El proyecto del hotel del Monte de Piedad estará listo en primavera

Los plazos para convertir el histórico edificio del Monte de Piedad, en la Ruta de los Vinos, en un hotel boutique de cuatro estrellas serán más rápidos de lo que pudiera parecer a tenor del estado actual. Esa es al menos la previsión de la Constructora Los Campos, que tiene como referente la experiencia vivida para convertir el edificio diseñado por Manuel y Juan del Busto en 1931 en Marqués de San Esteban en el Hotel Moderne, inaugurado hace cinco años. Ahora, pese a la fase incipiente del proyectado por José Avelino Díaz Fernández-Omaña en 1943 y comprado en enero a Unicaja, ya tiene una idea clara de cómo enfocar sus potencialidades.

El primer paso está dado. Un equipo técnico está ya en plena fase de medición de las seis plantas de la calle Instituto 12; la baja, la menos uno y cuatro en altura. Ese es el ineludible punto de partida para pasar a la segunda fase, con vistas a trabajar sobre medidas exactas en el enjambre de espacios que suman el inmueble de Omaña, el más visible, color albero, con el inmueble gris anexo con entrada separada desde la plaza del Monte de Piedad, adosado al primigenio en los años sesenta y que tiene unas partes conectadas y otras estancas en la actualidad.

Con esos planos ya realizados, la Constructora Los Campos se reunirá de forma inmediata con el estudio de arquitectura de Alejandro Canal y Juan Vallina, con el que ya trabajó para El Moderne. Y el proyecto definitivo de su segundo hotel boutique, según los plazos manejados, estará listo en primavera. Todo lo más, al inicio del verano.

Dos consideraciones son las que posibilitarán actuar con rapidez. La primera es la fachada y el forjado del edificio, intocables al estar catalogados y, además, del gusto de la Constructora Los Campos, tanto por la silueta del edificio como por su amplia cara vista a la calle (linda con San Antonio, Instituto y Santa Rosa), lo cual facilitará la distribución de las habitaciones en las plantas 1, 2, 3 y 4, con vistas todas ellas al exterior. Y la segunda es el caótico interior, con una amalgama de habitáculos dispares que allana la decisión constructiva de hacer tabula rasa y suprimir en una primera fase de la obra todas las paredes interiores para proceder luego a una nueva distribución.

En este momento, un vistazo al laberinto interior brinda la visión propia de un lugar que habita en el olvido desde hace décadas. Quedan eso sí singulares huellas del pasado. Un antiguo proyector en un habitáculo mirando al salón de actos, donde no quedan ya sillas pero sí un gran letrero donde se puede leer 'Liberbank'. Unas paredes forradas de madera ahí donde estuvo la sede del Sporting. Una habitación llena de obsoletos ordenadores. Otra equipada con un gran perchero. Una sala de ocio donde quedan una decena de tableros de parchís apilados contra la pared, una montaña de objetos barridos presidida por un ajedrez y una pequeña caja de cartón, olvidada sobre el alféizar de la ventana, con piedras y pequeñas llaves con la presunta función de hacer de 'amarracos' para jugar al mus. Baños por todas partes, algunos extrañamente ubicados en lugares tan privilegiados como el segundo piso sobre la plazoleta con amplios ventanales a la calle. Restos de lo que fue un gimnasio; como un gran espejo en la pared del fondo, unas pesadas bolas de goma y otros accesorios olvidados en un armario. Una barra de bar. Y en los pisos superiores, viviendas, pues ahí vivió por ejemplo el director del Monte de Piedad.

Una vez superados los trámites burocráticos, todo ello será allanado y reconvertido con una actuación que, según prevé Los Campos, podría empezar a vuelta de año y estar lista en el verano de 2025. Con entrada al hotel por Santa Rosa. Y al restaurante, en planta baja y -1, por San Antonio. Saldrán, prevén, hasta 50 habitaciones, como en El Moderne. Y el futuro hotel, aún sin nombre, «transformará la zona por completo», aventura Juan Antonio García, consejero delegado de Los Campos. Cuando un edificio abandonado como el actual irradie luz y actividad «tendrá una repercusión muy positiva en todo su entorno», apostilla.