17.000 millas con destino Gijón: el viaje del Elcano con la Princesa Leonor

La Princesa Leonor ya se encuentra camino de Gijón. Y a pesar de la estrecha relación que mantiene con el Principado, tierra natal de su madre y sede de los premios que llevan su nombre, esta será la primera vez que visite la ciudad. Llegará este jueves 3 de julio para retomar su formación en el buque escuela Juan Sebastián de Elcano, el navío más emblemático de la Armada, donde se encuentra realizando una de las etapas de su instrucción militar. Exactamente la misma que hizo su padre cuando era todavía Príncipe de Asturias. La embarcación, que viene de una travesía por nueve países del continente americano, llegará al puerto de El Musel procedente de Nueva York en la que será la primera parada de su regreso a España.

El viaje de la Princesa de Asturias comenzó en Cádiz el pasado 11 de enero, desde donde partió al otro lado del Atlántico junto a otros 75 compañeros de formación. Una expedición que les ha llevado hasta los puertos de Salvador de Bahía (Brasil), Montevideo (Uruguay), Punta Arenas y Valparaíso (Chile), El Callao (Perú), Ciudad de Panamá (Panamá), Cartagena de Indias y Santa Marta (Colombia) y Santo Domingo (República Dominicana). Desde allí, partió en dirección Estados Unidos hasta llegar a Nueva York, última parada antes de regresar a España. El final de la travesía será en Cádiz el 21 de julio, pero antes de llegar visitará también las ciudades de Ferrol y Marín.

Un periplo que recuerda al que con 18 años, siendo todavía Príncipe de Asturias, realizó su padre en 1987 como parte de su preparación para el futuro ejercicio de la jefatura del Estado. «Está entre mis mejores recuerdos de formación militar», confesó el ahora Rey durante el discurso que ofreció en la Pascua Militar, días antes de decir adiós a su hija desde el muelle gaditano. Una imagen, la de la despedida, en la pudimos ver al monarca consolando a una Letizia emocionada por la marcha de Leonor.

Pero no es la única instantánea que la travesía está dejando para el recuerdo en la Casa Real, pues durante los últimos cinco meses hemos podido ver muestras de una formación naval estricta y exigente, destinada a fortalecer las destrezas navales de estos 76 marineros, de la que la Princesa ha participado activamente tanto dentro como fuera del barco. Ejemplo de ello fue la llegada al puerto de SantoDomingo, donde la heredera al trono fue la encargada de ejecutar la maniobra de arribo y arranque. Además, ha sido abanderada en la ceremonia de la jura de bandera hasta en tres ocasiones: en Uruguay, en Cartagena de Indias y, por último, en Nueva York, donde también participó en el homenaje a los fallecidos en el accidente que, poco antes de llegar el Elcano a la ciudad, había sufrido el buque escuela mexicano 'Cuauhtémoc', que chocó contra el puente de Brooklyn dejando dos fallecidos.

Leonor se encuentra inmersa en la segunda fase de su instrucción militar, la que recibe en la Escuela Naval de Manín tras completar en 2024 su etapa en la Academia General Militar de Zaragoza. La tercera y última fase tendrá lugar en la Academia de San Javier del Ejército del Aire, en Murcia, donde la esperan a partir de septiembre.

La Princesa se prepara, desde 2023, para asumir algún día el rango de capitana general de las Fuerzas Armadas, para lo que se encuentra recibiendo una rigurosa educación. La instrucción a bordo del Elcano, exige pasar la mayor parte del tiempo de la travesía en alta mar, donde los guardamarinas tienen ocho horas de clase diarias –estudian disciplinas como navegación, logística y nociones empresariales– y hacen turnos de guardia, aproximadamente uno cada dos días. La hemos visto aferrando las velas, trepando los palos, efectuando maniobras o entrenando, pero también disfrutando del día a día en los momentos de descanso, como el que compartió con sus compañeros en Nueva York, donde acudieron al espectáculo 'A Musical Fantasy From Spain' ofrecido por el Teatro Real en el Carnegie Hall. Mucho dieron que hablar, también, las imágenes que publicó la revista 'Diez Minutos' en las que la heredera al trono aparecía disfrutando en la playa con sus compañeros, luciendo un bikini, esta vez en la parada que el buque realizó en Uruguay. Anécdota, por cierto, que también protagonizó su padre cuando navegaba a en el mismo buque escuela, pues en su día fue portada de revistas cuando disfrutabade las playas de Río de Janeiro.

También la Familia Real está siendo protagonista durante esta aventura de la Princesa. Tras cuatro meses de separación, la Reina viajó a Panamá para acudir a la recepción con los familiares que ofrecía el Elcano. Allí, madre e hija protagonizaron un bonito reencuentro, con miradas cómplices y un gran abrazo que quedó inmortalizado como muestra del cariño entre ambas. Notable fue, también, la ausencia de Leonor en la graduación de su hermana, la infanta Sofía, que cerró su etapa en el Bachillerato Internacional en el UWC Atlantic College de Gales mientras ella se encontraba en Uruguay. Con un bonito vídeo grabado desde el propio barco, la Princesa deAsturias compartía el cariño que siente por su hermana: «¡Hola, Sofía! No puedo estar hoy ahí, en Gales, para acompañarte en el día de tu graduación, pero quería aprovechar para felicitarte. Estoy muy orgullosa de ti y pronto nos vemos en casa para celebrarlo. ¡Disfruta mucho y muchos besos!»

La última parada de la Princesa antes de poner rumbo al norte ha sido una expedición a bordo del Blas de Lezo, uno de los navíos más avanzados de la Armada, para realizar su primer ejercicio con fuego real. Leonor abandonó el buque escuela cuando todavía se encontraba en Nueva York para coger un avión de vuelta a España, donde se encontraba ya el pasado 14 de junio, lista para embarcarse en este nuevo proyecto.

Se trata de una actividad dirigida por el vicealmirante Juan Bautista Pérez Puig en la que, usando munición real, se lleva a cabo un simulacro de combate y la destrucción controlada de un barco real, que le servirá para estudiar los efectos en vivo de los cañones, misiles o bombas aéreas. La práctica ha tenido lugar a unos 500 kilómetros de la costa canaria, y constituye el último periplo de la Princesa antes de regresar junto a sus compañeros y llegar, finalmente, a Gijón.

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