
La Arena: el barrio de Gijón que mira al mar necesita más jóvenes y aparcamientos
Es una de las zonas más tensionadas de Gijón. Sus vecinos reclaman «más servicios, un centro social para los mayores y parques»
El barrio de La Arena de Gijón está delimitado por el margen izquierdo del río Piles, desde su desembocadura hasta el Puente de La Guía. Viven en él 16.500 habitantes, lo que representa el 6% de la población de Gijón. Su historia se remonta a mediados del siglo XIX cuando Félix Valdés de los Ríos, marqués de Casa Valdés, solicitó al Ayuntamiento que le vendiera los arenales, en aquellos tiempos de muy difícil acceso. Dentro del barrio tuvo su importancia y repercusión la zona llamada La Florida, donde se encontraban los llamados 'Campos Elíseos', una área de ocio y esparcimiento que tuvo la ciudad desde 1870 hasta 1960. Tampoco hay que olvidarse de las pérgolas del Muro que creaban un espacio único de identidad. «Yo quiero volver a correr entre ellas. Son un referente del Gijón de mi juventud y estoy segura que a día de hoy serían todo un símbolo», afirma Esther Ramos, vecina de La Arena que adora vivir en el barrio «más guapo de toda la ciudad. ¿Por qué no tenéis duda de que es el mejor, no?», pregunta a EL COMERCIO. Sin dar tiempo a réplica otra vecina contesta: «Claro que no. El olor a salitre, la vida de estas calles, la alegría. Todo es guapo aquí. Bueno, voy a decir una cosa que mejorar: la estética de las terrazas. Me gustaría que fueran más uniforme, más iguales»
La gente que vive en La Arena es «mayormente la de toda la vida. Algunas como yo nacimos ya en el barrio y otras muchas fueron gente joven que compró en su día pisos por la zona y ahora tienen una media de edad de entre 60 y 80 años», explica María José Cuervo, presidenta de la asociación de vecinos de La Arena. Es difícil, asegura, encontrar relevo generacional, aunque se vendan pisos. «Suelen ser bastante caros y los compran muchos madrileños y valencianos. No hay espacio para construir nuevos edificios», dice.
Si tiene que pedir algo al Ayuntamiento de Gijón, María José Cuervo no se corta y reclama «más presencia policial, limpieza de contenedores, y sobre todo, solucionar el problema de la falta de aparcamiento. No hay manera de dejar el vehículo, y en verano, ni te cuento. Que vengan y aparquen si pueden», invita.
Español para extranjeros
También piensa Ana Masip, integrante de la junta directiva de la asociación que hace falta más jóvenes en el barrio. «Sobran tantos pisos turísticos y viajeros que solo vienen de paso. Lo que necesitamos es que remodelen el parque de la Fábrica de Gas y sobre todo zonas infantiles y zonas verdes. Pero que tampoco se olviden de un centro social de día. Carecemos de él y precisamente por la edad de la población del barrio es muy necesario. Aunque aquí en la asociación no paramos».
El colectivo vecinal está compuesto por más de 800 personas muy activas. Entre sus actividades destacan las clases de yoga, pilates, meditación, manejo de móvil, zumba, bailes.... «necesitamos savia nueva que nos empuje a hacer cosas más modernas», solita Masip. «Y eso que no paráis y a mi me acogisteis como uno más», comenta Juan José García .
García conoció a la asociación de vecinos hace dos años, cuando se puso en contacto con su presidenta para ayudar a la gente que viene de fuera y aportar su granito de arena dando clases de español. «Todo fueron facilidades, me acogieron como uno más y enseguida me pusieron en contacto con otras asociaciones, me buscaron un espacio para impartir las clases y descubrí una asociación llena de gente maravillosa que tiene mucho que decir. Los políticos deberían tener más en cuenta a las asociaciones vecinales, porque son el corazón de la ciudad. Sí saben lo que le pasa realmente a cada vecino», atestigua García quien llegó a La Arena hace más de veinte años por amor y «ahora nadie me mueve de aquí. «Me encanta pasear por el parque de Isabel la Católica o por el Muro y contemplar la fuerza y bravura del mar Cantábrico», relata.
«Somos una gran familia»
El Café Gales es toda una institución en La Arena, además de por sus famosos pinchos o por la atención de las camareras y su gerente, Eduardo González, la esquina que ocupa entre la avenida de Castilla, con la avenida Torcuato Fernández Miranda, hacen que sea un pulmón del barrio. «Por aquí pasa todo el mundo, turistas, visitantes, los que tienen pisos de alquiler y solo vienen en verano y sobre todo, los vecinos. Durante el apagón esto fue como un centro de mandos, todos se juntaron aquí para ver qué pasaba. Hemos logrado crear una gran familia y me han apoyado siempre, estoy muy agradecido», subraya González, quién además es vecino del barrio y tiene un hijo al que quiere ver crecer y disfrutar en La Arena. «Es cierto que quizás falta más pequeño comercio pero en lo demás, para mí, es el barrio perfecto», asegura este hostelero. Última petición: «el 27 es la fiesta de nuestra asociación. Todos tienen que venir y estáis invitados», concluye la presidenta.
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