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t Consejo de Mujeres. En primer plano, Victorina Fernández, Begoña Piñero, Feli Soria, Mariti Pereira, Flori Uría, Natalia Lorenzo. Detrás, Adelina Lena, Charo Blanco, Olga Muñiz, Goretti Avello y Eva Lázaro. DAMIÁN ARIENZA

Una mediadora entregada a la igualdad

Felisa Soria. Medalla de Plata, durante catorce años trabajó mano a mano con el Consejo de Mujeres desde la Oficina de Políticas de Igualdad

EUGENIA GARCÍA

Jueves, 26 de mayo 2022, 00:51

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La verdad es que la primera vez que fui a un Consejo de Mujeres me asusté. Y es que, ¡madre mía!», confiesa entre risas Felisa Soria, rodeada de algunas de las componentes de este órgano. Pronto, añade, comprendió que la clave era escuchar. «Siempre tuve claro que el Consejo de Mujeres tenía que ser mi bastón, mi guía: que si la Oficina de Políticas de Igualdad tenía sentido era porque la habían peleado mujeres feministas». Y comprendió que «lo único que podía hacer era escucharlas, acompañarlas y, si podía, hacer algo de lo que pedían».

A menudo era difícil y cuando lo llevaba a la oficina o ante la interventora municipal le decían «¡estás loca, pero si eso no es tarea vuestra!». Porque el problema de un trabajo como el que durante 14 años realizó al frente de la Oficina de Políticas de Igualdad es equilibrar «dos realidades muy distintas». Feli era -porque lleva poco más de un año en contrato relevo y le quedan tres meses para jubilarse- un hacha en esa difícil tarea de «desarrollar las propuestas del consejo en un campo de acción administrativa: en proyectos, programas, acciones... que pudieran ser aprobadas por los técnicos y políticos».

Propuestas como la del programa educativo Otras Miradas, la Escuela Feminista, la lucha para incorporar al Centro Asesor de la Mujer una psicóloga -Natalia Lorenzo, que hoy tiene el contrato relevo de Feli- y una segunda abogada... Planes que a menudo nacían de aquellas «guerras en el consejo» y se desarrollaban en «el trabajo con las chicas en la oficina» que hoy tanto echa de menos. «Nosotras decíamos: 'habría que hacer tal o cual' y ¿quién lo hacía? Feli», relatan sus compañeras. «Exponías algo y al día siguiente estaba hecho», asegura admirada Flori Uría, de la asociación La Xana. Mariti Pereira, presidenta de Cavasym, destaca «el cambio que se notó en esta oficina y el consejo cuando Feli entró: moderaba, escuchaba, nos toleraba y soportaba». Aunque alguna vez, bromeaba, fuera demasiado estricta e incluso «me quitara el uso de la palabra cuando era demasiado vehemente».

«No deberíamos dar nada por sentado, ningún derecho por ganado», advierte la galardonada

Con su llegada, «hubo más conexión entre la institución, el Ayuntamiento y el Consejo de Mujeres, se notó un cambio importante». «Supo conocernos y propiciar un buen ambiente», reconoce Begoña Piñero, de Les Comadres, quien también recuerda «los nervios que teníamos con el cambio de siglas en el Ayuntamiento. Estábamos todas expectantes, pero al final todo llegó a buen puerto». O cuando temían no llenar los 150 asientos del Tren de la Libertad.

Victorina Fernández, del Foro de Mujeres de El Llano, destaca el apoyo de Feli a las asociaciones de mujeres de la ciudad: «Siempre que teníamos alguna necesidad estaba ahí con una sonrisa y predisposición a ayudar». Era su trabajo, sí, pero lo hacía desde una creencia y convencimiento feminista, con «una implicación y complicidad» que todas sus compañeras destacan.

Juntas sufrieron y rabiaron ante cada asesinato por violencia machista o cada 25N. A Feli se le quedaron grabadas las veces «que una mujer viene al CAM y te dices 'la mata'. Y te quedas, como hacen las chicas del CAM, hasta la hora que sea para intentar ubicar a la mujer y garantizar que va a tener al menos una cobertura mínima cuando ya no estemos nosotras en la oficina. Y te marchas a casa con la angustia de que está en una situación de máxima vulnerabilidad».

«Se marchó sin despedida»

Durante la pandemia, en una reunión a través de 'zoom', las mujeres del consejo coincidieron en lo mucho que la echaban de menos. «Se marchó casi sin despedida, sin el adiós debido tras tantos años de convivencia. Hablamos de hacerle un homenaje y dije, quizá una Medalla de Plata por poner el feminismo encima de la mesa», explica Olga Muñiz, de Podemos-Equo.

«Tuve la gran fortuna de heredar un buen proyecto, con un equipo excepcional, y creo que, por lo menos, lo mantuve», dice, orgullosa, la propia Feli Soria, que seguirá luchando por la igualdad en las calles porque, advierte, «no deberíamos dar nada por sentado ni ganado». El viernes, Gijón se lo agradecerá concediéndole la Medalla de Plata.

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