El abecedario de las calles de El Coto
Plano de Ricardo Casielles. Data de 1910 y dividía el barrio en viales, aún sin urbanizar, alrededor del cuartel
Aprovechando los actos conmemorativos del 125 aniversario de la puesta de la primera piedra del cuartel de Alfonso XIII, qué mejor momento para traer a esta sección una simbiosis entre las cuestiones ignotas más concretas de los 'Sabías que…' y todas las curiosidades de una determinada calle publicadas en 'Los secretos de las calles de Gijón', como avanzadilla de lo que vendrá el sábado que viene para retomar esos esperados secretos. Hoy hablaremos de un secreto que atañe a todo el viario.
Antes de llegar al meollo, diremos que el documento más antiguo sobre la existencia de este barrio, perteneciente a la parroquia de Ceares, data de 1476 y es anterior al descubrimiento de América. Ahora se puede consultar en el Archivo Municipal de Gijón por haber sido cedido temporalmente. En esa Escritura de Foro Perpetuo con Cláusula de Comiso y de Indivisión es donde aparece escrita por primera vez la denominación de El Coto de San Nicolás del Mar. ¿Por qué? Pues porque su límite septentrional era el mar, el complejo dunar de San Lorenzo llegaba hasta la avenida de la Costa. Las aguas del Piles movían el molino de Ceares (El Coto), que no es otro que el que dio nombre aumentativo a un estadio cercano. ¿Les suena? Por el este llegaba El Coto hasta Cefontes, es decir, el barrio fronterizo entre Somió y Cabueñes, por lo que la Universidad Laboral estaría pisando parte de El Coto en el Medievo.
Este coto señorial era propiedad de Juan Cifuentes y Tristán de Valdés una vez traspasado por el arzobispado. En 1898, Víctor Menéndez Morán y su hermano, como propietarios, comenzaron a promover la parcelación y alineación de las calles de El Coto sabedores de las necesidades del Ayuntamiento para establecer allí el cuartel y la cárcel. Su parte fue adquirida por el banquero Luis Belaunde en 1900 y junto con Calixto Alvargonzález fueron los responsables de definir la trama reticular de manzanas rectangulares que hoy conocemos. Dando como resultado una gran hoja de trece calles de norte a sur con nombres de letras y seis calles de oeste a este cuyos nombres eran números. El resultado final: un barrio comprendido entre las actuales calles Alarcón (N), Ramón y Cajal (O), Arrieta (E) y Zorrilla (S).
Lentísima ocupación
El grado de ocupación residencial fue lentísimo: el cuartel de Alfonso XIII fue la primera construcción de El Coto y se inauguró en 1911. Por ello, no se complicaron la vida sus promotores urbanísticos y las calles fueron bautizadas con letras, se impuso un abecedario a todas las calles de norte a sur de manera deliberada. Prueba de ello es el Plano de Gijón de Ricardo Casielles (1910) donde se puede ver.
Lo curioso es que las primeras calles, aún en la actualidad, fueron nominadas con la inicial de la letra correspondiente al abecedario que les dio origen y también se siguieron rotulando correlativamente u ordinalmente en el plano viario, con excepción de las avenidas principales que se saltan el abecedario. Así pues, la calle A es Alarcón. La segunda calle debería ser la B, pero en este caso es una de las excepciones por tratarse de una avenida principal como el bulevar de San José que hoy es la avenida de Pablo Iglesias. La calle B es Balmes, la calle C es Calderón de la Barca, la D es Donoso Cortés, la E ahora es Tirso de Molina, la F es ahora Avelino González Mallada, la G, sin embargo, es ahora la calle Feijoo (corrió la nomenclatura al orden geográfico superior por tratarse la anterior de otra vía principal), la H fue así hasta 1941, en que se llamó Quevedo, la calle I es ahora Conde de Toreno, la calle J se representa ahora por el apellido de Manuel Junquera, la K es actualmente Duque de Rivas y la calle L es ahora la de Zorrilla.
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