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Si pedimos a alumnos de Primaria que dibujen cómo se imagina a alguien que se dedica a la ciencia, probablemente piense en un hombre con bata blanca, quizás mayor, quizás con el pelo blanco, rodeado de frascos en un laboratorio. Lo normal es que prácticamente ninguno se haya acordado de Margarita Salas, que no conozcan a Katherine Johnson y que no hayan oido hablar nunca de Maryam Mirzakhani. Porque los estereotipos se cuelan cualquier sitio, y también en la enseñanza, en los referentes, en la creencia de lo que uno y una es capaz de hacer. Y para luchar contra eso están los programas de coeducación y, en concreto, Coeducastur, diseñado por la Dirección General de Igualdad. Desde el convencimiento de que tanto en Primaria como en Secundaria, y a través de las Matemáticas, la Lengua o la Ética se puede ayudar a las niñas a acabar con la 'incompetencia aprendida' y el síndrome de la impostora y se puede hacer ver a los niños que ellos también lloran y que eso de 'portarse como un machote' o que 'las niñas no saben jugar al fútbol' quedó atrás.
El material que el Principado ha puesto a disposición de los docentes y los centros (y que puede ir acompañado de formación y tutorización) ofrece unidades didácticas de Matemáticas, Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Emprendimiento, Competencia Digital, Conencia y expresión culturales, Ciudadanía y Comunicación lingüística para Primaria y en áreas similares para Secundaria.
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Porque el sesgo de género, como ha quedado claro en el primer párrafo, están en «la idea misma de qué cosas consideramos ciencia y cuáles no. Química, biología, cálculo, geometría… son palabras que nos suenan a ciencia y activan una imagen mental científica: laboratorios, hojas de cálculo, centros de investigación tecnológica… pero difícilmente asociaremos a esas disciplinas espacios como la cocina de casa, el armario de productos de limpieza, el jardín, la costura o la lista de la compra. La ciencia y sus saberes son algo que ubicamos en el espacio público y productivo y, por lo tanto, la asociamos a lo masculino». De ahí la mencionada incompetencia aprendida: existe una brecha de género en la autopercepción de las competencias en las materias científico-tecnológicas. Por eso las chicas son solo el 16,8% en los estudios universitarios de Informática y un 30% en las ingenierías. Y por eso más del 80% de los alumnos de Enfermería son mujeres y el 86% de quienes se preparan para ser maestros de Infantil.
Así que además de hablarles de grandes científicas, también se propone mostrar en el aula otros ejemplos que se saltaron todas las 'normas' y estereotipos por su raza, por su origen, por su discapacidad... Y entrenar la capacidad de observación con Jane Goodall como 'maestra'. Y acercarse a la geometría de la mano de Mary Everest Boole. Los ejemplos recogidos en el material de Coeducastur son muchos.
También en el área de Comunicación Lingüística, porque «los centros educativos son espacios muy importantes para la transmisión de un lenguaje no sexista que incorpore a las mujeres y las visibilice. Nombrar es visibilizar, reconocer, no nombrar sería lo contrario, no visibilizar y, por tanto, no reconocer, en nuestro caso, a las mujeres».
Y así, si se le pide al alumnado más pequeño que escriba adjetivos para personajes masculinos y otros para los femeninos, aún es probable que la primera lista incluya palabras como fuerte y valiente y la segunda, tranquila, buena. Unos ejemplos que, según explican las autoras de Coeducastur, se perpetúan en los cuentos infantiles, en títulos como 'Caperucita Roja', 'Blancanieves', 'La bella durmiente y 'El gato con botas'. «Un cuento que no reproduce sexismo en los adjetivos de personajes femeninos y masculinos es aquel que no perpetúa estereotipos y que designa con las mismas cualidades a sus protagonistas». Opciones: 'Súper Lola', 'Rosa Caramelo', 'La mitad de Juan', 'Lalo, el príncipe rosa'.
De los libros a la música y a los dibujos animados, se anima a docentes y alumnos a analizar rasgos sexistas y estereotipos de género.
Y así, materia a materia, las propuestas de Coeducastur no hacen sino obligarnos a poner la lupa en tantas cosas interiorizadas. También a los alumnos de Secundaria, para quien se propone analizar cómo se reproduce el sexismo y entrar en otras cuestiones como «tomar conciencia sobre las desigualdades entre chicas y chicos, mujeres y hombres, diferenciando lo que es 'sexo' de lo que es 'género'» y a quienes se anima a completar una tabla sobre aspectos 'biológicos' y 'culturales' de chicos y chicas.
Marián Moreno es la artífice de Coeducastur. Una de las mayores expertas del país en coeducación y este párrafo de la introducción del programa deja claro el origen, la motivación y el fin último: «La educación para la igualdad es la estrategia principal para la prevención de la violencia de género y para sentar las bases de una convivencia igualitaria y respetuosa entre hombres y mujeres en la sociedad. A convivir se aprende, la igualdad se aprende».
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María Díaz y Álex Sánchez
Almudena Santos y Leticia Aróstegui
Josemi Benítez
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