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Vecinos de El Coto, en el enclave que desean sea rebautizado como 'Anfiteatro Fernando Fueyo. Foto: ROMÁN │Vídeo: Diego Abejón
Barrios y parroquias de Gijón

El Coto, un barrio unido y orgulloso

El Coto celebra este año los 125 años de su histórico cuartel mientras porfía en lograr la mejora de la plaza de la República

Jana Suárez

Gijón

Viernes, 16 de mayo 2025, 07:02

No hace falta arengar a los vecinos del Coto «Venimos al mundo entrenados para subir cuestas y con el cuartel de Alfonso XIII infundándonos fuerza», dice José García, quien formó parte de la caballería del acuartelamiento. «Nací, hice la mili aquí y moriré aquí», clama con orgullo mientras recuerda «cómo salían los tanques por la calle del General Suárez Valdés». Más de cuarenta años lleva Manuel Álvarez viviendo en este barrio «donde todo el mundo te saluda y ayuda. Yo no me siento de Gijón, yo es que soy de El Coto», subraya Álvarez a EL COMERCIO.

Ese «orgullo de barrio» pone nombre a los galardones con los que la asociación vecinal reconoce a personas o entidades por su implicación con El Coto. Uno de los premiados fue Jesús Manuel Cedeira Costales, fallecido en julio de 2022, quien padecía una distrofia muscular espinal y debía ir en silla de ruedas. «Las limitaciones físicas no le impidieron graduarse 'cum laude' en Psicología y ser un miembro muy activo de nuestro barrio. Fue un ejemplo y queremos que el parque ubicado entre las calles Feijoo y María Cristina lleve su nombre», explica Christian Guisado, presidente de la asociación vecinal.

Otra demanda con sabor a homenaje es «reconvertir el patio del antiguo cuartel de El Coto en un anfiteatro que rinda honores a quien durante décadas fue nuestro párroco, Fernando Fueyo. Aún creo que lo escucho gritar. ¡Pacífico de guerra!», confiesa Guisada . «Hasta nuestro cura era guerrero. ¿Cómo vamos a ser los del Coto?», le replica Ada González, que defiende vivir en «el barrio de los diez minutos, porque estamos a ese tiempo de todo en la ciudad». Eso sí, se le agota la paciencia a Ada González «con las parcelas abandonadas. Hay por lo menos ocho en el barrio. Por culpa de ellas hay ratas e insulibridad. Necesitamos que las eliminen ya», exige.

Lo que no falta es emprendimiento. «Aposté por quedarme en el barrio y montar mi negocio de óptica y hasta logré dar trabajo», dice la joven Sara González.

«Cacas de perro a cada metro»

«Yo decidí crear mi proyecto de familia y de negocio aquí. Tengo una hija que va al colegio a un minuto de casa y fundé mi agencia de marketing. Solo echo en falta más limpieza. La verdad es quepisamos caca de perro a cada metro», añade Montse Pérez. Se une entonces al corrillo Héctor Fuente, de Muebles del Turia. Él es la segunda generación de dicho comercio. «Los vecinos apuestan por el comercio de proximidad y les brindamos la mejor atención posible. Para mí, no hay barrio mejor», comenta. «Eso, sin duda. Combatimos juntos cada mejora. Sin todo el apoyo de las más de 2.000 personas –entre vecinos y comerciantes– que conforman la asociación no podríamos lograrlo», insiste el presidente.

Plaza de la República

Lleva El Coto esperando muchos años por la mejora de fachadas, de iluminación... «No necesitamos que venga un rey como hizo en 1909 a construir un cuartel para podarnos un árbol. Eso ya lo hacemos nosotros», ironiza Guisado a este periódico. «Y ahora si me permitís me voy a poner muy serio. Esta sección es para darnos voz, ¿no? Pues espero que no tengáis que escribir sobre alguna desgracia que pueda acontecer en los bajos comerciales de la plaza de la República. En marzo nos íbamos a reunir con técnicos del Ayuntamiento para que arrancaran las obras y, entre otras cosas, evitar que cascadas de agua desciendan por los techos de los locales que ocupan el subsuelo de la plaza. La reunión no llegó», dictamina el presidente vecinal, uno de los de menor edad de Gijón, pero desde luego al que fogosidad y vehemencia no le faltan. «Es que me arranco y no paro. ¿Para cuándo la remodelación de la plaza de la República?». La pregunta la hace Guisado, pero en nombre de los casi 10.000 vecinos de El Coto. «Necesitamos ya un espacio de uso público que incluya zonas específicas de ocio para todas las edades», concluye.

«Somos una gran familia»

Apasionado de la historia, el leonés Pablo de Paz llegó a vivir a este barrio gijonés tan bien emplazado, con su elevación y su proximidad al centro, hace cuatro años. «Me acogieron como uno más y ahora soy vocal de la asociación. El edificio que antaño fue un cuartel y carcel, y que en agosto cumple 125 años, se convirtió en 1998 en el primer centro municipal integrado de Gijón», expresa De Paz. «Todos los vecinos estamos volcados en este aniversario. A lo largo del año habrá muchas actividades como exhibiciones, visitas guiadas, coloquios, conciertos... El Coto no parará de festejar lo que somos, una gran familia», asegura.

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