Las luces navideñas también van por barrios

Quizá la Navidad cobre este año más sentido que nunca para los barrios de Gijón, que la necesitan para recuperar su actividad económica comercial e incluso social. Y al menos desde el viernes «han ido ganando color». La avenida de la Argentina, la de Galicia y la calle Brasil, en La Calzada, también se engalanan para su gente. Las luces animan y ya allí hay vecinos que incluso comenzaron a adornar tímidamente sus casas. Para eso están estas tardes de domingo. Aunque a las luces, al menos ayer, la luna llena les hizo la competencia.

Cortina de luces para ir al Ateneo Obrero de La Calzada, faroles adornadas en la calle Brasil y copos de nieve en la avenida Argentina. Allí, Julio Alonso y María José Gutiérrez fotografían con su móvil las luces del barrio. Se las mandan a su hijo que vive en Alicante porque «él también echa de menos su ciudad». A pesar de ser domingo, hay movimiento en la calle. Pero a María José le falta algo: «Es importante que abra la hostelería. Sin ellos parece que la calle está muerta».

A Luisa Fanjul y a Ángel Huerta, abuelos de Andrés y Sarai, «les presta por la vida» pasear con sus nietos. Hacen balance y de momento ganan las de la avenida Galicia. «Salir a pasear nos ayuda a evadirnos del virus y todo lo que la pandemia está haciéndonos sufrir», aseguran. Uno de sus hijos tiene un bar en La Calzada. «Sufrimos por él, ¡cómo no vamos a hacerlo si todo se ha ido al traste!», lamentan.

La avenida del Llano, en su zona más próxima a Begoña, luce con sus árboles iluminados. Hay quien echa en falta más luces. «Este año me da la sensación de que hay menos. El final de la avenida está en la penumbra más absoluta», comenta quejoso Agustín Becerra, vecino del barrio.

En la carretera de la Carbonera, en Contrueces, luces de neón en forma de Melchor, Gaspar y Baltasar. En El Coto, junto al antiguo cuartel, un árbol de luces ilumina al barrio. «Las luces dan vida a las calles y es importante que los barrios de Gijón la tengan. La crisis económica a la que estamos expuestos pone en juego la viabilidad de muchos comercios de barrio», sostiene Juan Solís, vecino de Montevil. Todos necesitan ilusiones más que nunca.