«Aquí se vive como en un pueblo, pero sobra la contaminación»

Jana Suárez

Gijón

Viernes, 9 de mayo 2025 | Actualizado 10/05/2025 19:48h.

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La calma te invade cuando llegas al barrio de Tremañes, ubicado en la zona oeste de Gijón. «Por semana, hay más bullicio por los camiones y la industria. Pero los fines de semana aquí estamos en la gloria. Vivimos como si esto fuera un pueblín», dice Daniel López. Este joven treintañero, procedente del barrio de El Llano, es uno de los muchos que han escapado del centro de Gijón «buscando tranquilidad y un precio más asequible de la vivienda». Su historia además guarda un tono romántico. «Me vine por amor, mi pareja es de aquí. En Tremañes me sentí acogido desde el minuto uno. Todos nos conocemos, saludamos y ayudamos», comenta Fernández, que nada más instalarse empezó a colaborar con la asociación de vecinos. «Es que en Tremañes somos los mejores. Vivir en las afueras nos hace únicos», le contesta Álvaro de Con, desde la barra de la cafetería de la sede vecinal de la asociación San Juan Bautista. «Cierto, aunque a ver si nos iluminan la pista polideportiva y mejoran los vestuarios», añade López.

Tremañes era inicialmente una parroquia que el Ayuntamiento de Gijón integró como barrio en los años ochenta. «Puede que esa peculiaridad nos convierta en gente muy cercana pero también singular», explica el presidente de la asociación vecinal, Constantino Arias. «Somos un barrio muy particular porque nos dividimos en tres partes: rural, urbana e industrial. Sólo nosotros y Roces compartimos estos tres aspectos, aunque en nuestro caso los elementos están bastante definidos», añade Arias.

Tras la integración del chabolismo, la creación de la ciudad promocional, la llegada del saneamiento, el alcantarillado, la iluminación y servicios muy importantes como el ambulatorio, el colegio o las buenas conexiones con La Calzada, « también llegó el boom generacional. Los jóvenes descubrieron el barrio hace diez años, han visto que se vive fantásticamente y se han venido a vivir aquí. Somos 3.800 personas en Tremañes», destaca Arias.

El objetivo de esta nueva sección es conocer cada barrio y parroquia de Gijón y, por supuesto, sus necesidades. Le gusta la idea al presidente vecinal, que lleva cerca de veinte años al frente y defiende con pasión el lugar en el que vive. «Me gusta hablar con el corazón y con transparencia, así que, ¿empezamos a pedir?», clama Arias, tras indicarnos que cojamos libreta y bolígrafo. Enumera el presidente varias demandas vecinales: «esperamos que, antes de finalizar el año se cumpla la promesa de tener un parque infantil en el entorno de la asociación. La iluminación es escasa. Necesitamos una acera amplia que nos permita caminar con seguridad hasta La Calzada. Y muy importante, aumentar la presencia policial y que vuelva la policía de barrio». Arias siente que «Tremañes es a veces menospreciado y no se nos toma en cuenta en un tema tan importante como es la contaminación. Aquí lo padecemos de forma acuciante. Hay que recordar que es por aquí, por la avenida de los Campones por donde entran todos los camiones, y eso lo sufrimos nosotros. Necesitamos una pronta solución», reitera.

A pesar de la notable contaminación, el tono verde, es el croma que llena Tremañes. «¿Tú has visto cuánto campo tenemos?», comenta para EL COMERCIO, Alice Piper, que se instaló en el barrio hace tres años. «Eso sí, nos prometieron el traslado del parque de perros». destaca la joven. «Y muy importante necesitamos un cajero. No hay ni uno y nunca podemos sacar dinero», subraya, a su lado Moisés Montes.

La falta de limpieza también inquieta mucho entre la ciudadanía. «Tienen que arreglar el contenedor marrón del pescado en el punto limpio. Desprende unos olores insoportables», describe José Luis Maca, el tesorero de la asociación al que le preocupa mucho «la seguridad en la carretera camino al cementerio. Necesitamos badenes y espejos que den visibilidad. Ha habido varios accidentes», dice. Antes de despedirse aprovecha para invitar a cualquier gijonés a participar en las actividades de la asociación. «Si queréis, los lunes, miércoles y viernes , practicamos yoga y taichi», finaliza.