La Campona, un barrio en la memoria
Años 50 y 70. Amigos de lo que hoy es Los Fresnos, antaño núcleo obrero, recopilan sus vivencias en un libro. «Nuestra sede era Casa Pinón, teníamos grupo de música y hacíamos todo juntos»
Por un desaparecido campo de fútbol que actualmente ocupa el centro comercial Los Fresnos, en Gijón, se denominó La Campona a la zona que ahora ocupa la calle San José hasta Pérez de Ayala. «Eran cinco calles aún sin asfaltar llenas de gente trabajadora, talleres, personas humildes, paisanos obreros y de chigre y, sobre todo, mucha amistad sana. Ese era nuestro mundo», explica a EL COMERCIO Iván Menéndez 'El Chule'. Un universo, el de La Campona y, en concreto, entre los años 50 a 70, que junto a 'El Chule', sus Santiago González 'Titi' y Víctor Martínez 'Viti' relatan en un libro repleto de fotografías «que tan solo quiere dar a conocer cómo nos relacionábamos en esa época. No había móviles, pero jamás nos perdíamos los unos a los otros. Nuestro centro de reunión era Casa Pinón frente al campo de fútbol. Allí compartíamos todo», recuerda 'Titi'. Entre otras cosas, la música era una de lo que más les gustaba. «Teníamos hasta un grupo juntos, 'ChuleViti' nos hacíamos llamar. Éramos como el Dúo Dinámico», destaca irónico 'Viti', muy orgulloso de que su nieta María participe en muchas de las reuniones de los amigos «para escuchar las historias» de antaño.
«Al Cholo a arrojar pescado»
Iban juntos a apañar llámpares al pedreru y luego las comían en el barrio. Pero, sobre todo, hacían muchas trastadas que a veces acaban en risas –como cuando iban a la Cuesta del Cholo y cogían pescado podrido de la rula que luego arrojaban a escondidas detrás del bar Mercante–. Otras no les salía tan bien. «Como la vez en la que 'El Chule' se coló deslizándose por debajo de un portón que daba al campo de fútbol para ver cortejar a una pareja y se manchó con una cagada 'de repla'. Eras un aventurero», le dice 'Titi' a su amigo, quien, entre risas, añade: «Y era el día de Begoña. Tuve que pedirle una camisa a una vecina, pero pude ir a la fiesta».
No perdía esta cuadrilla una fiesta y sigue sin hacerlo. El tirar 'morrillazos' a puertas o erigirse vigilantes de vehículos dejó paso a otras actividades como ir al baile. «Empezamos a echar moza todos y a casarnos y, claro, cada uno fue haciendo su vida y nos separamos», constata 'Titi'. «Somos una gran familia, muy sana y eso no se podía perder. Por eso en el año 1986 reuní a todos y empezamos a hacer una cena anual», indica 'El Chute'.
«Para siempre»
«Esa cita no se perdona aunque deberían prohibirse los corchazos. Vaya peligro tiene alguno», matiza 'Viti', quien recordando su época de cantante se lanza a entonar: «Los amigos de La Campona son para siempre...». «Siempre», claman los tres, como siempre juntos, al unísono.