Donuts, la rosquilla que domina el mundo
El primer viernes de junio se rinde tributo al dulce predilecto americano, una efeméride con génesis bélica
La representación de la gula en las series y la cinematografía estadounidense tiene forma de rosquilla. Cualquier ocasión es buena para que Homer Simpson se atiborre a 'donuts', manjar predilecto de los policías ociosos en la gran pantalla. Los devora el mismísimo Iron Man y también Cocodrilo Dundee.
El donut tiene más de icono que de alimento y cada primer viernes del año se celebra un día en su honor. La efeméride, aunque resulte curioso, tiene un origen bélico ya que fue impulsada en 1938 para honrar a aquellas mujeres que sirvieron rosquillas a los soldados durante la Primera Guerra Mundial.
El tributo finalmente se lo llevo el dulce, uno de los más populares y apreciados por los norteamericanos. La hegemonía yankee expandió su encanto por todo el planeta, multiplicado por la seducción del celuloide, y prácticamente en cualquier lugar del mundo es posible disfrutar del cilíndrico pecado.
En España, durante años se disfrutaba glaseado o cubierto de chocolate, primero solo negro y después cebreado. Panrico había registrado su nombre décadas atrás. Cuando llegaron los primeros donuts -nombre que pudieron usar gracias a una alianza entre la empresa nacional y la marca americana 'Dunkin donuts'- coloridos al país, uno se sentía en pleno Manhattan mientras hundía los dientes en una mullida rosquilla fucsia.
Las franquicias los han popularizado y los niños asturianos han comido a estas alturas más donuts coloreados que princesitas o carbayones. Los disfrutan en el día a día y también en fechas especiales, con calaveras y calabazas en Halloween y con estampado navideño cuando el calendario marca adviento.
A pesar de su moderna apariencia, el donuts va camino de cumplir dos siglos de vida. Lo inventó un marinero holandés de nombre Hanson Gregory en 1847; él fue, según está documentado, el primero en agujerear un bollo mórbido, frustrado porque el interior permanecía prácticamente crudo. Usó la tapa de un pimentero en un gesto en apariencia intrascendente y a la postre histórico.
Esponjosidad, sabor, ligereza, marketing o estética son cualidades que han perpetuado a través del tiempo su éxito. Las versiones se suceden: glacé, bombón, fondant, de pistacho, banoffee, manzana y canela.