Del doble presidente al presidente de voto zurdo: las anécdotas de la jornada electoral en Asturias
Casi 3.000 personas garantizaron la seguridad de unos comicios en los que los políticos se conjuraron contra la abstención
Total unanimidad entre los políticos asturianos durante el 9J. No, evidentemente, en el programa electoral, pero sí en el llamamiento a la votación. Los comicios del 9J se desarrollaron en Asturias con total normalidad y con una conjura unánime de los candidatos: Vayan ustedes a votar. Hasta por favor lo pidieron, como hizo la propuesta asturiana del PP al Parlamento Europeo.
Susana Solís, que ya había votado, acudió igualmente a su colegio electoral de Avilés desde el que pidió «por favor, que nadie se quede en casa». El candidato del PSOE, por su parte, apostó por recordar que el derecho a votar costó mucho lograrlo en España. Jonás Fernández pidió acudir a las urnas como reconocimiento «al trabajo de las generaciones que han permitido que hoy podamos votar». Un clamor al que se unió el de Vox, que también es el presidente de la formación en Asturias y diputado en el Congreso. José María Figaredo urgió «que todo el mundo vaya a votar masivamente».
Y para garantizar que todo el proceso se llevaba a cabo con seguridad, casi 3.000 personas trabajaron en Asturias. Así lo contó la delegada del Gobierno, Delia Losa, que también se sumó al llamamiento a la participación. «Las elecciones europeas son tan fundamentales y esenciales como cualquier otra de las elecciones a las que somos convocados, pero estas son un momento único en el que todos podemos decidir sobre el futuro de la Unión Europea», subrayó.
Dos mesas de Gijón abrieron con 15 minutos de retraso
Además, contó que «25 funcionarios trabajan en la delegación para la recepción de datos y atender las incidencias», A ellos sumó los 737 representantes de la Administración del Estado «que están en los 642 locales electorales», con 1.212 mesas electorales, la cifra más baja de los últimos años. Y junto a ellos «un total de 2.070 efectivos» de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las Policías Locales.
A votar en ambulancia
La anécdota de la jornada la protagonizaron los 17 asturianos hospitalizados que solicitaron ayuda para ejercer el derecho al voto y que le fue facilitada por Transinsa. También se prestó ayuda a los vecinos de 25 concejos con población dispersa. El único incidente que constó en la jornada fue el retraso en la apertura de dos mesas electorales de Gijón. Los presidentes de dos mesas abiertas en los colegios de Contrueces y Laviada, respectivamente, se encontraron con que no contaban con la documentación necesaria para el seguimiento de la jornada electoral.
Una jornada que los tres candidatos asturianos, Jonás Fernández, Susana Solís y José María Figaredo, siguieron desde sus respectivas sedes acompañados de sus compañeros de partido. Todos excepto Álvaro Queipo. El presidente del PP asturiano fue doblemente presidente: le tocó presidir la mesa electoral de su colegio, en Castropol. Explicó él que nunca le había tocado la experiencia en la que se mostró «encantado». El suyo fue el último voto de los emitidos por los políticos regionales.
Voto zurdo
El más madrugador fue Ovidio Zapico. El consejero de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Derechos Ciudadanos, además de coordinador de IU en Asturias, votó a las 10.45. No participó él en la campaña del 'voto zurdo' o voto con la izquierda que llevó a cabo el PSOE, como respuesta a las críticas hechas por el presidente argentino.
Votó Zapico con la mano derecha, como también lo hizo Xabel Vegas, el diputado de Convocatoria por Asturias, y Rafa Cofiño, el diputado asturiano de Sumar en el Congreso. Con la zurda lo hicieron Pedro Sánchez, los ministros Félix Bolaños y Óscar Puente, así como la cabeza de lista socialista, Teresa Ribera. Y, claro, también el candidato asturiano, Jonás Fernández, y el presidente del Principado, Adrián Barbón.
Como todos los anteriores, también el líder de los socialistas asturianos hizo un llamamiento a la votación. Y con un recuerdo emotivo: a Maricuela, la última miliciana, fallecida el pasado mayo a los 105 años. Ella luchó contra lo imposible: devolver el derecho al voto. No es lógico abstenerse cuando ya es posible.