El gijonés Juan Merediz recupera su desafío de dar la vuelta al Mundo
Participará en la Global Solo Challenge, en la que recorrerá 26.000 millas sin escalas y tendrá que superar los cabos de Buena Esperanza, Leeuwin y Hornos
El gijonés Juan Merediz (1969), aunque afincado en Valencia desde hace casi dos décadas, se hará a la mar esta sábado en La Coruña para afrontar uno de los grandes desafíos de la vela transoceánica: la Global Solo Challenge. O, lo que es lo mismo, la vuelta al mundo en solitario y sin escalas. Más de 100 días de navegación, en los que cubrirá 26.000 millas náuticas y superará los tres grandes cabos: Buena Esperanza, Leeuwin y Hornos. Será el único regatista español en la prueba.
Merediz agota las últimas horas en la Marina de ciudad gallega, donde realiza la última puesta a punto de su embarcación, el 'Sorolla'. Un Pogo Class 40 que pasa por ser uno de los veleros más rápidos de la flota que participará en esta regata. En ella, los participantes toman la salida de forma escalonada, dependiendo del diseño y el potencial de velocidad del barco. Su experiencia en pruebas de estas características, con participaciones en la Mini Transat, la Figaro y en la Barcelona World Race, hace que el gijonés sea uno de los referentes de la prueba y uno de los candidatos a conseguir el triunfo.
Merediz afirma que vuelve a hacerse la mar en esta prueba porque «no puedo evitar sumarme a estos desafíos». «Me crié en Fomento y desde crío siempre he querido saber qué hay más allá de la raya del horizonte y eso acaba siendo el objetivo de tu vida. Llevo años peleando por estar en la salida de una vuelta al mundo y ahora lo voy a conseguir», comenta.
El gijonés será el único participante español que se hará a la mar en una prueba de más de 100 días de navegación
Este es un proyecto que nace, dice, «del empuje de la gente de mi alrededor». «Primero compramos un barco entre varias personas y, luego, buscamos los patrocinios. Aunque mucha gente pensó que no lo lograríamos, el velero está en el pantalán esperando por mí», hace hincapié..
Y es que uno de los grandes escollos de los navegantes para poder estar en la baliza de salida es el económico: «Es lo más difícil de esta aventura». «Ha salido adelante trabajando mucho. He tenido que luchar contra esa imagen de la vela como deporte elitista. Yo soy hijo de la crisis del sector naval y esto ha sido pelear sin cesar», explica.
El navegante gijonés ya ha pasado página a su abandono en la Barcelona World Race en 2011, junto a Fran Palacio, por unas roturas en el barco. Aquella experiencia, señala, «me ha servido para aprender». «Si rompo algo después de salir, estoy preparado. Mi trabajo es ese. No me genera ninguna carga lo sucedido en aquella ocasión y espero que no pase. Estoy convencido de que concluiré la regata», añade.
A nadie se le escapa que la prueba tiene una gran exigencia física, pero también mental al enfrentarte a la mar en solitario durante más de cien días. «La preparación mental para mantenerse concentrado todos los días, para conseguir tener fuerza para continuar empujando durante toda la travesía, es muy importante. Son más de 100 días y tienes que llegar a casa sano y salvo. Además, quiero ganarla y tengo barco para ello» señala.
Sobre sus opciones en la regata, afirma que «lo primero es salir y llegar. Luego ver el pantalán y si eres el primero». «Espero mucha dureza. Las previsiones meteorológicas para el sábado son muy complicadas. Viene un temporal muy grande y vamos a ver si nos deja comenzar la prueba», advierte. «El barco es muy bueno y va a ver mucha rivalidad. Sé que tengo que navegar seguro y rápido, y elegir el comino bueno. Haciendo eso, tengo mucho ganado para finalizar y tratar de ser el primero».