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Labores de montaje de la estructura en los muelles de La Osa, en el puerto de El Musel. E. C.

La pasarela de alta tecnología que acabó en el fondo del Báltico

Reemplazar la estructura. TK Elevator deberá entregar esta primavera en Suecia otra pieza como la que se llevó un temporal

Martes, 16 de enero 2024, 00:47

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Lo que tenía que ser una gran noticia por el desarrollo tecnológico que suponía se ha convertido en un gran problema para los implicados. La empresa TK Elevator (TKE) construyó una moderna pasarela de embarque para el puerto sueco de Karlskrona, donde la naviera Stena Line tiene una terminal de ferri. Pero el mal tiempo y la mala suerte hizo que la estructura -todo un hito para la firma con fábrica en Mieres- acabara en el fondo del mar, cuando solo le quedaban unas horas para llegar a Suecia.

La pasarela pesaba unas 110 toneladas y debido a sus dimensiones era imposible montarla en el puerto sueco, por lo que se decidió hacerlo en El Musel y transportarla ensamblada. Ocupaba 45 metros de largo, 17 de ancho y 26 de altura. El buque encargado de hacer el traslado fue el portugués 'Wilson Flex II' (88,5 metros de eslora y 14,5 de manga), que zarpó de Gijón el 8 de noviembre. Pero el mal tiempo y la inestabilidad de la pieza hicieron que el barco ya tuviera problemas en el mar del Norte, lo que le obligó a realizar reparaciones antes de acceder al canal de Kiel, y más tarde en el Báltico, donde perdió definitivamente la carga.

Embarque de la pasarela en el 'Wilson Flex II', el pasado 6 de noviembre.

El hito para la empresa asturiana se volvió en decepción y en un grave problema por no poder cumplir el contrato con Stena Line. TKE explicó a EL COMERCIO que las partes afectadas estaban analizando lo sucedido y trabajaban en «definir el mejor curso de acción de cara a la solución». Pero Stena Line, el cliente, fue más tajante, al explicar a este periódico que TKE «no entregó la pasarela al puerto de Karlskrona en el plazo indicado en el pedido». Por ello la empresa «se ha comprometido a realizar la construcción esta primavera» dado el importante trastorno para la naviera, pues en el puerto sueco, con temperaturas muy bajas y frecuentes nevadas, se ha visto obligada a transportar los pasajeros en autobús desde la terminal hasta los ferries.

Por la falta de espacio en el puerto sueco, se montó en Gijón.

«El seguro pagará»

Una vez aclarado que TKE tiene que entregar una nueva pasarela de embarque (previsiblemente lo hará en mayo), queda por ver sobre quién recae la responsabilidad del accidente. Los expertos consultados por este periódico tienen claro que «el seguro pagará la pieza porque el riesgo está asegurado». Ahora bien, depende de qué tipo de contrato se haya hecho entre las partes para saber si la responsabilidad es del vendedor, la compañía que transportó la pieza (en este caso la naviera Wilson Shipping) o el comprador. Este desgraciado accidente no empaña el avance tecnológico que supone el desarrollo de la pasarela móvil de embarque, que permite conectar la terminal con el ferri adaptándose a la altura de la marea y al movimiento del barco. Un gran avance para TKE.

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