¡Esta calle, para mí!
Avenida José García Bernardo. El alcalde se adjudicó una vía que estrenó pasarela de acceso en 1901 y registró el mayor conglomerado de merenderos. Tuvo fábrica de jabón y dos fallidos balnearios
Esta vía, que une el puente del Piles con la Lloca de El Rinconín, recibió tal nombre en 1955, en pleno mandato del alcalde José García Bernardo. Fue algo muy sonado ya que era la primera vez que un alcalde se ponía una calle a su nombre.
Pero para llegar hasta allí habrá que cruzar el puente del Piles, ¿verdad? Pues bien, ese puente se hizo en 1914 como conclusión del muro de contención del arenal de San Lorenzo que dio lugar a un paseo marítimo superior. Lo que muchos no sabrán es que antes del puente, lo que se hizo fue una pasarela de madera con estructura palafítica y en agosto de 1901 fue inaugurada. Aproximadamente, la pasarela unía el Tostaderu con la escalera 15. Lo que tampoco nadie recordará es que entre 1953 y 1955 también hubo otro puente colgante.
La ocupación de este ámbito se produjo al trazar, en 1916, la carretera del Piles a La Providencia (finalizada en 1926), al poco de terminar el paseo marítimo en el puente del Piles. En la vía que nos ocupa hoy se asentaron los primeros merenderos, que fueron el Tetuán y el Casablanca, cuyos nombres se debieron a la participación española en la guerra de Marruecos; pero los que les siguieron: El Pery, La Florida, El Madrigal (luego El Parque del Piles), Rocamar, Bellavista y El Faro, se situaron ahí por la citada urbanización, la costura con la abandonada ería y por hallarse fuera del radio urbano del fielato de la avenida de Castilla.
¿Sabían que entre el puente del Piles y la rampa del Tostaderu hay, bajo el paseo, un «balneario» con vestuarios, duchas, servicios higiénicos y guardarropía? Fue obra de José Avelino Díaz-Omaña. Tampoco sabrán que se descartó el proyecto talasoterápico y hotelero Salamandra que había ganado un concurso internacional de ideas antes de hacer Talasoponiente. Justo aquí, junto al urinario, es donde apareció una mochila en 2004 que hizo saltar las alarmas por un posible explosivo en unos momentos sensibles tras los atentados del 11-S y el 11-M. Recordemos que durante los bombardeos de la Guerra Civil: la gente venía a esconderse en las rocas del acantilado.
La ballena de 1895
Lo que fue hasta hace pocos meses un bardial con una palmera en medio de la nada fue el recinto donde estuvo la fábrica de jabón La Covadonga, establecida allí por Ramón Menéndez Medina en 1925. Enfrente, donde la ría de los Vagones —fíjenese cómo se picó rectilíneo el pedrero para hacer una piscinuca— es donde eclosionó el famoso dicho gijonés «Vete a ver la ballena», de 21 metros, por la que fue remolcada hasta allí por el vapor 'El Sultán' el 11 de octubre de 1895. Iban miles de gijoneses cada día, hasta el punto de organizar bailes y poner barracas de bebidas.
Si días atrás dedicamos un 'Sabías que…' al Sanatorio Marítimo, hoy os contaremos un salpicado de secretillos y curiosidades. ¿Sabían que el delfín del Jardín estaba en la entrada de la Feria de Muestras o que el propio helicóptero de los helitours les iba a visitar y llevar regalos a los residentes? Un sanatorio con un gran campo de fútbol que se hizo famoso por el enorme belén que ponían ya desde la década de 1970. El niño prodigio Arturo Pomares estuvo con niños poco menores que él jugando al ajedrez mientras se soleaban en sus camillas de la terraza y Concha Velasco también estuvo de visita a finales de la década de 1950.
¿A que no sabían que La Lloca de El Rinconín está en esta calle porque se había planteado instalar en el Cerro pero era zona militar? Se inauguró en 1970 y debió ser restaurada en la temprana fecha de 1977 tras ser vandalizada con un explosivo en 1976 porque un señor solicitó al Ayuntamiento llevársela a su casa antes de que le cayera a nadie encima. Así somos en Gijón, chulos para todo. ¡Nos vemos en las calles!