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Los responsables del recuento examinan las credenciales de cada voto emitido. PABLO LORENZANA

La caja que apareció con 540 votos nuevos a mitad del recuento

Dos horas de retraso. La tensión generada por el incidente provoca que se ordene el desalojo de público y periodistas

ANA MORIYÓN

Sábado, 3 de junio 2023, 01:33

No fue un recuento tranquilo. La expectación generada por la posibilidad -remota, pero viable- de que el voto procedente de los asturianos residentes en el exterior pudiera suponer un cambio de gobierno en Asturias hizo que la sala habilitada en las dependencias judiciales de Oviedo para llevar a cabo el recuento del conocido como voto CERA estuviera repleta de gente. En torno a las nueve de la mañana, tan pronto como se dio por constituida la mesa electoral, media decena de magistrados y vocales no judiciales y una treintena de funcionarios se dispusieron a filtrar y clasificar los miles de votos procedentes del exterior. Por delante, catorce cajas llenas de votos de diferentes países y una ardua labor que se fue desarrollando durante toda la mañana a un ritmo intenso y en cadena.

En primer lugar, un grupo de trabajadores equipado con una guillotina se ocupaba de abrir las cartas por montones para mayor agilidad. Estas, posteriormente, se distribuían en tres áreas de trabajo en las que el grueso de los funcionarios movilizados para esta jornada se ocupaba de un primer filtro en el que se comprobaba que la documentación aportada por cada ciudadano en cada sobre eras la correcta y, en caso de duda, se iba depositando en cajas que ellos mismos denominaban de «incidencias», y que deberían ser analizadas de forma exhaustiva por magistrados o vocales no judiciales al final.

El resto se iba trasladando a la zona en la que estaban habilitadas las urnas, donde se hacía una última comprobación, se escaneaba el documento acreditativo, y los propios jueces introducían la papeleta en la urna correspondiente según la circunscripción. No fue hasta pasadas las dos de la tarde cuando se dio por cerrada esta ardua labor y fue entonces cuando los trabajadores abandonaron el edificio para comer.

El recuento de votos, propiamente dicho, comenzaría a las 16.30 horas y, en poco más de una hora, se daba por contabilizada la circunscripción central, la más voluminosa. El ritmo era muy bueno y parecía que el recuento iba a acabar pronto. Sin embargo, el gesto de los magistrados cambió cuando, de repente, alguien se dio cuenta de que había quedado una caja de votos, de los considerados dudosos, sin revisar y, por lo tanto, sin introducir en la urna. Funcionarios presentes en la sala atribuyeron el incidente a un despiste por el volumen de personas que se encontraba en la misma. La tensión se palpó en la sala, repleta de gente, y el presidente de la mesa optó por llamar a los responsables de la seguridad del edificio para que desalojaran a los medios de comunicación y al público de la sala. Dentro solo pudieron quedar los funcionarios y los apoderados de cada partido. Desde el pasillo, los medios de comunicación sí pudieron comprobar cómo se procedió a revisar y clasificar los nuevos votos y a introducirlos en las urnas correspondientes, pese a que el recuento ya estaba bastante avanzado. La caja, como se supo al finalizar el recuento, contenía 580 votos, por lo que en total fueron 7.329 las papeletas a recontar. No fue el único incidente, un modelo de sobre nuevo generó desconfianza entre los funcionarios, aunque quedó en una anécdota. Finalmente se confirmó que era válido, y no tuvo mayor recorrido.

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