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M. F. Antuña
Miércoles, 7 de mayo 2025, 07:52
Quizá hubiera preferido transitar sus queridos raíles que la carretera, pero fue por esta vía por la que volvió a casa la única locomotora fabricada en Gijón que se conserva, que desde primera hora de la tarde de ayer se halla a buen recaudo en el Museo del Ferrocarril de Asturias, que la ha adquirido para incorporarla a la exposición permanente.
En Palencia se hallaba y allí acudió ayer un transporte especial, señalizado pero no acompañado, para transportarla a Gijón. Entre catorce y quince toneladas pesa y requirió una grúa de cien toneladas para cargarla y otra de idéntica capacidad para la operación contraria. «Ahora la tenemos en una vía al lado de la entrada y creo que no habrá problema de llevarla al taller, lo primero que hay que hacer es la ficha histórica, analizar piezas, catas de pintura, todo lo que nos permita documentarla y después haremos la ficha de restauración, y también vamos a tratar de localizar material documental que nos permita ir solventando dudas sobre la máquina», explica Javier Fernández, director del museo, que viajó a Palencia para supervisar el proceso. Esas tareas absolutamente necesarias llevarán tiempo y es difícil saber cuándo podrá ponerse ante los ojos del público.
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Sí se saben ya muchas cosas de esa locomotora pequeñita que cuenta la historia industrial de Gijón. En los años veinte del siglo pasado España vivió un 'boom' de las empresas azucareras. Por esa razón se plantó remolacha y se hicieron fábricas en el propio territorio, en lugares como Lieres, Veriña o Pravia. Pero también se hicieron para fuera de la región. Y ahí es donde entra en liza Constructora Gijonesa, que 1925 pasó a llamarse Juliana Constructora Gijonesa y hoy es Armón. Entonces, además de las tareas de astillero, se encargaba de hacer estas fábricas, es decir, las estructuras y las maquinarias para ellas, como calderas y máquinas de vapor, que se ubicaban en un edificio de ladrillo. En ese contexto surge esta locomotora datada en torno a 1920, pero que podría ser anterior puesto que su motor es de gasolina y no diésel. Se hizo para dar servicio a una azucarera en Monzón (Huesca), donde cargaba remolacha y carbón entre la estación de y la fábrica de la Sociedad General Azucarera Española. Después se ubicó en Benavente, en Zamora, adornando el exterior de la empresa y acabó por ser vendida como chatarra. En Palencia dieron con ella y fue adquirida para su vuelta a casa. La máquina se hizo en Gijón pero se cree que con muchos de sus componentes llegaron de Alemania.
No es esta la única locomotora construida en Gijón. Antes de la guerra, la Industrial Asturiana hizo al menos dos, una para el puerto y otra para ellos mismos, pero hace mucho tiempo que desaparecieron.
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