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En el mostrador de la biblioteca de La Arena luce un cartel que pone 'Fuera de Servicio'. ARNALDO GARCÍA

«No para de sonar el teléfono para preguntar si ya está arreglado»

Sin servicio. Las bibliotecas municipales de Gijón, con una media de 150 préstamos al día, hacen tareas con lápiz y papel a la espera de recuperar sus equipos

LUCÍA BARRIO

Martes, 26 de abril 2022, 15:42

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Se cumple una semana desde que se produjo el ataque informático al Ayuntamiento de Gijón y su repercusión en la actividad de las bibliotecas municipales «está siendo terrible». Así lo describen Ana Alonso y Valentina García tras el mostrador de la biblioteca de El Coto. Ahora mismo, los usuarios solo pueden entregar ejemplares, no pueden ni renovar sus préstamos ni sacar ningún nuevo libro. «Es un horror. Desde que llegamos hasta que nos vamos no para de sonar el teléfono de gente preguntando si ya está arreglado el problema. Apetece hasta dejarlo descolgado a veces», relata Alonso.

Solo en esta biblioteca, en condiciones normales, llevan a cabo alrededor de 150 préstamos al día. «Es terrible. Estamos completamente parados. La gente quiere renovar o sacar y no puede. Estuvimos mucho tiempo sin novedades pero justo ahora nos estábamos recuperando», cuenta Alonso. Además de atender a las continuas llamadas, aprovechan estos días de parón para hacer tareas manuales. «Estamos cambiando etiquetas de libros, reorganizando secciones, colocando estanterías...», describen.

En la misma situación se encuentra la biblioteca de La Arena. «El ordenador es nuestra principal herramienta de trabajo y no los podemos tener ni enchufados. Nos está afectando a todo», relata el bibliotecario Miguel Prieto. Él también aprovecha para hacer tareas a mano, además de recoger los libros que los usuarios van entregando. «Nosotros aprovechamos y estamos modificando algunas secciones para relanzarlas», describe Prieto.

Vanesa Valdés llevaba tiempo sin sacar un libro y ayer decidió acercarse a El Coto para escoger un ejemplar. No estaba al tanto de que el ciberataque imposibilita los préstamos. «Tengo un montón en casa, pero siempre está bien poder sacar alguno nuevo. Me acabo de enterar de que no se puede y es una faena. Espero que lo arreglen pronto», señalaba. Natalia Robles también acudió ayer a la biblioteca porque tenía la esperanza de que el problema estuviese solucionado, pero no fue así. «Esperaba que lo hubiesen arreglado. Llevan unos cuantos días ya», apuntaba.

De regalo

Para celebrar un Día del Libro un tanto inusual, las bibliotecas pusieron a disposición de los usuarios un abanico de ejemplares que podían llevarse a casa gratis. «Ya que no pueden sacar, por lo menos tenían esos que regalamos», explica Alonso. El ataque no solo imposibilita esa retirada de libros sino que deja sin red wifi a las bibliotecas. «Para estudiar aquí tenemos que conectar el ordenador a los datos del móvil. Es un rollo», lamentaban las universitarias Anna García y Selena San Martín.

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