8M-Día Internacional de la Mujer
Desigualdad 3.0, la brecha que trajo el siglo XXIInternet. La red no protege, sino que deja fuera a las personas más vulnerables, y la mayoría son mujeres. Por eso este 8M se dedica a «un mundo digital inclusivo»
Es asturiana. Tiene entre 65 y 74 años. Nació en una España en la que su condición de mujer la convertía, casi de facto, en persona dedicada a cuidar. Hasta 1972 no desapareció la obligación de estar siempre tutelada por un hombre (padre, hermano, marido); hasta 1975 no se permitió a las mujeres firmar por sí solas contratos, compras o abrir una cuenta, y hasta 1981 el marido tenía la total tutela de los hijos. Incluso los podía dar en adopción sin contar con la madre. El empleo, casi vedado o limitado a profesiones de servicio o cuidado.
Así que sí, después de superar la brecha de género, que la situaba detrás de sus coetáneos varones para todo, esa asturiana de entre 65 y 74 años logró encontrar empleo se dio de bruces con la brecha salarial. O lo que es lo mismo: cobrar menos por el mismo trabajo. Su menor cualificación la hizo tener trabajos con peores sueldos. Empleos feminizados que, por el mero hecho de llevar ese calificativo, son sinónimo de inferior salario. Un hombre dedicado a limpiar el suelo de una fábrica cobra más que una mujer dedicada a limpiar ese mismo suelo. Porque el puesto de él es 'operario de mantenimiento'. El de ella, hasta hace poco, 'mujer de la limpieza'.
Por si fuera poco, su condición de asturiana la llevó a padecer la mayor brecha salarial del país (del 15,89% frente a una media nacional del 10,28%), una distancia económica que no mejoró en el momento en el que se convirtió en jubilada. La brecha salarial de las asturianas con pensión contributiva es del 37,1%, mientras que la media nacional se queda en el 27,7%. Y, ahora, esa asturiana de entre 65 y 74 años, que ha pasado su vida en busca de la igualdad entre hombres y mujeres, se ve atrapada por la desigualdad 3.0. La que genera la brecha digital. La que hace que más de 61.000 asturianas como ella no sepan hacer gestiones por internet. Porque la gran mayoría de ellas, casi 48.000, apenas si utiliza la red.
En porcentajes, en Asturias solo el 61,5% de las mujeres en ese grupo de edad utilizan internet con frecuencia. Menos aún, el 15,1%, compra 'online'. Los hombres de la misma edad suben esas tasas al 70,1 y al 23,5%.
Unos porcentajes que sitúan a los y las mayores asturianas a años luz de distancia de los que registran los más jóvenes de la pirámide poblacional del Principado. Los chicos y chicas de entre 16 y 24 años tienen la misma tasa de uso frecuente de internet, el 100%, y, aunque hay diferencia en las compras desde la red, de un 74,5% para ellos y un 80% para ellas, en ambos casos la brecha entre los nativos digitales y la población jubilada es enorme.
Esos son algunos de los datos que ofrece el informe 'Asturias en cifras' que elabora para el Instituto Asturiano de la Mujer (IAM) María José Álvarez Martín, del Observatorio de Igualdad entre Mujeres y Hombres. Unos datos que dan mucho sentido al lema elegido por la ONU para el Día Internacional de la Mujer de este año: «Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género».
Porque la digital es una red que no sirve como colchón de protección para salvar a todos de la caída. Nacida para la conexión infinita y sin barreras, la conexión a internet no es accesible para todos. Menos aún para todas.
Derechos en peligro
En su defensa del lema elegido, la ONU dice que quiere «explorar los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las desigualdades sociales y económicas». Para ese objetivo hay espacio para la mejora en Asturias. En su informe, el IAM avisa de que «el avance hacia la sociedad digital requiere una ciudadanía formada en las nuevas tecnologías de la información y comunicación, ya que cada vez es más necesaria la alfabetización digital para el pleno ejercicio de los derechos y el acceso a los servicios públicos y privados».
Algo que se ha multiplicado tras la pandemia de la covid. El cierre de la atención presencial volcó el acceso a ayudas y a servicios a internet, sin que sea una opción para muchas personas.
El Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias denunció durante la pandemia que las personas sin recursos económicos, independientemente de su edad, tuvieron que recurrir a la ayuda de ONG asturianas para, por ejemplo, solicitar ayudas compensatorias por la covid, ya que solo se realizaban por internet, y su precariedad económica hacía que muchos aún tenían móvil, pero no conexión a la red.
Una tendencia nacida con la pandemia, pero que ha llegado para quedarse. El Principado ha cambiado la legislación en materia de dependencia. Desde el pasado 1 de marzo, las solicitudes de ayuda deben realizarse a través de internet. Y, como apunta el informe del IAM, solo el 15,1% de las asturianas entre 65 y 74 años realizan compras por internet, parámetro que puede equipararse a realizar gestiones. La tasa para las mujeres de entre 55 y 64 años se queda en el 35,4% y solo las asturianas de menos de esos grupos de edad tienen porcentajes más abultados de uso efectivo de internet.
Dice el estudio que el 61,5% de las asturianas de entre 45 y 54 años sí hacen compras 'online', como lo hacen el 84,3% de las que tienen entre 35 y 44 años, hasta el máximo de las jóvenes de entre 25 y 34 años: el 91,45%.
Realizado con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el informe regional revela que el uso del móvil está generalizado entre la población «casi el 100% tanto en hombres como en mujeres», tasa en la que Asturias no difiere del resto del país. Pero una cosa es utilizar el móvil, incluso tener redes sociales de mensajería gratuita o para disfrutar de imágenes y memes, y otra estar preparada para realizar gestiones. Y así lo refleja el estudio del IAM: «El uso de internet para realizar compras es el menos extendido entre la población en Asturias». Eso sí, la brecha de género es inversa: «En cuanto a la utilización de internet, en Asturias las mujeres superan a los varones. En mayor medida en el uso más frecuente (al menos 5 días a la semana); en este tipo de uso la brecha llega a 6 puntos a favor de las mujeres».
Al comparar lo que ocurre en la región con lo que pasa en el resto del país, el estudio concluye que «las asturianas hacen un uso ligeramente menor de internet, pero mayor en compras por internet. De hecho, es en este uso en el que la brecha entre varones y mujeres en Asturias es mayor: 5 puntos más entre las mujeres».
Unos números en los que la covid ha jugado un papel determinante. Tal y como lo refleja el informe, «entre 2012 y 2020 el uso frecuente de internet avanzó 34,2 puntos entre las mujeres, y 21,1 puntos entre los hombres, mientras que las compras por internet aumentaron 29 puntos en los hombres y 26,8 en las mujeres».
El cambio covid
La radiografía del IAM prueba que, «en encuestas anteriores, entre las mujeres la frecuencia de uso de internet iba disminuyendo con la edad de manera gradual hasta los 64 años, para caer a partir de los 65, siendo las más jóvenes las que utilizaban con mayor frecuencia internet para comprar (el 70% en 2019)».
Pero el confinamiento «alteró ese patrón: en 2020 fueron las mujeres de entre 35 y 44 años las que hicieron más uso de la compra 'online', en un porcentaje del 87%, muy por encima de los hombres de su misma edad».
Un giro que se consolida. «En 2021 las mujeres de este grupo de edad, 35 y 44 años, siguen haciendo un uso de las compras 'online' muy alto (84,3%) y mucho mayor que el de los hombres de su edad: 27 puntos más». En el caso de las más jóvenes, de entre 25 y 34 años, el uso fue a más. «Nueve de cada diez mujeres hizo compras por internet frente a solo cinco de cada diez hombres».
Sin embargo, pese aumentar, las mujeres, y los hombres, de más edad siguen fuera de la red. Algo no solo relacionado con la edad, sino con la educación recibida. Porque otra de las brechas que la desigualdad 3.0 procura es la que divide a las personas con o sin estudios.
Así, la brecha digital relativa al uso frecuente de internet llega al 64,5% entre la población asturiana sin estudios primarios finalizados. Tienen un uso frecuente el 65% de los asturianos en esa situación, frente al 0,5% de las asturianas. La diferencia en cuanto al uso efectivo de la red, para compras, es del 17%. El 22,9% de los asturianos sin estudios compran 'online' frente al 5,9% de asturianas.
Además de ser una red llena de agujeros por los que se caen las personas mayores, las que no tienen recursos o pocos estudios, la digital también adolece de visión de género. El metaverso tiene visión masculina, porque en las titulaciones necesarias para su creación ellos siguen siendo más que ellas.
De nuevo el informe del IAM lo pone de manifiesto: los estudios de Ingeniería en la Universidad de Oviedo solo tienen un 25,5% de alumnas. La especialidad de informática, aún menos: solo el 15,4%. Todo lo contrario que en Educación Infantil, donde el 89% del alumnado es femenino, o Enfermería: 84,7%.
Pese a no tener ninguna de las limitaciones de las asturianas de postguerra, las hijas de la generación Z en el Principado siguen, como sus antecesoras, ligando su vida a los cuidados.