Cantarinos para entonar el 'gargüelu'

Cientos de gargantas volvieron ayer a unirse en un mismo coro sobre el empedrado de la Plaza Mayor para participar en una de las celebraciones colectivas más añoradas en los dos últimos años de pandemia por los gijoneses y quienes nos visitan en estas fechas, la de los Cancios de Chigre, que corona desde hace más de dos décadas la penúltima jornada de la Fiesta de la Sidra Natural. Bajo la habitual batuta de Carlos José Martínez y guiados por el tono de los cantantes y músicos de la Sociedad Torner sobre el escenario, el público se sumó al recital sin hacerse mucho de rogar desde las primeras notas que sonaron para abrir la velada.

Hubo un tiempo no tan lejano en el que compartir culinos de sidra entre cantares formaba parte de la atmósfera cotidiana de chigres y llagares. Los modos de vida urbanos y las estrictas normativas oficiales irían poco a poco arrinconando esta tradición hasta confinarla en las fiestas de prau o las celebraciones privadas familiares. La Sociedad Torner, que dirige Carlos José Martínez, impulsa desde el año 2001 esta experiencia coral abierta a la participación del público que busca recuperar la tradición de cantar por pura diversión piezas que forman parte del imaginario colectivo de los asturianos. En esta ocasión fueron 25 las partituras elegidas para resonar en la plaza consistorial. Entre ellas no faltaron junto al himno oficioso playu del 'Gijón del alma', que abrió el recital, otros hits de la música popular como 'Fuisti al Carmín de La Pola', 'El Pozu María Luisa', 'Soy de Verdiciu', 'A la mar fui por naranjas', 'Chalaneru', 'La capitana' de Carlos Rubiera o 'Mocina dame un besín'. Para que nadie alegase no saberse la letra, la organización puso a la venta por dos euros un cancionero con todas las piezas. También podían seguirse en las pantallas del escenario a modo de karaoke.

Las ganas de cantar a pleno pulmón, después de dos años de silencio obligado, se dejaron oír desde el principio y Martínez no tuvo que esforzarse demasiado para motivar a los cantarines. En las escasas ocasiones en que el tono no llegaba con fuerza, le bastaba un «¡Que nos oigan en Oviedo!» para elevarlo. Una noche memorable para todos los que abarrotaron la Plaza Mayor dando vida propia a nuestras canciones.

Hoy, el festival sidrero pondrá el colofón a una semana dedicada a promocionar nuestra bebida autóctona con su día grande y en él la ocasión de degustar en el propio 'gargüelu' los mejores palos traídos por los llagares participantes. A las 12 del mediodía, comenzará el festejo con la entrega del Tonel de Oro a Jaime García Poo, de la empresa corchera Casa Víctor, y acto seguido, Julián Castañón, en representación de Sidra Val de Boides, ganadora del Elogio de Oro 2021, y Gonzalo Fanjul, de Sidra Quelo, galardonada con el mismo premio en 2020, serán los encargados de escanciar el primer culín de la cata popular.

Media hora más tarde el jurado comenzará a probar las distintas sidras presentes en la cita para decidir la mejor de la presente edición. Las casetas de los llagareros ubicadas en la Plaza Mayor y la del Marqués llenarán los vasos de los asistentes hasta el final de la folixa, previsto para las 14 horas.

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