El paraíso cabe en la copa

El sector de las bebidas destiladas está en constante reinvención, influenciado por factores que van desde lo económico hasta lo social, entendiendo esto como los gustos y nuevas preferencias del cliente. Los momentos y formas de consumo han cambiado totalmente en los últimos años, y lo que se demanda ahora también se ve influido por las tendencias que llaman primero al sentido de la vista. La industria lo analiza todo y lo procesa para hallar las fórmulas que demanda el público, de la misma manera que un maestro elaborador prueba en el alambique hasta dar con una mezcla equilibrada que pueda ofrecer en su momento exacto.

Los momentos de consumo han cambiado casi por completo. La tarde sustituye a la noche aunque no la iguala en volúmenes de ventas, coinciden en señalar responsables de marcas. Los que están en primera línea señalan al respecto que se bebe menos cantidad, pero se buscan marcas de calidad y se prueban más referencias nuevas. Los nuevos ritmos marcan que se salga a mediodía al vermú y que se prolongue la actividad con la comida y la sobremesa. O bien, que se salga directamente por la tarde para enlazar con la cena y aguantar hasta medianoche o poco más.

«Pero hasta la sobremesa de hoy no es como era hace unos pocos años», incide Armando Antuña, del grupo Osborne. Señala que el momento del chupito después de las comidas se está perdiendo y que la copa después de comer, si se pide, es en un espacio diferente al de la comida. «Se acabaron esas sobremesas de horas que seguían al café. Ahora se cambia a un bar o a una terraza para esto», explica, al tiempo que rompe una lanza a favor de los chupitos después de comer, «algo muy típico en Asturias», y de la copa de brandy.

El espacio que pierden estos lo está ocupando la coctelería. También coinciden en explicar quienes están en el día a día del sector las razones en tanto «ahora se consume buscando sorpresas y tragos que llamen la atención» desde el primer momento. De ahí que las presentaciones se cuiden cada vez más. El foco sigue puesto en los jóvenes, «que siguen saliendo y aunque lo hacen mayor moderación, les gusta experimentar con productos y sabores nuevos» dice Fran Portela, de Varma.

También crece el nicho de las bebidas sin alcohol «porque hay mercado que lo demanda», dice Antuña, que continúa explicando que este mercado ha abierto una ventana a diferentes tipos de consumidor y a todos los momentos porque «ahora nos cuidamos más que antes y no se bebe las mismas cantidades, sobre todo si hay que coger el coche», ahonda.

Se «ha elevado mucho el nivel de toda la hostelería y el cliente es también más exigente y busca calidad y excelencia en el servicio. En esto a los del norte no nos ganan», arguye Portela, que señala al verano como uno de los momentos principales de consumo.

Ron

Se produce a partir de la fermentación y destilación de la caña de azúcar o del jugo de esta. Tiene varios métodos de preparación en función del lugar donde se elabore

Whisky

Se obtiene a partir de granos fermentados (cebada, maíz, centeno...) y se añeja en barricas. Los tres tipos principales según su elaboración son: de malta, de grano y mezclado

Ginebra

Se obtiene el destilado de cereal y se aromatoza con enebro; y a partir de lo básico se pueden utilizar más botánicos para darle diferentes matices

Brandy

Un clásico entre los clásicos. Se obtiene a partir de la destilación del vino, y puede ser envejecido en barrica. Los años de descanso le dan matices únicos

Vodka

Es un destilado de proviene de la fermentación de patata, trigo, cebada, uva, remolacha y, en general, de cualquier planta rica en almidón. Su consumo es notable en Europa del este.

Tequila

Se elabora a partir de la fermentación y destilado del jugo extraído del ágave de la varaiedad azul, que es una planta. Tiene denominación de origen en cinco estados de México

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