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Todo torneo de tenis que se precie en el circuito internacional tiene sus 'highlights' o historias destacadas. El Mutua Madrid Open que finalizó el pasado domingo no iba a ser diferente. Lo inusual es que en esos momentos para el recuerdo se cuele un speaker avilesino, Antuá Rosas, que se ganó al público y a los tenistas con una espectacular forma de presentar los partidos y las ceremonias de entregas de premios. Su voz retumbó en la Caja Mágica y hasta fue capaz de brillar a capela para cantar el final de un partido el día del famoso apagón en España.
Antuá Rosas es un avilesino del barrio de Versalles de 46 años de edad que empezó como speaker por casualidad y hasta ahora estuvo siempre ligado al mundo del boxeo. «Rubi, del Gimnasio Toa, hizo una velada, se le olvidó llamar a un speaker y me llamó mientras estaba en una comida. Me dijo si me atrevía y acabé con un traje que no era mío encima de un ring», recuerda.
Rápidamente se ganó con su voz a muchas personas, entre ellas Daniel Rasilla, promotor de boxeo fallecido. «Fue el que me cogió para sus veladas, tenía visibilidad para los campeonatos de Europa y luego ya di el salto a Barcelona y Madrid, y por toda España. Y desde España, a Europa en combates como el primer europeo que ganó Sandor Martín en Barcelona y que lo presenté yo», destaca el speaker avilesino.
Aunque también lo reclutan de otros deportes como el baloncesto y el fútbol de forma puntual, Antuá Rosas se ha especializado en el boxeo, «que a mí no me gusta», recuerda con una sonrisa. Compagina su faceta de speaker con su negocio familiar, la empresa de servicios auxiliares Quantum Norte.
Fue precisamente el mundo del cuadrilátero el que le abrió este año las puertas del tenis, algo desconocido hasta ahora para Rosas. «El Mutua Madrid Open siempre se ha caracterizado por ser un torneo que innova. Ahora querían darle una vuelta de tuerca y hacer las presentaciones de los tenistas como en boxeo. Quisieron recrear el espectáculo del boxeo en la salida del luchador, siempre respetando los tiempos y liturgias de los tenistas», explica el speaker avilesino.
Su nombre enseguida apareció sobre la mesa del torneo madrileño gracias al boxeador Jero García. «Hicimos una puesta en escena a modo de prueba en la que estaba el CEO del Mutua Madrid Open», destaca con orgullo. El resto ya es historia de un torneo que acaba de finalizar, que integró a un equipo de cuatro speakers y que ha hecho viral a Antuá Rosas en varios momentos.
Uno de los más sorprendentes fue el día del apagón de luz en toda España. Estaban jugando Andreeva y Starodubtseva, se fue el suministro eléctrico y entre el desconcierto del público emergió la figura del speaker avilesino, que se dirigió al centro de la pista, se quitó la chaqueta y gritó a capela quién había ganado.
Aunque no tuvo la suerte de que Djokovic llegase al partido que tenía asignado, a Rosas le hizo especial ilusión presentar «a uno de los tenistas más queridos del circuito, Casper Ruud». Entró a la pista madrileña como el «orgullo vikingo», en el afán del avilesino por contar «más una historia que poner un mote, al ser noruego meto un poco de literatura mítica vikinga y el grito de guerra para que la gente diga 'Ruud'».
También fue muy sonada la presentación que hizo el avilesino de Ben Shelton, un joven americano que apunta a estrella del tenis. «Se paró, fue hacia donde yo estaba, sacó su rotulador, miró mi papel y firmó junto a su nombre», rememora. Otro tenista, el semifinalista Francisco Cerúndolo, «quiso que se le llamase gladiador». Y el broche final fue su presentación de la entrega de premios tras la final femenina, donde Sabalenka le animaba, incluso, a subir el tono de voz.
Antuá Rosas triunfó en Madrid con su estilo espectacular de presentar eventos. «Cuando digo la biografía me dejo la garganta, cada uno tiene su registro y yo soy muy de adrenalina. Muchos tenistas se paraban y aplaudían con la raqueta. Es de agradecer, porque es algo que muchas veces no pasa en el boxeo, que cuando ganan un combate se creen Mike Tyson», añade.
Aunque asegura que «disfruté mucho», los primeros días en el Mutua Madrid Open no fueron fáciles para el speaker avilesino. «Al principio no era yo, pensé que tenía que adaptarme al tenis y lo estaba incluso pasando mal. Cometía algunos errores que son impropios para un profesional, pero luego ya mi mujer que es psicóloga me dijo: tienes que coger y ser tú, te llamaron por las que lías, porque levantas a la gente. Y a partir de ese momento «hubo un cambio de chip con una presentación, a la polaca número 2 del mundo, Iga Swiatek. Ella, que no habla ni papa de español, paró su peloteo y todo, y ahí empecé a disfrutar al 100%».
La labor de los speaker en este torneo los convirtió en un atractivo más, con el reconocimiento del público por todo el recinto y entrevistas en televisiones de ámbito nacional e internacional. «Me quité ese pequeño miedo de venir a un sitio como el tenis muy protocolario, medido, un tío de Versalles a pegar voces como un loco», reconoce Antuá Rosas.
¿Puede haber un antes y un después del Mutua Madrid Open para él? «No sé dónde me llevará, ni quiero pensarlo. El público es muy agradecido y la gente va a pasarlo bien». Lo que tiene claro es la importancia que le da a su familia: «Quiero agradecer a mi mujer que apuesta por mí todos los días en esta profesión, pero sobre todo a mi madre, que desde niño me dejaba estar en casa radiando la vida como si fuera un partido». Sin olvidar a sus empleados en Quantun, «que son acojonantes y me están ayudando mucho».
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