalonado de éxitos, lo constata como el hecho de que el COE le haya designado como abanderado en los Juegos que se iban a celebrar este verano. El coronavirus ha cambiado el guión y obligado a los organizadores a dar marcha atrás en sus primeras intenciones, posponiendo la cita olímpica para dentro de un año, justo el 23 de julio. Un alivio para el piragüista ilerdense afincado junto a su familia en Gijón. «No era justo celebrarlos este año», repite Craviotto, frustrado ante la imposibilidad de mantener su alto nivel de entrenamiento, víctima como el resto de deportistas españoles de las restricciones que impone el confinamiento. La suspensión de los Juegos fue una liberación. Se cumplía su deseo de entrenar sin ataduras y llegar a Tokio, en igualdad de condiciones respecto al resto de competidores, ya que muchos rivales pueden seguir con su preparación en otras coyunturas más favorables.

Nada más conocerse la decisión del comité organizador y del COI. Saúl Craviotto trasladó al jefe de la Policía Nacional de Gijón, Damaso Colunga, su intención de volver a la actividad e intentar ayudar en un momento difícil para toda la ciudadanía. «Volví a mi trabajo ante la necesidad de la situación que vivimos», precisa Craviotto, que volvió a la calle el pasado lunes. Afirma sentirse muy a gusto en su labor profesional y agradecido a sus compañeros por la acogida. «No puedo pedir más por el trato que han tenido conmigo».

Su labor diaria le permite compaginar los entrenamientos que hace como rutina para no perder la forma o, al menos, amortiguar los efectos del confinamiento de los que tampoco se libra. Por las mañanas forma parte de la patrulla UPR y por las tardes se ejercita con intensidad en su casa para no perder la forma, motivado para llegar lo mejor posible a los Juegos del próximo año.

«Hago las labores habituales con mi compañero», desgrana este gijonés de adopción e ilerdense de nacimiento. «Controlamos un poquito el tráfico en la ciudad y, como es lógico en este momento, preguntamos a las personas el motivo de su desplazamiento», añade. Craviotto, en este sentido, rompe una lanza por la ciudadanía. «La gente en Gijón es solidaria y tiene un buen grado de responsabilidad con el confinamiento que tiene que guardar», subraya. Por las tardes, cambia el uniforme y entrena como un deportista de élite. En su hogar se ejercita con el ergómetro, a lo que añade ejercicios específicos que le manda su entrenador, Miguel García. «Unos días las sesiones son de dos o tres horas y otros puedo llegar a las cuatro o cinco, no me queda otra».

Craviotto tiene el deseo de que esta crisis sanitaria «pase lo antes posible» y tiene muy claro que seguirá enfundándose el uniforme «hasta que mis superiores lo necesiten».

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